¡°El monumentalismo es antip¨¢tico¡±
Antoni Llena, autor del controvertido monumento a los 'castellers' , dice que pens¨® que su proyecto no llegar¨ªa nunca a buen puerto

Ma?ana, festividad de Santa Eul¨¤lia, patrona de invierno de la ciudad, se inaugura en la plaza de Sant Miquel, detr¨¢s del Ayuntamiento, la escultura de homenaje a los castellers del artista Antoni Llena (Barcelona, 1942). De esta obra se ha criticado la altura (26,5 metros: sobresale por encima de la Casa Gran), el coste (630.000 euros) y el emplazamiento: encargo inicial del alcalde Clos para la explanada frente al mercado de Santa Caterina, en ¨¦poca de Hereu se decidi¨® llevarla a su actual ubicaci¨®n, pero la obra se par¨® debido a la contestaci¨®n de los vecinos (de la que queda alg¨²n resto en forma de pancarta en los balcones de la zona: ¡°Falta pa, no ferralla¡±, asevera lac¨®nica una de ellas). Trias ha acabado dando el visto bueno.
¡°No pensaba que el proyecto llegar¨ªa a buen puerto. Me propusieron otras ubicaciones, como la plaza de la Merc¨¨ y el paseo del Arc de Triomf. Pero yo la hab¨ªa pensado para esta plaza, y Trias acab¨® entendiendo mis razones¡±, dice Llena frente a su creaci¨®n, una lluviosa ma?ana de hace unos d¨ªas.
¡ª?Qu¨¦ razones?
¡ªUn homenaje a los castellers tiene sentido en una plaza c¨¦ntrica, que es donde se levantan habitualmente los castells. Y esta me parec¨ªa especialmente adecuada porque se coloca en un eje donde se dan cita todos los estilos: el neocl¨¢sico, el renacentista, el g¨®tico, el barroco [Sant Felip Neri], el rom¨¢nico, el arte contempor¨¢neo [esgrafiados de Picasso del Colegio de Arquitectos]. Adem¨¢s, justo debajo hay restos romanos del siglo I.
¡ªHa habido cr¨ªticas a la altura de la obra.
¡ªPues era m¨¢s alta: 30 metros cuando la pens¨¦ para Santa Caterina. Adem¨¢s, ten¨ªa pom de dalt, un elemento s¨®lido que culminaba la pieza y que me serv¨ªa para cerrar aquel espacio tan abierto. Era como la piedra de S¨ªsifo; me permit¨ªa unir el car¨¢cter popular con el m¨ªtico, porque los castells son un continuo hacer y deshacer. Pero en la plaza de Sant Miquel, m¨¢s cerrada, he suprimido ese elemento y he recortado la altura, que ahora supera ligeramente la del Ayuntamiento. Eso quiere simbolizar la equiparaci¨®n de lo popular a lo institucional. Yo reconozco que el monumentalismo es antip¨¢tico, pero un homenaje a los castells ten¨ªa que doblar a un castell humano, que suele tener una altura de unos 12 metros. Adem¨¢s, el hecho de que se pueda pasar por debajo de la escultura creo que la hace m¨¢s amable y pr¨®xima.
Durante la visita pasan por all¨ª ciclistas y peatones. Muchos se fotograf¨ªan bajo los tubos. Un grupo de la Escola Massana, de visita por la zona, reconoce a Llena y atiende a sus explicaciones.
¡°?630.000 euros es caro? En ¨¦poca de crisis, entiendo que se considere que s¨ª¡±
¡ªHa habido cr¨ªticas al coste.
¡ªEl coste ha aumentado en todo el tiempo que ha durado el proyecto. El acero subi¨® mucho con los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn. ?630.000 euros es caro? En ¨¦poca de crisis, entiendo que se considere que s¨ª. Pero este a?o, en la cabalgata de Reyes, se ha suprimido una carroza. El ahorro, seg¨²n dijeron, fue de 600.000 euros. Visto as¨ª, el monumento no es tan caro. Todo es relativo.
¡ªHa evitado toda referencia al folclor.
¡ªTuve claro desde el principio que no har¨ªa nada figurativo. Predomina el elemento popular, me inspir¨¦ en la camisa que llevan algunas botellas de vino o en la red de gallinero [la felicitaci¨®n navide?a que Llena instal¨® este a?o en el patio de la Fundaci¨® Mir¨® fue precisamente un gallinero, con gallinas vivas]. Los tubos tienen un di¨¢metro de 12 cent¨ªmetros, se pueden rodear con las manos. Me interesaba esto porque los castells se hacen con las manos. Por lo dem¨¢s, he tratado un material dur¨ªsimo como el acero, como si fuera orfebrer¨ªa.
¡ªHa acompa?ado al monumento con un verso de Paul Celan: ¡°S¨®c jo quan tu ets tu¡±.
?
¡ªMe parece que esta frase resume bien el esp¨ªritu casteller. Hay otra frase de Celan que tambi¨¦n me gusta: La identitat ¨¦s una xarxa que et pesca. La identidad como red abierta, no excluyente. Aparte de que la red me sirve para ligar los elementos de esta plaza, tan dispares: los dos edificios municipales, el palacete g¨®tico, las casas de vecinos. Con sol, la sombra del monumento se proyecta sobre la fachada del Ayuntamiento, como un tatuaje.
¡ªUsted enfrent¨® por primera vez la escala monumental con David i Goliat, la escultura-m¨¢scara colocada a 20 metros del suelo frente a las torres ol¨ªmpicas.
¡ªFue un encargo de Oriol Bohigas. La operaci¨®n de sembrar la ciudad de esculturas me pareci¨® muy inteligente por su parte. Recuerde que por la ¨¦poca el MNAC estaba cerrado y el Macba todav¨ªa no hab¨ªa abierto. En un museo la escultura se muestra dentro de un discurso cerrado hecho a medida, en la calle se enfrenta a la realidad a pecho descubierto, es mucho m¨¢s arriesgada y resulta necesariamente pol¨¦mica. A m¨ª me gustan mucho la pieza de Roy Lichtenstein al final de la Via Laietana y el monumento a los muertos en los bombardeos de Barcelona frente al Coliseum [obra de Margarita Andreu].
El encuentro concluye visitando otra escultura de Llena instalada muy cerca, en un patio de luces del edificio nuevo del Ayuntamiento. Dos tubos de acero ligeramente curvados y entre ellos una especie de extendedor de ropa. En una cinta que estrangula una pelliza de cordero se lee: Preferiria no fer-ho. La c¨¦lebre frase de Bartleby le pareci¨® al artista que era la que mejor simbolizaba la actividad de los funcionarios instalados en los despachos de los alrededores. En cuanto a la pelliza¡ ?alude a los ciudadanos abrumados por la burocracia! A Llena se le escapa una sonrisa traviesa cuando desvela este juego de significados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.