Genuino y candeal
El Cirque Tzigane aterriza en el Price con un espect¨¢culo impulsado por una orquestina z¨ªngara y por la cantante rumana Delia Moldovan
A imagen de la vida gitana, fluyendo sin c¨¢lculo ni previsi¨®n, este espect¨¢culo de Alexandre Roman¨¨s, tataranieto de un italiano que abandon¨® su pr¨®spero comercio textil para unirse a una domadora z¨ªngara. El Cirque Tzigane tiene el genuino sabor n¨®mada de los min¨²sculos circos familiares de mediados del siglo XX, donde nos sent¨¢bamos apretujados en banquitos de madera. Para acomodarse en su carpa de 18 metros de di¨¢metro, donde cabr¨¢n 250 espectadores, hay que atravesar una pista alfombrada del tama?o de un sal¨®n, en la cual una orquestina z¨ªngara fant¨¢stica y la familia Roman¨¨s jalean cada n¨²mero como un cuadro flamenco jalea a su bailaor. En Par¨ªs son un fen¨®meno de referencia. Aqu¨ª, act¨²an en el enorme Circo Price, pero acaban contagiando su energ¨ªa a todo el grader¨ªo.
ROMAN?S CIRQUE TZIGANE
Direcci¨®n art¨ªstica: Alesandre Roman¨¨s. Cantante: Delia Roman¨¨s. Int¨¦rpretes: Iv¨¢n Radev, Laura de Lagillardaie, Olivier Brandicourt, Quentin Brevet, Rose Reine, Aline, Claudiu. M¨²sicos: Costobita, Ionut, Costica, Dangealas y Gigel. Teatro Circo Price. Del 9 al 25 de marzo.
Tzigane es el circo po¨¦tico por derecho, es decir, sin talleres ni dise?o, de ra¨ªz callejera, donde nos sentimos como en casa de unos anfitriones cuya hospitalidad agradecemos aplaudiendo su buena voluntad tanto como sus m¨¦ritos. Y para confirmar esta sensaci¨®n hogare?a, al final, las mujeres sacan a la pista unos bandejones llenos de bu?uelos reci¨¦n fritos, cuyo aroma nos llegaba ya varios n¨²meros atr¨¢s. Entre estos, hay un par sobresaliente, del malabarista exc¨¦ntrico Quentin Brevet, alarife de geometr¨ªas ef¨ªmeras asim¨¦tricas y extravagantes, electr¨®n suelto entre una nube de pelotas en ¨®rbita perfecta. Jonas Beauvais, malabarista con mazas, despierta la general simpat¨ªa combinando su mirada de ni?o travieso pillado in fraganti y una sonrisa perenne, con la que parece estar pidiendo por anticipado que se le disculpe la posibilidad de que sus habilidades no lleguen a complacernos lo suficiente. Ariadna Gilabert emula a Julio Salinas en la cuerda lisa: nos tiene en vilo todo el rato, pero remata siempre la faena.
El espect¨¢culo entero conserva el latido primario del circo inaugural
El espect¨¢culo entero, cosido por una m¨²sica festiva arrolladora, que iguala en car¨¢cter n¨²meros de verdadero m¨¦rito con otros ingenuos de toda ingenuidad, conserva el latido primario del circo inaugural, y su autenticidad. El p¨²blico devuelve entusiasmo por entusiasmo, da palmas a comp¨¢s sin que se lo pidan y acaba comulgando con todo. Pero la pr¨®xima vez, por favor, s¨ªrvannos al Tzigane, o al ? Cirque y dem¨¢s compa?¨ªas de ra¨ªz, en su salsa, es decir, en sus carpitas, donde tanto mejor saben, e inst¨¢lenlas dentro del Price, si caben, o en el recinto ferial de la Casa de Campo, que tan infraaprovechado est¨¢.
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