Epidemia
"Es nuestra obligaci¨®n impedir que se propague el mito adanista de este nuevo Fabra construido sobre la premisa suicida de negar lo evidente"
La desvergonzada operaci¨®n de maquillaje pol¨ªtico y medi¨¢tico a la que se est¨¢ sometiendo a Alberto Fabra es, en estos momentos, el mayor peligro para la democracia valenciana y para la recuperaci¨®n de nuestro prestigio econ¨®mico y pol¨ªtico. Su supuesto cambio de actitud respecto a la corrupci¨®n no es m¨¢s que un inmenso y grotesco ejercicio de cinismo que ha de ser desenmascarado antes de que se convierta en una densa niebla de propaganda tras la que desaparezca definitivamente tanto irresponsable y tanto dinero p¨²blico.
Es falso que Fabra haya destituido a ning¨²n director general, a ning¨²n imputado por corrupci¨®n, o iniciado ninguna investigaci¨®n ni comisi¨®n parlamentaria. Afirmo con rotundidad que ese discurso no es m¨¢s que una sarta de mentiras cuya verosimilitud se sostiene sobre la complicidad de quienes, todav¨ªa hoy, sue?an con mantener este r¨¦gimen de propaganda y latrocinio.
Fabra no ha destituido a Felip, lo ha detenido la polic¨ªa. Los registros en busca de la documentaci¨®n, contratos, expedientes y archivos efectuados por la Udeco no se han producido en un zulo secreto en el Vall de la Murta, se han producido en los despachos de las consejer¨ªas del Gobierno que preside Alberto Fabra, donde bajo su mandato podr¨ªan haber sido manipulados, escondidos del control parlamentario y donde gobernaban con mano de hierro aquellos a quienes ¨¦l confirm¨® en sus cargos.
Fabra podr¨ªa alegar ignorancia si no fuera porque conoci¨®, hace m¨¢s de un a?o, a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n y de las intervenciones de la oposici¨®n en las Cortes a las que pertenec¨ªa como diputado, el relato detallado y el alcance exacto de las tropel¨ªas perpetradas por sus, todav¨ªa hoy, compa?eros de partido y grupo.
Fabra no ten¨ªa ninguna duda sobre la naturaleza de la trama desarticulada, su ¨²nica duda era si la justicia acabar¨ªa actuando. Porque Fabra no sabe hoy nada que no supiera hace meses. La ¨²nica novedad es que ya no le es posible esconder la verdad que ¨¦l conoc¨ªa con detalle y que su Gobierno y su portavoz parlamentario se han afanado en ocultar.
Para Fabra, y esto explica el apoyo a Blasco, tramar, saquear, mentir o manipular parecen ser pr¨¢cticas v¨¢lidas? siempre y cuando no seas sorprendido in fraganti
Para Fabra, y esto explica el apoyo a Blasco, tramar, saquear, mentir o manipular parecen ser pr¨¢cticas v¨¢lidas en el gobierno de lo p¨²blico siempre y cuando no seas sorprendido in fraganti. Para ellos no hay verg¨¹enza en el delito, solo en la ineptitud como delincuente del que resulte detenido.
Ninguno de los 15 detenidos por la presunta trama de corrupci¨®n en la Consejer¨ªa de Cooperaci¨®n es nadie sin Blasco. Lo s¨¦ yo. Lo sabe Fabra. Y lo saben todos los periodistas, pol¨ªticos y empresarios valencianos porque el propio Blasco se encarg¨® de proclamarlo en todos los reservados y comedores en los que se hizo acompa?ar por ellos. Son los socios de sus socios, los amigos de sus amigos, los hermanos de sus hermanos; siervos de un antiguo se?or¨ªo cuyo mapa se dibuja y se extiende en el intangible territorio del poder que decidi¨® las adjudicaciones, los contratos y las subvenciones que pusieron nuestro dinero al servicio del partido de Fabra, Rus y quienes hoy contin¨²an amparando al principal urdidor de esta y tantas otras tramas.
As¨ª que nadie se llame a enga?o: en esto, Fabra es lo mismo que Camps. Quienes quieran olvidarlo hoy, que recuerden el car¨ªsimo precio de su amnesia pasada cuando pensaron que tampoco Camps era lo mismo que Zaplana. Son lo que hacen y hacen exactamente lo que son: lo mismo.
Es nuestra obligaci¨®n impedir que se propague el mito adanista de este nuevo Fabra construido sobre la premisa suicida de negar lo evidente. Fabra fue el alcalde que cobij¨® al otro Fabra en el mullido regazo de su Consistorio. Fabra era el entusiasta diputado que se despellej¨® las palmas de las manos entre v¨ªtores y aleluyas cada vez que Camps se deslizaba por la misma escalinata que hoy ¨¦l mismo recorre en cada nuevo pleno. Fabra ha ordenado desnaturalizar la comisi¨®n de Emarsa convirti¨¦ndola en un sainete rid¨ªculo al servicio de los que con el carn¨¦ del PP como pala, excavaron las cloacas por las que se han perdido los millones de euros que hoy busca el juez en Andorra. Fabra no es Camps, eso es cierto, pero solo porque Fabra puede ser peor. Porque esta epidemia de corrupci¨®n y verg¨¹enza que asola nuestra comunidad solo puede acabar de dos maneras: o generamos los anticuerpos, legislativos, ¨¦ticos y c¨ªvicos necesarios para fortalecer los ¨®rganos que sostienen nuestra democracia, o acabaremos atrapados en un repugnante r¨¦gimen que, de la mano de Fabra, se habr¨¢ vuelto por fin resistente a la ¨²nica vacuna conocida contra esta funesta lacra que hoy nos arruina como sociedad: la verdad.
Clara Tirado es diputada del PSPV-PSOE en las Cortes Valencianas.
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