Volver a encender la esperanza
El folclore de los setenta pide voz en estos tiempos turbulentos Tras un a?o de reuniones en un local de Madrid R¨ªo hoy se presenta Pioneros del Folk
¡°Dicen los viejos que en este pa¨ªs hubo una guerra¡¡±. Libertad sin ira,de Jarcha, se convirti¨® en el himno no oficial de la Transici¨®n, y su m¨²sica, como la de otros coet¨¢neos ¡ªNuevo Mester de Juglar¨ªa, Aguaviva, Carcoma, Vino Tinto, Joaqu¨ªn D¨ªaz¡¡ª, en la banda sonora de una sociedad en continua esperanza democr¨¢tica. Hoy, con aquel sue?o consolidado, la nostalgia por el pasado y la preocupaci¨®n por el futuro, seg¨²n el caso, convocan una vez al mes en un local de Madrid R¨ªo a un grupo cada vez m¨¢s numeroso de antiguos componentes de aquellas formaciones. Para algunos, como el periodista Pedro Piqueras (miembro de Carcoma entre 1975 y 1976), es solo una excusa para pasar un buen rato; para otros, como Josu¨¦ Arnold, de Allegro Vivace, se trata tambi¨¦n de reivindicar el papel de la m¨²sica y servir como referencia en una ¨¦poca ¡°en la que parece que vamos hacia atr¨¢s, con tantos recortes¡±. Hoy presentan en el Caldero de Cobre (avenida del Manzanares, 166) Pioneros del Folk, la asociaci¨®n que han constituido tras un a?o de andadura, con la lectura de un manifiesto y la actuaci¨®n de Miguel Labrada, de Aguaviva, y N¨¦stor Raluy, a las 20.30 (10 euros con consumici¨®n).
?Fue el Nuevo Mester de Juglar¨ªa quien puso todo en marcha, explica Luis Mart¨ªn, uno de sus miembros. ¡°A Javier [de Castro, parte de Carcoma] se le ocurri¨® juntar a todos estos grupos de los a?os setenta en el festival Folk Segovia, que dirijo, en 2008. Ese fue el inicio¡±. Verse de nuevo sobre un escenario despert¨® en muchos las ganas de volver a tocar, y dos a?os despu¨¦s, el 2 de octubre de 2010, empezaron a juntarse en el Caldero. Desde entonces, se ven el tercer martes de cada mes, aunque no siempre son los mismos, y han ido acopl¨¢ndose otros: Ismael, Pablo Guerrero, Jarcha, Ma¨ªz y Laurel, Jubal¡
Pioneros del Folk es, ante todo, una reuni¨®n de amigos, y eso queda patente desde el primer momento: la camarader¨ªa que se vislumbra en cada gesto. Les hace ilusi¨®n estar aqu¨ª. Una vez dentro, Piqueras recuerda la g¨¦nesis de tantas formaciones: ¡°Fue muy interesante, porque entonces a¨²n no exist¨ªan las autonom¨ªas, y comenzaron a salir grupos un poco como representaci¨®n territorial. Fue un movimiento que se fragu¨® en la universidad, sobre todo para recuperar el folclore tradicional, que estaba asociado a la secci¨®n femenina, al franquismo. Tambi¨¦n hab¨ªa mucha canci¨®n social, que luego aprovech¨® la pol¨ªtica¡±. El abanico, se?ala Francis Cervera, de Aguaviva, ¡°era muy amplio, desde el folclore m¨¢s puro a la canci¨®n protesta¡±, y ¡°se concienci¨® a la gente de que con este tipo de m¨²sica se pod¨ªan divertir¡±, afirma Mart¨ªn. ¡°El d¨ªa que mataron a Puig Antich est¨¢bamos celebrando unas noches de folken el Colegio Mayor Aquinas, en la Complutense. Empez¨¢bamos a las ocho y termin¨¢bamos a las 10 de la ma?ana¡±.
Han pasado m¨¢s de 30 a?os, pero en la crisis actual se ven signos de la lucha de entonces, afirma Arnold. Para Juan Manuel del Valle, de Vino Tinto, ¡°tenemos la responsabilidad de decir: lo pasamos de aquella manera, y salimos adelante¡±. Pioneros del Folk, afirma su manifiesto, se propone contribuir ¡°a que un pa¨ªs que se mueve entre la ilusi¨®n escasa y la indignaci¨®n pueda encender la esperanza a trav¨¦s de la canci¨®n, de la m¨²sica de ra¨ªz¡±.
¡°El problema¡±, argumenta Jos¨¦ Andr¨¦s Piedra, de Hootennanny, ¡°es que no hay nada tangible con lo que pelearse; es el sistema el que falla¡±. Antes, sin embargo, s¨ª hab¨ªa un enemigo com¨²n [la dictadura]? y el papel de la m¨²sica era expresar lo que de otra forma no se pod¨ªa decir. ¡°Ahora, el punto de partida [de los j¨®venes] es el desencanto; antes era la represi¨®n¡±, apunta Piqueras.
La censura era algo tristemente cotidiano. Labrada recuerda una an¨¦cdota ocurrida en Estudio Abierto, de Jos¨¦ Mar¨ªa ??igo. ¡°Est¨¢bamos en Roma, en casa de Alberti. Antonio D. Olano, un periodista que estaba con nosotros, inform¨® a los directivos de RTVE de que hab¨ªamos estado all¨ª y que ¡®se preparaba una buena¡¯. Cuando llegamos a Barajas, nos retuvo la polic¨ªa y tuvieron que llamar al director de la discogr¨¢fica; al final nos llevaron directamente a Prado del Rey. Ten¨ªamos que tocar cuatro canciones, pero al llegar a la tercera, ??igo se puso frente a las c¨¢maras y cort¨® el programa¡±. Hab¨ªa mucho miedo a la censura, que estaba en todas partes, y por cualquier cosa te pod¨ªan cancelar un programa.
?La m¨²sica puede devolver la esperanza? La unanimidad es absoluta. ¡°No te quepa duda¡±, sostiene Del Valle. Y al preguntarles acerca de una canci¨®n de entonces para hoy, surgen Libertad sin ira, de Jarcha; A c¨¢ntaros, de Pablo Guerrero, y Canto a la Libertad, de Labordeta. Tres temas que constituyen la banda sonora de estos Pioneros para la incertidumbre de hoy en d¨ªa.
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