El Guggenheim ense?a las tripas

Antes de llegar a las salas de exposici¨®n las obras de arte siguen por las instalaciones de los museos un recorrido cerrado al p¨²blico. Tampoco quedan a la vista los almacenes ni los talleres de restauraci¨®n, y nadie puede imaginar mientras camina observando pinturas o esculturas que bajo sus pies largos t¨²neles albergan las instalaciones de climatizaci¨®n. El Guggenheim quiere abrir los espacios restringidos al trabajo de los profesionales para ¡°a?adir valor¡± a la experiencia de conocer el museo. Desde el muelle de carga por donde entran las obras de arte, con sus plataformas elevadoras y los materiales de embalaje, al restaurante Nerua, una estrella Michelin, en dos horas y media los visitantes ser¨¢n guiados por las instalaciones donde se trabaja para que el museo funcione. Guggenheim + se desarrollar¨¢ a lo largo de 2012 dentro de las actividades conmemorativas del 15? aniversario del museo.

Las visitas Guggenheim + forman parte del programa de promoci¨®n tur¨ªstica del Pa¨ªs Vasco que organiza Basquetour, la agencia vasca de turismo. Bajo la denominaci¨®n Experiencias top de Euskadi se propone descubrir los secretos del Guggenheim, junto a otras iniciativas gastron¨®micas, culturales o de contacto con la naturaleza. Guggenheim + ofrece por 75 euros, la entrada al museo, el recorrido guiado por los espacios habitualmente cerrados al p¨²blico y el aperitivo en el Nerua, con chacol¨ª Itsasmendi acompa?ando los bocados preparados por el chef Josean Alija.

El recorrido dura dos horas y media e incluye un aperitivo en el restaurante

La visita podr¨¢ realizarse a partir del 30 de marzo, previa reserva, los viernes en ingl¨¦s, los s¨¢bados en espa?ol y los domingos en franc¨¦s, en grupos de cinco a 15 personas. ¡°Nos hemos centrado en los or¨ªgenes del p¨²blico¡±, explic¨® ayer el director general del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte. En funci¨®n de la demanda, se ampliar¨ªa la oferta al euskera.

El recorrido cuenta con varios golpes de efecto. De la zona de descarga, con su ambiente industrial, se pasa a una sala de exposici¨®n, en la que ahora se exhibe una instalaci¨®n de piedras de pizarra de Richard Long; los pasillos subterr¨¢neos bajo la sala Fish, la m¨¢s grande del museo, donde est¨¢ colocada La materia del tiempo, de Richard Serra, desembocan en la cocina, esa s¨ª siempre a la vista del p¨²blico, del Nerua. En la tercera planta se abrir¨¢n las puertas de los talleres donde los conservadores y restauradores trabajan para mantener la salud de las obras de arte ¡ªlos espacios con m¨¢s luz natural de todo el museo¡ª y los almacenes, donde duermen las obras de la colecci¨®n no expuestas. En la biblioteca de la planta baja se mostrar¨¢n las maquetas a escala con las que se preparan las exposiciones. Y en una de las terrazas exteriores, los visitantes podr¨¢n asomarse y tener al alcance de la mano las placas de titanio que recubren el edificio.

Una restauradora revisa en los talleres del Guggenhiem un libro de Anselm Kiefer. / fernando domingo-aldama