Concierto de tesis
John Eliot Gardiner es un director que ha construido su repertorio de forma personal¨ªsima, que se acerca al repertorio como ¨¢rea de conocimiento
John Eliot Gardiner es un director que ha construido su repertorio de forma personal¨ªsima, nada com¨²n. Figura destacada de la recuperaci¨®n de obras renacentistas y barrocas interpretadas con instrumentos originales y fundador en este ¨¢mbito de grupos de referencia como los English Baroque Solists o el Monteverdi Choir, lleg¨® al clasicismo y el romanticismo con un s¨®lido bagaje intelectual que le permiti¨® afrontar esas ¨¦pocas con criterio propio, sin contaminaciones de las tradiciones interpretativas recientes. Es un m¨²sico de tesis, un investigador que se acerca al repertorio como ¨¢rea de conocimiento. Y goza m¨¢s cuanto mayor es el t¨®pico que consigue abatir. Si en a?os recientes llev¨® a cabo una tozuda recuperaci¨®n de Hector Berlioz, ahora ha emprendido una tarea similar con Robert Schumann.
Mahler Chamber Orquestra
Monteverdi Choir. John Eliot Gardiner, director. Gert Voss, recitador. Obras de Schumann. Barcelona. Palau de la M¨²sica, 13 de febrero
El repertorio que llev¨® al Palau de la M¨²sica Catalana la noche del lunes iba encaminado en una doble direcci¨®n: demostrar hasta qu¨¦ punto la orquesta schumanniana es emanaci¨®n del texto po¨¦tico, por una parte (Schuman, notable escritor, fue de largo el m¨¢s ¡°literario¡± de los compositores rom¨¢nticos), y por otra, cuando no depende del texto, c¨®mo esa orquesta persigue su propia l¨®gica estructural, que no es de factura tem¨¢tica como la de sus ilustres predecesores, sino basada en el desarrollo mot¨ªvico, el cual permite matices po¨¦ticos mucho m¨¢s libres.
Dentro del primer cap¨ªtulo se colocaron tres obras de finales de la d¨¦cada de 1840, la gran etapa liederista del compositor. El Requiem f¨¹r Mignon (1849), Nachtlied, op.108 (del mismo a?o) y Manfred, op.115 (1848-49), el gran poema dram¨¢tico de Lord Byron para el que Schumann compuso varios fragmentos de m¨²sica incidental, de los que habitualmente solo se escucha la obertura, mientras que en el Palau se ofreci¨® la versi¨®n ¨ªntegra, con un buen recitador, Gert Voss, que incorpor¨® los distintos papeles de esta aplastante par¨¢bola sobre la muerte en plena juventud. Gardiner cont¨® para este repertorio con un instrumento de enorme fiabilidad, creado por el mismo, el Monteverdi Choir.En cuanto a la orquesta, era la primera vez que Gardiner se colocaba frente a la Mahler Chamber Orchestra. En la interpretaci¨®n de la Sinfon¨ªa n¨²mero 4 (1841) hizo gala de una lectura de un solo gran aliento, vibrante y clara, que vino a iluminar su impecable tesis: el sinfonismo de Schumann definitivamente no puede catalogarse junto al de su disc¨ªpulo Brahms. Es mucho m¨¢s primitivo, m¨¢s de vuelo ¨²nico, como un poema sinf¨®nico, pero no por ello menos valioso en inventiva. Gardiner convence con los mejores argumentos.
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