El futuro del nacionalismo
El pasado fin de semana Beiras y la corriente que encabeza decidieron escindirse de la organizaci¨®n
Es evidente que el nacionalismo gallego, despu¨¦s de los resultados de su reciente asamblea y los acontecimientos posteriores, atraviesa una situaci¨®n complicada y, a todas luces, confusa que hace dif¨ªcil prever a estas alturas cu¨¢l ser¨¢ el desenlace definitivo de su crisis. En efecto, el pasado fin de semana Beiras y la corriente que encabeza decidieron escindirse de la organizaci¨®n en la que algunos, entre ellos el veterano l¨ªder, llevaba militando desde hace treinta a?os. Pero la forma en que fue convocado el c¨®nclave de Encontro Irmandi?o, y el m¨¦todo para tomar sus decisiones no se ha traducido, de momento , en la formalizaci¨®n de bajas en el BNG de la mayor¨ªa de sus simpatizantes, ni ha resuelto el futuro de los cargos p¨²blicos de los que dispone esta corriente, pero que han sido elegidos en las listas del Bloque. Tampoco parece muy definido el proyecto que propone Beiras, salvo su aspiraci¨®n de construir un nuevo frente nacionalista plural, a semejanza del surgido en la asamblea fundacional del a?o 82, pero sin el concurso de la actual mayor¨ªa del Bloque.
No parece que tal iniciativa vaya a tener un futuro brillante, aunque afectar¨¢ muy negativamente la imagen de la formaci¨®n frentista. M¨¢s relevante para el futuro del nacionalismo parece ser la decisi¨®n que adopte M¨¢is Galiza en la asamblea que tiene programada para el pr¨®ximo mes de marzo. Los dirigentes de M¨¢is Galiza , con Carlos Aymerich a la cabeza, est¨¢n emplazados a tomar decisiones que en modo alguno ser¨¢n f¨¢ciles, ni en el terreno pol¨ªtico ni en el personal. Aymerich y su equipo tienen ante si varias opciones. La primera, continuar en el Bloque estableciendo las garant¨ªas que permitan que la organizaci¨®n frentista corrija a trav¨¦s de su programa y de las listas electorales la ruptura producida en su ¨²ltima asamblea. El problema al que se enfrentar¨ªa Aymerich en tal caso es si la variada parroquia que se aglutina en torno a M¨¢is Galiza secundaria una decisi¨®n semejante, o si, por el contrario, una parte de la afiliaci¨®n abandonar¨ªa la organizaci¨®n dejando a sus dirigentes en una situaci¨®n de extrema debilidad.
La segunda alternativa consiste en que M¨¢is Galiza y otros sectores del nacionalismo y del galleguismo, que hoy no se sienten concernidos por el Bloque, constituyan formalmente una nueva fuerza pol¨ªtica extramuros de la matriz original. Tal decisi¨®n est¨¢ justificada si se considera que hoy en el nacionalismo gallego existen diferencias de fondo que afectan tanto a los principios como a la estrategia pol¨ªtica, diferencias que llevan a?os larvadas y que se explicitaron con claridad en la asamblea celebrada hace 15 d¨ªas. Pero si M¨¢is Galiza tomase ese camino no se acabar¨ªan para ella los problemas.
Si nace una nueva fuerza deber¨¢ sopesar su alianza electoral con el BNG. Lo hizo EA tras salir del PNV
En efecto, la nueva fuerza pol¨ªtica tendr¨ªa entonces que decidir si comparece en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas de forma independiente asumiendo el riesgo de someter su proyecto a la decisi¨®n de los ciudadanos expresada en las urnas, o si, desde su autonom¨ªa pol¨ªtica, establece alianzas electorales con el Bloque, evitando as¨ª la atomizaci¨®n de la oferta electoral del nacionalismo gallego. Antecedentes existen. En las primeras elecciones gallegas el Bloque y el PSG comparecieron en una sola candidatura que obtuvo entonces un relativo ¨¦xito. En el Pa¨ªs Vasco la escisi¨®n del PNV dando lugar a Eusko Alkartasuna no evit¨® posteriormente coaliciones entre ambas fuerzas que permitieron al nacionalismo vasco dirigir el Gobierno de Euskadi y numerosas instituciones vascas. De otra naturaleza, aunque no puede ser olvidada, es CiU (coalici¨®n entre CDC y UDC) que atraves¨® en ocasiones tensiones tan graves como las que hoy zarandean al nacionalismo gallego, pero que permiti¨® y permite al nacionalismo catal¨¢n dirigir la Generalitat de Catalunya .
Por supuesto, la actual direcci¨®n del BNG no va a decidir nada al respecto hasta que tenga lugar la asamblea de M¨¢is Galiza y se conozcan sus conclusiones. Pero la vida da muchas vueltas, y no descarten ustedes ninguna hip¨®tesis. En todo caso, el nacionalismo debe de asumir que una etapa se ha cerrado en la vida pol¨ªtica gallega y en su movimiento, lo cual plantea la refundaci¨®n de su proyecto pol¨ªtico y la modificaci¨®n de su estructura organizativa, como condici¨®n indispensable, para que pueda recuperar el impulso pol¨ªtico y contribuir eficazmente a construir una alternativa a la desfeita que se nos viene encima como consecuencia de la ofensiva sin frenos desatada por la locura de la derecha.
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