¡°Tenemos que hacer cultura de la resistencia¡±
El director del grupo Atalaya y del proyecto TNT asegura que Andaluc¨ªa ha vivido a?os de "fuegos de artificio" y ahora es el tiempo de la resistencia de hacer una cultura "en contacto con la gente"
Ricardo Iniesta (?beda, Ja¨¦n, 1956) es un hombre vehemente. Un adjetivo que le viene como anillo al dedo, por impetuoso y apasionado, si olvidamos una de sus acepciones, la de irreflexivo. Porque este teatrero, que lleg¨® a Sevilla en 1982 y un a?o m¨¢s tarde fund¨® la compa?¨ªa Atalaya, le da muchas vueltas a todo. A la cultura, a c¨®mo el teatro puede hacer el mundo m¨¢s habitable, a encontrar f¨®rmulas para la integraci¨®n a trav¨¦s de la escena... Iniesta lleva toda la vida luchando desde y por el teatro. Adem¨¢s de producir y pasear por el mundo 16 espect¨¢culos con Atalaya, cre¨® el centro privado de investigaci¨®n teatral Territorio de Nuevos Tiempos (TNT) y, en 2008, lo convirti¨® en teatro, con dos salas de exhibici¨®n, aulas, biblioteca y una programaci¨®n regular. El mismo a?o recibi¨® el Premio Nacional de Teatro. Aunque lo suyo es dirigir, ha demostrado ser un buen gestor cultural. TNT se ha convertido en una verdadera empresa que este a?o montar¨¢ cuatro producciones nuevas y tendr¨¢ a 50 personas en gira.
?Pregunta. ?C¨®mo est¨¢ la salud de la cultura andaluza?
Respuesta. La cultura es de los sectores m¨¢s fr¨¢giles de la sociedad. Quienes la hacemos somos, o deber¨ªamos ser, sensibles a los cambios que se est¨¢n produciendo en nuestro entorno. La situaci¨®n actual del mundo es mala; la de Europa, peor; la de Espa?a, muy mala, y la de Andaluc¨ªa, requetemala. Es como si fu¨¦ramos haciendo un zoom.
P. ?Por qu¨¦ afecta m¨¢s la crisis a la cultura en Andaluc¨ªa?
Estoy radicalmente en contra del concepto de industria cultural
R. A partir de la Expo de 1992, cuando todo eran grandes fastos, hemos jugado a farolear, al farise¨ªsmo y a los juegos de artificio y yo me incluyo en el lote. Por ejemplo, en el teatro, el problema es que el p¨²blico pagaba muy poco por las entradas porque los espect¨¢culos estaban subvencionados. Ahora, con la crisis, el sistema ha cambiado y se va a taquilla, pero la gente no est¨¢ acostumbrada a pagar lo que cuesta realmente una entrada. Y esto es lo que ha ocurrido tambi¨¦n con el resto de los sectores, con la m¨²sica, los libros, las exposiciones...
P. ?Qu¨¦ propone usted para salvar este escollo?
R. Hay que volver a la cultura de la verdad, de lo aut¨¦ntico. Hay que huir de los grandes fastos y hacer una cultura que est¨¦ en contacto con la gente. En el distrito Norte, donde est¨¢ ubicado TNT, viven unas 80.000 personas y cada a?o pasan por el centro unos 15.000 espectadores, de los cuales un tercio son del barrio y trabajamos para que esa cifra aumente. Son gente que no hab¨ªa ido al teatro en su vida y que lo han descubierto cuando lo hemos acercado a su entorno.
P. ?Qu¨¦ puede hacer el sector para ayudar a sortear la crisis?
R. Andaluc¨ªa ha vivido durante las tres ¨²ltimas d¨¦cadas una de sus ¨¦pocas m¨¢s esplendorosas, especialmente en cultura. Hasta que estall¨®, hace tres a?os, lo que podr¨ªamos denominar la tercera guerra mundial. Una guerra que, como las anteriores, se ha desarrollado en Europa. Una guerra de los bancos y los mercados contra los pueblos. Los pueblos la hemos perdido, ahora nos queda resistir. Al igual que los maquis resistieron en la posguerra, tenemos que resistir en esta posguerra que no sabemos cu¨¢nto va a durar. La cultura desempe?a un papel esencial, un papel de unidad con los pueblos de resistir codo a codo con la gente y trabajar sobre la memoria, sobre la verdad, sobre los detalles. Ah¨ª es donde est¨¢ la esencia de la cultura en Andaluc¨ªa y nuestro futuro tiene que ir unido a Andaluc¨ªa, al pueblo andaluz.
Lo que falta en Andaluc¨ªa es la posibilidad de diversificar
P. Pues el futuro de la cultura, seg¨²n apunta la clase pol¨ªtica, es buscar su rentabilidad econ¨®mica...
R. Yo, como ya dijo Adorno en 1947, estoy radicalmente en contra del concepto de industria cultural. La cultura es arte y tambi¨¦n artesan¨ªa, pero una industria hace las cosas en serie. Si nos regimos por el objetivo de una industria, que es buscar la rentabilidad econ¨®mica por encima de todo, por ejemplo, desaparecer¨ªan las orquestas de m¨²sica cl¨¢sica. Lo rentable ser¨ªan los conciertos de estrellas del rock o del pop que puede llenar estadios. Si nos regimos por criterios econ¨®micos nosotros no habr¨ªamos montado Ricardo III, que ten¨ªa nueve actores, o La ¨®pera de tres centavos, con 15 int¨¦rpretes; solo har¨ªamos mon¨®logos.
P. Ahora que los presupuestos encogen, las Administraciones est¨¢n animando al sector a buscar sus propias fuentes de financiaci¨®n a trav¨¦s de patrocinadores, ?el sector necesita de las subvenciones para sobrevivir?
R. Casi todo en este pa¨ªs recibe subvenciones: la agricultura, la industria automovil¨ªstica, los ganaderos, los peri¨®dicos... Cambiar subvenciones por patrocinio no es algo que se pueda hacer de la noche a la ma?ana. Hay pa¨ªses, como Brasil, en los que el patrocinio es una costumbre y los grandes festivales se organizan sin dinero p¨²blico. Pero, adem¨¢s de una tradici¨®n, el mecenazgo necesita una ¨¦poca de esplendor para florecer y no estamos precisamente en una.
P. ?Qu¨¦ le propondr¨ªa usted al partido que gane las pr¨®ximas elecciones andaluzas para reflotar la cultura?
R. Una de las cosas que falta en Andaluc¨ªa es la posibilidad de diversificar. Hay que abrir nuevos campos, ir sembrando un mont¨®n de semillas y, posiblemente, saldr¨¢n una o dos. Si nos limitamos a una sola cosa y sale mal, podemos despedirnos. La ¨²ltima posguerra que vivi¨® Espa?a dur¨® casi 20 a?os, espero que esta dure menos... Ahora somos maquis y tenemos que hacer una cultura de la resistencia. Tengo la mentalidad de un maquis y s¨¦ que para funcionar tenemos que apoyarnos en nuestra gente, como nosotros hemos hecho en TNT. Hemos mirado hacia Europa, hacia Espa?a, pero tambi¨¦n a la gente del barrio. Lo que nos ha salvado son nuestras ra¨ªces.
P. Los impagos de los Ayuntamientos y los recortes en los presupuestos han golpeado duramente al teatro andaluz, ?c¨®mo han salido ustedes a flote?
R. La situaci¨®n, en general, es penosa. Nosotros nos hemos salvado gracias a TNT y a todos los proyectos europeos que salen del centro, como La casa de Bernarda Alba, que hemos montado con gitanas de El Vacie y que todav¨ªa est¨¢ girando. Si no hubiera sido por la actividad del centro, Atalaya habr¨ªa desaparecido despu¨¦s de Ariadna. Aun as¨ª, la media de representaciones anuales antes de 2008 era de 80 y en 2012, aunque no nos podemos quejar en absoluto, tenemos concertadas 50. Entre el centro y la compa?¨ªa, este a?o vamos a tener a medio centenar de actores y t¨¦cnicos en gira con cuatro producciones nuevas, entre ellas Celestina. La tragicomedia, que estrenamos el 1 de marzo.
P. ?Y c¨®mo est¨¢ el resto de la profesi¨®n?
R. Hace tres a?os, cuando sal¨ªamos de la comunidad o en otros pa¨ªses, pon¨ªan como ejemplo la calidad del teatro andaluz: La Zaranda, Los Ullen, La Imperdible, Teatro del Velador o Espejo Negro, por citar unas cuantas. Sin embargo, en 2010 hab¨ªan desaparecido casi un tercio de las compa?¨ªas andaluzas y lo peor es que la lista de bajas es ahora mucho mayor y sigue aumentando.
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