Odisea optimista con Bernstein

Candide es de todo menos convencional. La opereta salida de las manos exquisitas de Leonard Bernstein es una historia universal de optimismo ante un mundo que no para de dar reveses a un ingenuo Candide, encarnado por el tenor Antoni Comas. La m¨²sica del m¨¢s grande compositor neoyorquino llega a los Teatros del Canal este domingo bajo la direcci¨®n de Paco Mir en un montaje modesto pero ambicioso. Ser¨¢ la primera vez que se interprete en la capital en espa?ol.

Candide narra la historia de un so?ador, un hombre que recorre el mundo y que descubre en su periplo la dureza de la vida y una realidad que no esperaba. ¡°La historia no va mucho m¨¢s all¨¢, no entra en exageraciones. No es tan heroica como West Side Story. Candide es un paradigma y queda a juicio del espectador si lo que pasa en el escenario es bueno o malo, ¨²til o in¨²til¡±, explica Antoni Comas.

Le acompa?an en el escenario cantantes como Mar¨ªa Rey-Joly o Axier S¨¢nchez, pero no habr¨¢ nadie en el foso. El montaje traslada la orquesta a la parte trasera del escenario, rompiendo los c¨¢nones de la ¨®pera. La Joven Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid estar¨¢ dirigida por Manuel Coves. ¡°Si cierras los ojos, no te das cuenta de que es una orquesta joven la que est¨¢ tocando. Son realmente buenos¡±, explica Comas. La orquesta y el montaje vienen avalados por el ¨¦xito del verano pasado cuando estrenaron la obra en San Lorenzo de El Escorial.

La historia, inspirada en una obra de Voltaire, no es tan banal como puede parecer a primera vista. Seg¨²n Comas, si hay un ideal que se desprenda de esta opereta es la bonhom¨ªa personificada en Candide, pero no cree que tenga un final pesimista, todo lo contrario. ¡°Candide no se desencanta, se da cuenta de que el mundo es distinto a como ¨¦l pensaba. Es la historia del G¨¦nesis: al principio son cuatro t¨ªos que est¨¢n en un castillo sin hacer nada, que es como el Ed¨¦n, y luego llega la manzana, y a trabajar con el sudor de tu frente. Pero no es desencanto, sino un cambio de actitud¡±, explica el tenor, que ya estuvo en los Teatros el a?o pasado en el papel principal de Amadeu por decisi¨®n del director de los Teatros del Canal, Albert Boadella. ¡°A ¨¦l le debo el entusiasmo y que me haya dado un personaje que ya es m¨ªo para siempre¡±, comenta Comas.

Para el tenor, la opereta y la ¨®pera c¨®mica pueden solventar el problema de renovaci¨®n generacional del p¨²blico que los auditorios padecen. ¡°La ¨®pera del siglo XX se ha convertido en un experimento perpetuo del creador con su idea, y se han olvidado de que cuando sube el tel¨®n el p¨²blico quiere subir al escenario y entrar en la obra. Se crea una muralla sonora experimental, y alejas al espectador. Ahora las cosas est¨¢n cambiando: quiz¨¢ se est¨¢ dando un paso atr¨¢s pero para dar dos pasos hacia delante. Los compositores est¨¢n volviendo a la melod¨ªa y a la voz¡±, comenta el tenor. ¡°En el momento en el que haya una ¨®pera c¨®mica contempor¨¢nea, pero con buena comedia, y funcione, arrasa. Ese ser¨ªa un puente sensacional para atraer un p¨²blico masivo. La ¨®pera como formato no deber¨ªa tener problemas, pero los tiene", lamenta Comas.

Defiende que espect¨¢culos como Candide son m¨¢s accesibles que unas ¨®peras a las que las d¨¦cadas las han revestido de lujos innecesarios. ¡°Le estamos pidiendo una cosa a la ¨®pera que nunca ha pedido¡±. La ¨®pera siempre ha sido algo que la gente ve¨ªa como suyo. Nunca ha pedido 120 t¨ªos en el foso y un coro de 200 personas en el escenario, pero se lo estamos dando. Y al final da la sensaci¨®n de que la ¨®pera solo se puede hacer as¨ª. El espect¨¢culo solo requiere grandes profesionales¡±, sentencia. En este montaje el gasto est¨¢ en un vestuario sin alardes, pero no en decorado. Una simple tarima es el ¨²nico elemento que hay en el escenario. A pesar de que Candide viaja al bullicio de Buenos Aires, a la melanc¨®lica Lisboa o a Par¨ªs, nada en el escenario lo indica, pero "el p¨²blico sabe perfectamente d¨®nde estamos y lo que est¨¢ pasando". Un viaje de aprendizaje con final en una decadente Venecia, en la que Candide canta un epitafio inmortal: "Y antes de morir tratemos de dar sentido a esta vida. No somos sabios ni buenos: hag¨¢moslo lo mejor que sepamos".

Candide. D¨ªas 11, 14, 16 y 18 en la Sala Roja de los Teatros del Canal. Entradas de 30 a 50 euros. Descuentos para j¨®venes, mayores de 65 a?os y grupos.