Constructores de la modernidad
El Koldo Mitxelena descubre proyectos irrealizados de Aizpurua y Labayen Ambos autores son referentes de la arquitectura racionalista en Espa?a
Dos de los m¨¢s reconocidos arquitectos vascos, Jos¨¦ Manuel Aizpurua (1902-1936) y Joaqu¨ªn Labayen (1900-1996), participaron en octubre de 1929 en el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna en Frankfurt (Alemania) el mismo d¨ªa en que la Bolsa de Nueva York se desplomaba y daba origen a una crisis financiera que se ex pandi¨® hasta el coraz¨®n de Europa. Aizpurua y Labayen, referentes del racionalismo espa?ol, demandaban entonces un nuevo modelo urbano y arquitect¨®nico que solucionase los problemas sociales y econ¨®micos.
Ocho d¨¦cadas despu¨¦s, esa reivindicaci¨®n sigue vigente. La exposici¨®n Arkitektura, noizko? (¡°?Para cu¨¢ndo, arquitectura?¡±) no solo presenta objetos, fotograf¨ªas y planos, adem¨¢s de maquetas de los proyectos que los dos profesionales guipuzcoanos no llegaron a construir, sino que pone en liza tambi¨¦n la necesidad de renovar la esencia de la arquitectura.
La muestra suma fotograf¨ªas, planos, maquetas y otro tipo de objetos
La muestra, abierta hasta el 21 de abril, se present¨® ayer en el Koldo Mitxelena con la participaci¨®n de su comisario, Santos Brega?a; el arquitecto e investigador Jos¨¦ ?ngel Medina y la directora de Cultura guipuzcoana, Garazi L¨®pez de Etxezarreta. ¡°El debate al derecho de la vivienda en plena crisis financiera est¨¢ reconocido formalmente, pero es irreal. Aunque tan vigente como en los a?os treinta¡±, apunt¨® L¨®pez de Etxezarreta.
La obra expuesta de los autores del Club N¨¢utico, edificio emblem¨¢tico del racionalismo europeo ubicado en la bah¨ªa donostiarra, se completa con un cat¨¢logo que recoge todo el trabajo que ambos desarrollaron. Planos y memorias aportan documentaci¨®n y textos in¨¦ditos en gran parte cedida por sus familias. En las paredes cuelgan proyectos desde un restaurante en Ul¨ªa, un hospital en San Sebasti¨¢n, un instituto de Segunda Ense?anza en Cartagena (Murcia) y una casa-tipo econ¨®mica de 1932, entre otros.
¡°El N¨¢utico, por ejemplo, se estudia en el extranjero en los libros a la altura de Sert o Le Corbusier y aqu¨ª ha estado relegado a algo folcl¨®rico, maltratado por los usuarios. Ojal¨¢ sirva para despertar una cierta sensibilidad y se recupere su estado original¡±, opin¨® Brega?a.
Aizpurua y Labayen acabaron sus estudios en 1927 y trabajaron juntos desde ese a?o hasta 1936, en que el primero, miembro de la Falange, fue fusilado en la c¨¢rcel de Ondarreta.
Durante esos nueve a?os desplegaron una intensa actividad que les llev¨® a presentar proyectos en numerosos concursos que no ganaron, a realizar encargos que no vieron la luz y tambi¨¦n a dise?ar muebles.
El nombre e imagen que ilustra la muestra no est¨¢n escogidos al azar. Una fotograf¨ªa de los autores saltando en una azotea refleja ¡°la euforia y el hambre de modernidad¡± de los arquitectos al borde de la Guerra Civil, destac¨® Medina.
El t¨ªtulo de la exposici¨®n toma el nombre de un art¨ªculo que Aizpurua escribi¨® en La Gaceta Literaria en 1930, un texto muy radical en el que comparaban a los arquitectos con los pasteleros. ¡°Podemos decir con orgullo que hubo dos guipuzcoanos que estuvieron all¨ª en una ¨¦poca en la que propusieron todas estas ideas de primera l¨ªnea de trinchera para que la arquitectura fuese mejor, m¨¢s racional, m¨¢s humana¡±, concluy¨® Medina.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.