Entre fogones y telones
¡®Un disgust dan¨¨s¡¯ retrata la sacrificada vida de dos mujeres que comparten profesi¨®n y amistad La pieza teatral se estren¨® el mi¨¦rcoles en el teatro Tantarantana de Barcelona
En la vida, las personas se relacionan por dos motivos: o bien porque las unen lazos de sangre o bien porque lo escogen, y en ese caso lo llaman amistad. Aun as¨ª, existen unos l¨ªmites que no conviene traspasar porque entonces la relaci¨®n se puede romper por un abuso. Pero ?hasta qu¨¦ punto se puede exigir a un amigo? Esa es la pregunta que se formula el dramaturgo Jumon Erra en su debut con Un disgust dan¨¨s, una obra que habla de la relaci¨®n entre dos amigas que comparten la pasi¨®n por el mundo del arte culinario. Adem¨¢s se suma un elemento siempre peliagudo de ligar con la amistad: d¨®nde empiezan los sue?os de uno y terminan las necesidades del otro.
La compa?¨ªa Jean van Mour estren¨® el mi¨¦rcoles la pieza en el teatro Tantarantana de Barcelona. La obra cuenta con el apoyo de las cocineras Carme Ruscalleda y Ada Parellada, que, al igual que Elena Fortuny y Ota Vall¨¨s en la ficci¨®n, han convertido su pasi¨®n por la gastronom¨ªa en su profesi¨®n. Ambas actrices comparten protagonismo en un relato que narra los sucesos entre dos amigas que se sientan a charlar despu¨¦s de un largo turno en el restaurante. Durante la conversaci¨®n, salen a relucir presiones acumuladas durante a?os y hasta se percibe un cierto ¡°maltrato¡±, tal como apunta Ruscalleda, y es que entablar una conversaci¨®n profunda despu¨¦s de una larga jornada de trabajo, ¡°jam¨¢s es buena idea¡±, reconoce Parellada.
Con este argumento, el autor teje una trama no exenta de secretos y consideraciones sobre el sacrificio que comporta dedicarse al mundo de la restauraci¨®n, de interminables jornadas laborales y un ritmo vital fren¨¦tico. Pero Ruscalleda revela su secreto: ¡°La clave est¨¢ en no sentirlo como una esclavitud, sino como una pasi¨®n, y aceptar que no hay nada dram¨¢tico en ello porque todas las presiones se las impone uno mismo¡±. Tanto Vall¨¨s como Fortuny coinciden en que se trata de una obra de gran calidad, "capaz de conectar con las experiencias y vivencias personales", y con un texto ¡°muy vivo¡±, que consigue crear dos personajes ¡°con un mundo enorme¡±. Fortuny subraya que al leerla nunca se hubiera imaginado que el texto fuera de alguien que nunca hab¨ªa escrito una obra.
Erra explica que siempre hab¨ªa querido escribir teatro porque es as¨ª como se imagina las historias: en forma de escenas y con di¨¢logos. Adem¨¢s, considera que es el medio m¨¢s sencillo porque solo supone el 50% del trabajo, a diferencia de la novela, en la que es el 100%. ¡°En la dramaturgia, la mitad del trabajo es del escritor y la otra parte es m¨¦rito de la interpretaci¨®n, la puesta en escena y la iluminaci¨®n¡±, subraya.
No es gratuito que el autor haya escogido a dos mujeres para la representaci¨®n. Erra considera que en el mundo femenino el nivel de intimidad y exigencia ¡°va m¨¢s all¨¢¡± que en el masculino y, por tanto, ¡°se puede jugar m¨¢s con los ecos que quedan de la intimidad personal¡±. Tampoco es coincidencia que haya situado la acci¨®n en un restaurante, propiedad de una de ellas, porque para el autor resulta muy interesante, ya que es un lugar p¨²blico que parad¨®jicamente incita a realizar confesiones muy ¨ªntimas. ¡°Son muchas las grandes decisiones que se han tomado en una mesa, tanto en el aspecto laboral como en el amoroso, porque existe un c¨®digo social que lo permite. En el metro, por ejemplo, ser¨ªa extra?o¡±. Y es que cada cosa requiere su tiempo y su espacio, incluso eso que llaman amistad.
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