Adi¨®s a Casa del Mediterr¨¢neo
"La suspensi¨®n de las obras de Casa del Mediterr¨¢neo es una mala noticia para Alicante y afectar¨¢ al ¨¢nimo de la ciudad, muy deca¨ªdo desde la desaparici¨®n de la CAM"
La suspensi¨®n de las obras de Casa del Mediterr¨¢neo es una mala noticia para Alicante y afectar¨¢ al ¨¢nimo de la ciudad, muy deca¨ªdo desde la desaparici¨®n de la CAM. La medida de Exteriores de paralizar la aportaci¨®n econ¨®mica al proyecto es perfectamente comprensible en un momento como el actual. Es probable, sin embargo, que en ella pesara m¨¢s el coste futuro de la sede que el dinero necesario para concluir su construcci¨®n. Poner en marcha Casa del Mediterr¨¢neo exig¨ªa disponer de un presupuesto anual considerable, lo que resulta dif¨ªcil en la actualidad. Si se quiere que estos proyectos sirvan para algo, hay que dotarlos de contenido y requieren personal abundante.
La suspensi¨®n de la obra es uno m¨¢s de los planes frustrados en la historia reciente de Alicante. En este sentido, podr¨ªamos decir que nos encontramos ante una ciudad inacabada. Si hubi¨¦ramos concluido la mitad de lo que D¨ªaz Alperi y Sonia Castedo prometieron en su d¨ªa, Alicante ser¨ªa hoy una poblaci¨®n desconocida, hermosa, rutilante, que se parecer¨ªa poco a la actual. Por desgracia, el br¨ªo de estas personas se desvanec¨ªa en cuanto ganaban las elecciones y alcanzaban el sill¨®n consistorial. Desde el palacio de congresos al soterramiento de Vallellano, la Ciudad de la Justicia o el acceso sur, podr¨ªamos exhibir una lista de promesas interminable. Nada hemos conseguido. Incluso una idea tan modesta como la de poner guapa la ciudad ¡ªidea que Castedo quiso convertir en eslogan, al comienzo de su mandato¡ª, se ha saldado con la colocaci¨®n de unas decenas de macetas en las calles.
A esta serie de fracasos hay que a?adir ahora la Casa del Mediterr¨¢neo. Confesaremos que nunca vimos claro el proyecto. Como otros planes de Rodr¨ªguez Zapatero, la idea naci¨® cargada de buenas intenciones, pero falta de reflexi¨®n. Esta vaguedad, se trasladar¨ªa a la direcci¨®n del centro, lastr¨¢ndola. Durante el tiempo que ha estado funcionando, Casa del Mediterr¨¢neo ha hecho una programaci¨®n voluntariosa, pero poco definida. Es probable que las condiciones materiales en las que hubo de desenvolverse no fueran las m¨¢s adecuadas para su trabajo. En cualquier caso, le falt¨® el tiempo que necesitan estos asuntos para asentarse.
Quienes m¨¢s han lamentado la desaparici¨®n de Casa del Mediterr¨¢neo han sido los hoteleros, si nos atenemos a sus manifestaciones. Hace tiempo que estos empresarios vienen reclamando un cambio de rumbo en la direcci¨®n de la ciudad. Es comprensible porque estas personas atraviesan una situaci¨®n dif¨ªcil. Diez a?os atr¨¢s, todo indicaba que Alicante se situar¨ªa como un destino tur¨ªstico de importancia. Eran momentos de efervescencia econ¨®mica y las expectativas supusieron un aumento considerable del n¨²mero de camas en la ciudad. Las expectativas, sin embargo, no se cumplieron y hoy sobran plazas hoteleras.
La paralizaci¨®n de Casa del Mediterr¨¢neo supone un nuevo dolor de cabeza para Sonia Castedo. Despu¨¦s de dificultar cuanto pudo el desarrollo de las obras ¡ªse trataba de una idea de Zapatero¡ª, Castedo se encuentra ahora con un edificio sin concluir que deber¨¢ conservar. Los vaivenes de la pol¨ªtica provocan, a menudo, estas paradojas. Los alicantinos no entender¨ªan que, despu¨¦s de invertir dos millones de euros en las obras, no se aprovechase lo construido y el edificio acabara por deteriorarse. El arquitecto Manuel Oca?a, autor del proyecto, ha asegurado que, con unos 500.000 euros, podr¨ªa crearse un espacio p¨²blico de primer orden para la ciudad. ¡°Ser¨ªa algo as¨ª como el Pabell¨®n de Cristal del parque del Retiro de Madrid¡±, ha dicho Oca?a. Castedo deber¨¢ pronunciarse sobre este punto.
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