Un pueblo que representa la batalla
¡°?Qu¨¦ es peor, la lucha o la espera?¡±, le pregunta sobre el terreno la joven autora Lola Blasco a un antiguo combatiente saharaui que ve pasar el tiempo en el campo de refugiados de Tinduf. En 2010, cuando Marruecos arras¨® el campamento de Agdaym Izik, pr¨®ximo a El Aai¨²n, Lola, de 28 a?os, lo ignoraba todo sobre nuestra excolonia: el abandono vergonzante en que Espa?a la dej¨® tras la Marcha Verde marroqu¨ª, su lucha en franca desventaja, el aislamiento de la mitad de su poblaci¨®n al otro lado del muro de 2700 kil¨®metros levantado por los ocupantes¡ Impactada, cogi¨® su maleta y se plant¨® en solitario en Tinduf para saber m¨¢s, de primera mano. Los hijos de las nubes, fruto de aqu¨¦l viaje, es un documental esc¨¦nico donde se solapan en primera persona la voz de la cronista, la opini¨®n editorial y el testimonio elocuente (o el silencio) de quienes conoci¨® all¨ª.
Los hijos de las nubes
Autora: Lola Blasco. Int¨¦rpretes: Miquel Ins¨²a, Delia Vime, Borja Maestre. Luz: Jes¨²s Almendro. Direcci¨®n: Juli¨¢n Fuentes Reta. Sala Cuarta Pared. Del 29 de febrero al 10 de marzo.
Su labor concilia la del periodista con la del poeta, en el sentido en que Jos¨¦ Hierro dec¨ªa: ¡°Es poeta qui¨¦n intenta que aquello que iba a perderse no se pierda¡±. Con una puesta en escena sencilla, di¨¢fana y c¨¢lida de Juli¨¢n Fuentes Reta, Los hijos de las nubes nos descubre aqu¨¦l rinc¨®n sahariano a trav¨¦s de la mirada limpia y sorprendida de una joven movida por la empat¨ªa y porque all¨ª tenemos una responsabilidad heredada. Arropada por el director, Blasco nos enreda en su b¨²squeda y nos participa sus emociones, sus peque?os hallazgos y su desconcierto ante lo imprevisto y ante lo demasiado previsible. A veces, le parece que los saharauis est¨¢n representando para ella y para s¨ª mismos el modo de vida que dejaron atr¨¢s. Hasta sus campamentos toman nombres de ciudades del otro lado del muro: ¡°Los saharauis son un pueblo que representa la batalla¡±, nos dice.
La interpretaci¨®n, contenida pero vigorosa; una luz muy bien puesta y un espacio sonoro que mete la arena del desierto por los o¨ªdos, nos llevan en volandas durante los dos primeros tercios del documental esc¨¦nico. En el ¨²ltimo, Blasco se trae el foco a Espa?a, lo pone a nuestro pesar sobre Franco agonizante y orilla el tema principal, para nuestro desconcierto.
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