El yudoca incombustible
Un profesor de matem¨¢ticas inagotable para sostener el tercer intento ol¨ªmpico de Madrid
Alejandro Blanco cogi¨® el coche a las 12.00 de la noche del viernes y se plant¨® en Oviedo para asistir a la eliminatoria de la Copa Davis que enfrenta a Espa?a con Kazajist¨¢n y, de paso, apoyar al presidente de la federaci¨®n de tenis en la bronca que mantiene con los gui?oles de Canal+ Francia a prop¨®sito de sus parodias sobre el dopaje en el deporte espa?ol. Hoy vuelve a Madrid. Ma?ana tiene un vuelo a Lausana, donde el martes presentar¨¢ el cuestionario de Madrid 2020. Y vuelta a casa. El presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol (COE) y, ahora tambi¨¦n, del nuevo intento madrile?o, y van tres, por convertirse en ciudad ol¨ªmpica duerme poco y viaja mucho. ¡°Es incansable, incombustible, inagotable...¡±, agotan en su entorno los adjetivos; ¡°un currante¡±.
Con la misma tenacidad, este yudoca gallego que nunca brill¨® como competidor, se reconvirti¨® en entrenador y ¨¢rbitro, se licenci¨® en f¨ªsicas en Santiago de Compostela, abri¨® un gimnasio y dio clases de matem¨¢ticas en Valladolid, y lleg¨® a presidir la federaci¨®n espa?ola de yudo. Y ah¨ª empez¨® su verdadera carrera, la que le ha llevado a dirigir el deporte ol¨ªmpico espa?ol y abrir su despacho a las federaciones. Gracias al apoyo de sus colegas fue elegido presidente del COE en 2005.
Hay quien dice que est¨¢ cerca del Partido Popular, pero ¨¦l se declara independiente. Lo cierto es que ha sido el PP quien le ha convertido en la imagen ¡ªmenos pol¨ªtica y m¨¢s deportiva que la del anterior , encarnada en el entonces alcalde capitalino, Alberto Ruiz-Gallard¨®n¡ª de la candidatura ol¨ªmpica.
El reto es enorme. Aunque cuenta con la ventaja del trabajo ya hecho en los dos anteriores intentos, la candidatura es, por necesidad, una propuesta de crisis, de poco margen econ¨®mico en estos tiempos de apretura. Y se ha estrenado en el cargo con pol¨¦mica en torno al logo. Pero adem¨¢s tiene que luchar con la imagen de permisividad con el dopaje que en otros pa¨ªses se tiene de Espa?a y que no ha hecho sino avivar en la ¨²ltima semana el caso Contador.
Blanco defendi¨® al ciclista, incluso despu¨¦s de que este fuera sancionado con dos a?os de suspensi¨®n por aquella traza de clembuterol ¡ª¡°sigo creyendo en Alberto, como ciclista y como persona¡±, ha dicho esta misma semana ¡ª y estuvo en su d¨ªa al lado de Marta Dom¨ªnguez, que luego fue absuelta de un delito de dopaje. Al margen de estos apoyos, que tienen mucho de compromiso personal con los deportistas, el mensaje de Blanco siempre es el mismo: Espa?a es un ejemplo en la lucha contra el dopaje y sus buenos resultados internacionales son el resultado de mucho trabajo y una buena planificaci¨®n.
De maneras suaves y trato cordial, no se le conoce otro gran conflicto que el que ha mantenido a lo largo de los a?os con el presidente de la federaci¨®n de baloncesto, Jos¨¦ Luis S¨¢ez, muy cr¨ªtico con el papel del COE.
Es raro verle sin traje y corbata, impecable como un se?or de los de antes, pero en la vida no todo es trabajo, m¨¢s para un hombre que duerme apenas cuatro horas diarias. Blanco, que tiene dos hijos ya mayorcitos ¡ªla primog¨¦nita es inspectora de Hacienda, el peque?o trabaja en el Parlamento Europeo¡ª va con asiduidad al gimnasio para correr en la cinta y hacer pesas. Cuando est¨¢ en Madrid, despu¨¦s del trabajo. Cuando viaja, no es raro verle en la sala de entrenamientos del hotel pasada la una de la madrugada.
Pero m¨¢s que practicar deporte, lo suyo es verlo. Y aqu¨ª se mezclan trabajo y afici¨®n. Declarado futbolero, es abonado del Real Madrid, aunque va poco por el Bernab¨¦u y, cuando lo hace, suele seguir el partido desde el palco, como un invitado m¨¢s. Es m¨¢s habitual verle en citas como el Europeo de balonmano, el mes pasado en Serbia, o en un acto de la federaci¨®n de turno. Entre competici¨®n y competici¨®n, no desprecia una buena timba de tute.
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