Partidos, indultos y corrupci¨®n
La lucha contra la corrupci¨®n es una de las pocas herramientas correctivas contra la partitocracia corporativa
El pasado mes de febrero se cumplieron 20 a?os de la primera detenci¨®n por el caso de corrupci¨®n Tangent¨®poli, que cambi¨® la faz de la pol¨ªtica italiana. La polic¨ªa, movilizada por el fiscal Antonio di Pietro, detuvo con las manos en la masa ¡ªen la tangente, comisi¨®nen italiano¡ª al pol¨ªtico socialista lombardo Mario Chiesa. El entonces l¨ªder del PSI, Bettino Craxi, calific¨® a Chiesa de ¡°mangante aislado¡±, intentando desmarcarse de una cofrad¨ªa a la que ¨¦l mismo pertenec¨ªa. Poco m¨¢s tarde el propio Craxi deber¨ªa exiliarse a T¨²nez, a su villa de Hammamet, para huir de la justicia italiana. Le dio cobijo el dictador Ben Al¨ª. El tiempo borr¨® al PSI de la pol¨ªtica italiana y, para fortuna de sus compatriotas, a Ben Al¨ª de la tunecina.
Craxi puso la alfombra roja que llev¨® a Silvio Berlusconi ¡ªsu ahijado pol¨ªtico¡ª a la presidencia del Gobierno italiano. Hay quien sostiene, sin embargo, que fue el fiscal Di Pietro quien, con su persecuci¨®n de la corrupci¨®n, dej¨® la pol¨ªtica italiana como un p¨¢ramo. Mientras algunos periodistas, como Indro Montanelli, elogiaban a Craxi, otros, como Eugenio Scalfaro, lo consideraban poco menos que el jefe de una banda amamantada por la Banca Nazionale del Lavoro.
El caso es que los cultivos tradicionales de la pol¨ªtica italiana ¡ªdemocristianos y comunistas¡ª rotaron con las malas hierbas de Forza Italia y la Liga Norte. ?Nacieron de una semilla nueva o fueron una mutaci¨®n de las viejas? ?La corrupci¨®n pol¨ªtica es un peaje que toda sociedad debe soportar para no sufrir males mayores o la debe perseguir a ultranza, aun a riesgo de dar la vuelta como un calcet¨ªn al panorama pol¨ªtico?
Tirar de la manta ha tenido desde siempre detractores, que utilizan el ejemplo italiano de Mani Pulite para acusar de superioridad moral a quienes se emplean a fondo contra la corrupci¨®n. Pero, con todos los da?os colaterales que su detractores le atribuyen, esa es una de las pocas herramientas de correci¨®n del sistema democr¨¢tico para acabar con los abusos de la partitocracia corporativa. El debate sigue y seguir¨¢ abierto, y el d¨ªa a d¨ªa brinda episodios para la reflexi¨®n. El martes pasado, por ejemplo, funcion¨® el paradigma del sindicato de intereses: el Gobierno central salv¨® de la c¨¢rcel mediante indulto a un ex alto cargo de Uni¨®, el ex secretario general de Trabajo Josep Maria Servitje, y a un empresario, V¨ªctor Manuel Lorenzo Acu?a. El Ejecutivo de Mariano Rajoy desoy¨® tanto el informe de la fiscal¨ªa como el del tribunal y, con prerrogativas propias del siglo XVIII, se salt¨® la aplicaci¨®n de una sentencia de esa justicia que todos dicen respetar y acatar. El mismo martes en el que BOE publicaba la medida de gracia, la Asociaci¨®n Catalana de Municipios (ACM) se reun¨ªa y decid¨ªa negarse a auditar sus cuentas, pese a los negocios que Josep Maria Matas, ex secretario general de la entidad y ahora investigado por la fiscal¨ªa, y Xavier Sol¨¤, director de sus servicios jur¨ªdicos, han llevado a cabo durante a?os y de los que EL PA?S ha informado en las ¨²ltimas semanas. A pesar de que la ACM solo maneja dinero p¨²blico, m¨¢s all¨¢ del esc¨¢ndalo de lo informado, no se van a incrementar las medidas de control, con el benepl¨¢cito de izquierda (PSC y ERC) y derecha (CiU). Para eso de fiscalizar, a?adieron y valga la redundancia, ya est¨¢ la fiscal¨ªa.
La clave quiz¨¢ la daba el vicepresidente segundo de la diputaci¨®n de Barcelona y alcalde de Cercs (Bergued¨¤), Ferran Civil, quien se sentar¨¢ en el banquillo por dos presuntos delitos relacionados con la ordenaci¨®n del territorio. Civil tambi¨¦n est¨¢ siendo investigado por la Oficina Antifraude de Catalu?a. La argumentaci¨®n sobre su inocencia, que explic¨® a este diario, es muy parecida a la empleada por el ex presidente de la Generalitat valenciana,Francisco Camps: ¡°Si fuera un mafioso como dicen, la gente no me votar¨ªa¡±.
Las interpretaciones universales murieron hace tantos a?os como algunos totalitarismos, pero sin desmerecer la soberan¨ªa popular, una explicaci¨®n se puede hallar en la fallida pel¨ªcula El caim¨¢n, de Nani Moretti. El ascenso del berlusconismo tambi¨¦n se debe, apuntaba un cr¨ªtico cinematogr¨¢fico a prop¨®sito del filme, a muchos hombres y mujeres contempor¨¢neos, muy simp¨¢ticos a la hora de tomar el caf¨¦ y muy mezquinos al votar o pensar en el dinero.
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