El futuro se reduce a un epitafio
"Esta comunidad doctorada 'cum fraude' ya despunta como avanzadilla en la aplicaci¨®n de las doctrinas neoliberales aplicadas al exterminio del bienestar"
Al ritmo que la delincuencia financiera y sus entusiastas t¨ªteres gubernamentales ¡ªsin olvidar a la leal y acomodada oposici¨®n¡ª imprimen a la voladura de contrato social, consensos b¨¢sicos y derechos adquiridos, entre otros pactos que garantizaban una cierta paz y estabilidad desde tiempo atr¨¢s, con sus altibajos y entreguerras, parece claro que lo de ahora es un golpe de Estado por entregas, semanales o diarias seg¨²n como hayan tenido el despertar los ¨¢vidos timoneles de este regreso al feudalismo medieval, esquina al esclavismo rampante. La irrupci¨®n de los reg¨ªmenes autoritarios ha ganado en eficacia, en parte gracias al aturdimiento alimentado por los entramados propagand¨ªsticos y el uso de resortes legislativos, tales como decretazos y dem¨¢s arsenal reglamentista debidamente blindado por la acci¨®n de una justicia al servicio del art¨ªculo 23. Ese que permite cualquier exceso, incluso con retroactividad, a condici¨®n de que cumpla con todas las formalidades y pompas, que son f¨²nebres por definici¨®n. En otro tiempo los pronunciamientos ten¨ªan ese aire bronco y cuartelero que, entre v¨ªctimas y da?os colaterales, a nadie dejaban indiferente. Ser¨¢ otro efecto de la contabilidad creativa, pero este Pa¨ªs Valenciano, una comunidad doctorada cum fraude que siempre fue campo experimental para pr¨¢cticas depredadoras aparte de refugio para corsarios y saqueadores, ya despunta como avanzadilla en la aplicaci¨®n de las doctrinas neoliberales aplicadas al exterminio del bienestar personal y colectivo.
No hay cataplasmas que contengan
Las idas y venidas de capitales ¡ªm¨¢s idas que venidas, para qu¨¦ vamos a enga?arnos¡ª no logran esconder un ajetreo que recuerda el esplendor del viejo paseo de Ripalda. En cambio, no hay cataplasmas que contengan la hemorragia de unos servicios p¨²blicos ca?oneados d¨ªa s¨ª, d¨ªa tambi¨¦n, por el r¨¦gimen. Se anuncian cierres de centros de salud, se limitar¨¢n las urgencias tal vez para aquellos casos en que el accidentado llegue con los intestinos a rastras y, por si fuera poco, un visionario madrile?o planteaba el otro d¨ªa l¨ªmites asistenciales a los enfermos cr¨®nicos. A la vista del organigrama no faltan cargos p¨²blicos que cobran por organizar el servicio, pero s¨¦ de personal sanitario que peregrina motu proprio en las fr¨ªas madrugadas, con sus veh¨ªculos particulares, por los domicilios de pacientes de L¡¯Horta Nord que no llegar¨¢n a tiempo para entregar sus muestras para los an¨¢lisis cl¨ªnicos. Esto ya ocurr¨ªa antes del regurgitar de un vocabulario oficial con mucho voluntariado, caridad, patronazgo y beneficencia. Se cierran comedores escolares y crece exponencialmente la legi¨®n de desempleados. Matar de hambre tras rendir la disidencia, es m¨¢s silencioso que fusilar en el pared¨®n. Creen que a base de l¨¢pidas y catecismo acabar¨¢n con todas las listas de espera. Si no van a sumarse a la revuelta, escriban su epitafio. No hay m¨¢s.
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