El filo de la navaja
Las ¨²ltimas ofertas de inversi¨®n en Barcelona suenan m¨¢s a diversi¨®n que a productividad, talento e inteligencia
Impecable coherencia, la del grupo del PSC en Barcelona cuando clama contra la construcci¨®n del Eurovegas en la proximidad de la ciudad y, como es obvio, pegado a su nombre como una lapa. No se puede apostar por ser al mismo tiempo Las Vegas y San Francisco. Y Barcelona elabora, desde hace a?os, un plan estrat¨¦gico de ¨¢mbito metropolitano ¡ªcomo tiene que ser¡ª que marca un camino de aspiraci¨®n a la excelencia. Excelencia parece una etiqueta vac¨ªa pero no lo es. Define un modelo, y es tarea del gobierno municipal traducirlo a actos concretos, y hablo en singular porque quien tira del carro es Barcelona. El Llobregat digamos que obedece.
Cuando se habla de innovaci¨®n y excelencia se est¨¢ describiendo la punta de la pir¨¢mide, por debajo de la cual otros sectores econ¨®micos m¨¢s convencionales se organizan y se entretejen, entre ellos la manufactura de toda la vida y los servicios, que se extienden por una ampl¨ªsima gama de oferta, tambi¨¦n la m¨¢s cutre. Y todo suma, pero el gobierno tiene que decidir en cada momento hacia qu¨¦ avanza, qu¨¦ piezas pone en el tablero, qu¨¦ inversiones favorece, mientras m¨¢s o menos deja que el mercado ¡ªque siempre tiende a lo f¨¢cil y r¨¢pido¡ª haga su juego. Es importante que el gobierno tenga una estrategia en el coco porque de ella depende la imagen de ciudad que se proyecta. Y de la imagen vienen las inversiones y va girando la rueda.
Eurovegas es una cat¨¢strofe disfrazada de beneficio porque hay paro. Porque hacen falta inversiones. Pero es un paso de gigante en la direcci¨®n equivocada y, adem¨¢s, si Sheldon Adelson pide que se anule en su recinto la ley de extranjer¨ªa queda claro que no est¨¢ pensando en los parados locales, sino en traer, a manadas, d¨®ciles inmigrantes desprotegidos. M¨¢s los que vendr¨¢n atra¨ªdos por el anuncio de la construcci¨®n del macrocomplejo: o sea, m¨¢s paro. Todav¨ªa peor: este artefacto impulsar¨¢ la que Espa?a prepara como pr¨®xima burbuja, que no es otra que el turismo. Se intuye que aqu¨ª pondr¨¢ los huevos el Gobierno del PP, y ser¨ªa espantoso que Barcelona y Catalu?a se sumaran alegremente. El pa¨ªs no necesita multiplicar ni los turistas, ni los mafiosos. Tenemos bastante de ambos, y aunque el turismo es una riqueza sonante, no puede ocupar un porcentaje excesivo del PIB.
En las ofertas de inversi¨®n que ha recibido Barcelona en los ¨²ltimos meses tenemos una pista de esqu¨ª en la Zona Franca y una macrodiscoteca
Dicho esto, es momento de empezar a preocuparse. Se lo digo al se?or Trias. Resulta que, si miramos las ofertas de inversi¨®n que ha recibido Barcelona en los ¨²ltimos meses, tenemos una pista de esqu¨ª en la Zona Franca y una macrodiscoteca de firma ¡ªAmnesia interpretada por el reiterado Jean Nouvel¡ª instalada en el puerto del F¨®rum, del lado de Sant Adri¨¤, pero Barcelona al fin. Esto suena m¨¢s a diversi¨®n que a productividad, talento e inteligencia. Suena a especializaci¨®n tur¨ªstica. A negocio implacable. El alcalde dice que se lo piensa, que lo estudia, pero nunca se queja de esta imagen fr¨ªvola, nocturna y banal de la ciudad. La realidad es que si alguien quiere ganar cuartos con una discoteca, el sitio para ponerla es Barcelona; no estoy segura de que la respuesta sea tan autom¨¢tica si lo que se pretende instalar es una empresa de alt¨ªsima tecnolog¨ªa o de manufactura precisa y cualificada. ?Para eso se trabaja en un plan estrat¨¦gico?
Alguien deber¨ªa estar pensado en la Zona Franca como una macro¨¢rea log¨ªstica que d¨¦ servicio a un puerto que est¨¢ frenado por la falta de enlaces ferroviarios, a pesar de la apuesta china ¡ªmillones¡ª por el muelle de contenedores. En log¨ªstica, o Barcelona o Zaragoza. O Rotterdam. Si no es Barcelona, significa que alguien est¨¢ drenando riqueza del famoso corredor mediterr¨¢neo. No tiene sentido reclamar el tren y olvidar la Zona Franca, mientras los sucesivos equipos municipales colocan en este espacio privilegiado la pista de esqu¨ª que corresponde al Pirineo o una ciudad del cine que Terrassa ambiciona desde hace a?os. La ciudad es una estructura global, donde todas las piezas tienen que encajar. Barcelona transita sobre el filo de la navaja y cualquier empujoncito la puede hacer caer del lado del turismo masivo y la frivolidad nocturna ¡ªprostituci¨®n, droga y mafias incluidas¡ª o asentarla en el camino de la exigencia. No hace falta decir que Eurovegas, m¨¢s que un empujoncito, es un atropello.
Patricia Gabancho es periodista y escritora.
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