El imperio de Panrico, creado hace 40 a?os, se torci¨® en 2005
La industria de los donuts fundada por la familia Costafreda se vendi¨® hace siete a?os y desde entonces acumula p¨¦rdidas millonarias
El a?o 2005 marca un punto de inflexi¨®n para Panrico. El imperio creado en 1963 por la familia de panaderos leridanos Costafreda entr¨® ese a?o en p¨¦rdidas. El ejercicio anterior todav¨ªa lo hab¨ªa cerrado con 24 millones de euros de beneficios. La d¨¦cada de 2000 hab¨ªa comenzado bien para la empresa: acababa de fusionar todas sus filiales, ganaba dinero y ten¨ªa f¨¢brica en China. En 2001, los donuts que Andreu Costafreda hab¨ªa descubierto en 1960 en Estados Unidos eran tan atractivos, que hasta la La Caixa se convirti¨® en socio preferente al hacerse con el 30% de la empresa. Los bancos Pastor y Sabadell se hicieron con el 5% cada uno.
A mediados de la d¨¦cada pasada, en plena fiesta capitalista, hasta seis firmas de capital riesgo pugnaban por una empresa que estaba valorada entre 600 y 700 millones. Finalmente, no fueron ni 600, ni 700, ni 800. La barbaridad de 900 millones pag¨® el fondo de capital riesgo Apax por el imperio de los Costafreda.
La familia se qued¨® con el 10% y la opci¨®n de recompra, pero nunca la ejercieron. Desde el minuto uno, Apax habl¨® de disparar el tama?o de la empresa y de su salida a Bolsa, un futurible que tampoco se ha materializado.
El tiempo ha demostrado que la compra por 900 millones en 2005 fue la ¨²ltima alegr¨ªa para Panrico. En 2006 vendi¨® las plantas de China y Grecia, abandon¨® las exportaciones (?hab¨ªan vendido donuts hasta en Australia!) y se repleg¨® en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, donde suma 13 f¨¢bricas, casi 7.000 empleados, entre ellos 3.500 transportistas. El coste de la reestructuraci¨®n, con inversiones de 50 millones en el ¨¢rea de producci¨®n, provoc¨® unas p¨¦rdidas de 590.000 euros en 2006. Eso pasaba solo 12 meses despu¨¦s de que las ventas de la boller¨ªa todav¨ªa subieran.
El refer¨¦ndum de esta semana ha salvado la planta de Santa Perp¨¨tua de Mogoda
Desde entonces, otros dos momentos han supuesto duros golpes para la firma. Uno fue la compra de Artiach a Kraft en 2008, que supuso otra millonaria inversi¨®n, de 58 millones de euros que, adem¨¢s, requiri¨® un cr¨¦dito de 60. La otra fue la fatal decisi¨®n de envasar donuts uno a uno. Fue un err¨®neo intento de modernizaci¨®n en 2009 que comport¨® una inversi¨®n de 35 millones de euros. Sindicatos y trabajadores alertaron a la direcci¨®n de que no funcionar¨ªa. Y as¨ª fue, el donut individual result¨® un fracaso de tal calibre, un rechazo tan grande del mercado, que oblig¨® a la empresa a retroceder y volver a colocar en los bares las cajas de donuts de toda la vida.
En 2010 y ante el aprieto de las deudas, la banca acreedora tom¨® el control de Panrico, hasta que en 2011 Oaktree se hizo con el control del 80% de las acciones. Con 200 millones de p¨¦rdidas en los ¨²ltimos tres a?os, los propietarios amenazaron en octubre pasado con el cierre de Santa Perp¨¨tua de Mogoda (Vall¨¨s Occidental) si no reduc¨ªa sus costes salariales, que cifraba en un 40% por encima de los del resto de plantas.
El profesor Gerard Costa, de ESADE, entiende que la sostenibilidad de Panrico comenz¨® a resquebrajarse en 2000, cuando intent¨® diversificar la gama de productos y entrar en los supermercados para crecer en los hogares con productos envasados. A los 100.000 puntos de venta en hoteles, restaurantes y cafeter¨ªas (¡°que ten¨ªan una compleja gesti¨®n pero que daban mucho dinero¡±, explica), se sumaron 5.000 puntos de venta ¡°con una gesti¨®n muy simple de costes pero con rentabilidad muy baja¡±. Con todo, Costa recuerda que la deuda de Panrico no es achacable solo a la producci¨®n, sino tambi¨¦n a una mala gesti¨®n financiera. ¡°La idea de no depender ¨²nicamente de un producto fresco era buena, pero fall¨® y, adem¨¢s, coincidi¨® con la crisis¡±, precisa.
La deuda de Panrico no es achacable solo a la producci¨®n, sino tambi¨¦n a una mala gesti¨®n financiera
A todo esto, y con el paso de las d¨¦cadas, la planta de Santa Perp¨¨tua se ha convertido en ¡°la joya de la corona, con unas condiciones para los trabajadores inauditas logradas gracias al reconocimiento de la empresa y a ganar un pulso tras otro¡±, seg¨²n Costa. Estas buenas condiciones, como en su d¨ªa lo fueron en otras empresas agroalimentarias como Damm y Frigo, son las que han llevado a la actual direcci¨®n a exigir una rebaja salarial de hasta el 25%, en parte a costa de pluses, las famosas mochilas. El refer¨¦ndum celebrado el pasado martes aprob¨® la rebaja, pero evidenci¨® la profunda brecha que hay entre los empleados de administraci¨®n y distribuci¨®n (donde tiene mayor¨ªa UGT) y los que trabajan en la f¨¢brica (donde CC OO es l¨ªder).
Desde IESE, el profesor Jaume Llopis coincide con Costa en que la complicada situaci¨®n que atraviesa Panrico no es fruto de una sola circunstancia. Se debe a un c¨²mulo: ¡°una gesti¨®n m¨¢s financiera que de producci¨®n que ha llevado a una gran deuda, unos costes laborales fruto de muchos a?os, inversiones err¨®neas¡ y la crisis¡±. El refer¨¦ndum ha dividido a la plantilla pero ha salvado la fabricaci¨®n de donuts en Catalu?a. La misma semana que se ha materializado la entrada de los nuevos socios en Cacaolat. El desayuno catal¨¢n de bar, de cacaolat y donut, est¨¢ salvado por ahora.
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