¡°Es duro ser discriminada¡±

¡°Es duro ser discriminada, darte la torta a los 32 a?os cuando te dicen a la cara que no quieren a una mujer en un puesto de responsabilidad¡±. Es la reflexi¨®n de una ingeniera industrial que se halla en paro desde hace un a?o y medio. Nerea ¡ªnombre ficticio¡ª trabaj¨® nueve a?os en una importante empresa de base tecnol¨®gica en San Sebasti¨¢n. Ocup¨® el puesto de responsable en el departamento de ingenier¨ªa, con 10 ingenieros a su cargo, hasta que hace dos a?os una multinacional adquiri¨® la compa?¨ªa y decidi¨® relegarla de su cargo.

Esta licenciada en Tecnun, la Escuela Superior de Ingenieros de la Universidad de Navarra, abandon¨® la empresa tras alcanzar un acuerdo con sus directivos. ¡°Despu¨¦s de un trabajo intenso y la experiencia adquirida durante tantos a?os, no pod¨ªa rebajarme a estar en una esquina \[de la empresa\], como me planteaban¡±, explica, a¨²n con resentimiento, mientras toma un caf¨¦.

Nerea cumple con el perfil del desempleo en Euskadi, la ¨²nica comunidad aut¨®noma, seg¨²n alerta Emakunde, donde el paro afecta a las mujeres cualificadas, de entre 25 y 35 a?os de edad y que llevan entre uno y dos a?os buscando un puesto de trabajo. En el Pa¨ªs Vasco, seg¨²n Emakunde, las mujeres, que hoy celebran su D¨ªa Internacional, acaparan el 86% de las contrataciones a tiempo parcial, el 88% de los trabajos sin contrato y el 90% de los permisos de conciliaci¨®n para el cuidado de otras personas. De acuerdo con los ¨²ltimos datos del Ministerio de Empleo, Euskadi suma 74.139 mujeres desempleadas.

En el caso de esta joven ingeniera, est¨¢ a punto de agotar la prestaci¨®n como parada y no sabe c¨®mo abordar su futuro laboral. Muy disciplinada, env¨ªa una media de cinco curr¨ªculos a la semana, pero no llegan las ofertas. ¡°S¨¦ que no me llaman para hacer una entrevista porque soy mujer. Me est¨¢ costando encontrar esa oportunidad para presentar mi experiencia laboral y acceder a un trabajo¡±, se lamenta.

¡°No se acostumbran a que una mujer les discuta cuestiones t¨¦cnicas¡±

No se le achica la voz al plantear de forma reivindicativa el techo de cristal, la dificultad de las mujeres para acceder a puestos directivos. ¡°A las mujeres cualificadas se les reconoce peor en el mercado que a los hombres, pero esto es dif¨ªcil de demostrar¡±, afirma.

Desde hace un tiempo forma parte de la Junta del Colegio de Ingenieros Industriales de Gipuzkoa, una ¡°oportunidad¡±, seg¨²n dice, para ¡°hacernos m¨¢s visibles¡± e intentar reducir la brecha de desigualdad existente entre ambos g¨¦neros. Reconoce abiertamente que la industria es un sector tradicionalmente masculino, en el que cuesta romper con los estereotipos.

¡°La verdad es que los compa?eros te acaban respetando, pero al principio hay que demostrar m¨¢s que un hombre¡±, se?ala al enumerar los diferentes proyectos en los que ha trabajado liderando equipos. ¡°Les cuesta ver a una mujer en puestos de responsabilidad. No est¨¢n acostumbrados a que una mujer les discuta cuestiones t¨¦cnicas¡±, prosigue.

M¨¢s de 74.000 ciudadanas vascas se encuentran

Seg¨²n la encuesta de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, actualmente, la diferencia salarial entre hombres y mujeres es de m¨¢s de 7.000 euros anuales, un factor que reproduce y perpet¨²a la desigualdad. Nerea reconoce que en su campo esa diferencia es a¨²n m¨¢s grande. Como media, una mujer ingeniera industrial gana 44.427 euros frente a los 61.740 euros que percibe un var¨®n en un mismo puesto, un 28% menos, seg¨²n datos a los que ha tenido acceso este peri¨®dico. ¡°Habr¨ªa que ver si esta discriminaci¨®n salarial es porque hay mujeres que no siguen con su carrera profesional y se estancan con una reducci¨®n de jornada o mujeres que s¨ª quieren ascender pero se encuentran con barreras¡±, apunta.

Con el ¨¢nimo de seguir con su formaci¨®n, el a?o pasado realiz¨® un m¨¢ster en Direcci¨®n de Empresas organizado por la C¨¢mara de Comercio de Gipuzkoa e impartido por Mondragon Unibertsitatea. Como dato significativo, se apuntaron 24 personas, de las que 22 eran hombres con un puesto de trabajo y dos mujeres que estaban en paro.

Sin hijos, ni pareja, y con una hipoteca a la que hacer frente, esta joven guipuzcoana ve el futuro incierto: ¡°En tiempos de pleno empleo hab¨ªa trabajo para casi todos los ingenieros, daba igual si eras hombre o mujer, pero ahora contratan a ellos¡±.

No descarta salir fuera, a Madrid o Barcelona, pero reconoce que pronto tendr¨¢ que mirar al extranjero. ¡°No es lo mismo salir fuera con 23 a?os y ver mundo que tener 33 y la obligaci¨®n de emigrar cuando ya has visto mundo. Yo quiero quedarme y generar riqueza aqu¨ª¡±, recalca.