Acotaciones sin malicia
"Ha venido a decir Blasco que cualquier afiliado o militante tiene derecho a presentar en el pr¨®ximo congreso del partido una candidatura alternativa a la de Alberto Fabra. Una obviedad casi banal que, sin embargo, ha merecido los honores de un or¨¢culo"
Tres de las distintas declaraciones pol¨ªticas efectuadas esta semana rehogada de ambiente fallero han sido, entre otras, motivo de comentario en algunos cen¨¢culos de los que todav¨ªa, incluso en estos fastos, se interesan por la vida p¨²blica. La primera de ellas es la de Rafael Blasco, el portavoz del PP en las Cortes. Ha venido a decir el pugnaz pol¨ªtico que cualquier afiliado o militante tiene derecho a presentar en el pr¨®ximo congreso del partido una candidatura alternativa a la de Alberto Fabra. Una obviedad casi banal que, sin embargo, ha merecido los honores de un or¨¢culo. ?Acaso preludia el s¨ªndico la irrupci¨®n de un tapado? ?Se invoca el espectro de Francisco Camps? ?Se trata de una peque?a travesura del exconsejero para atraer la atenci¨®n medi¨¢tica y enmendar algo su aparente p¨¦rdida de relevancia en el sanedr¨ªn del PP valenciano?
A nuestro juicio, tales c¨¢balas se producen, sobre todo, por la acusada personalidad del exconsejero, pues en boca de otros esa manifestaci¨®n hubiera pasado inadvertida. Concurren, adem¨¢s, las presuntas malversaciones en ayudas a la cooperaci¨®n que se prodigaron mientras este fue titular del departamento implicado y que tan severas como ins¨®litas decisiones judiciales han provocado. Un chapapote este que, aunque espectacular, puede quedar penalmente en nada, si bien haya dejado ya la mancha de la sospecha, algo que por s¨ª solo podr¨ªa conllevar la jubilaci¨®n del correoso pol¨ªtico en el pr¨®ximo reajuste del Consell. Una expectativa razonable que explicar¨ªa este desahogo verbal en quien ha sido siempre muy due?o de su palabra y silencio, pero que se sabe al final del trayecto como gobernante en activo. As¨ª lo interpretan algunos de sus cofrades en el seno del PP.
Segunda manifestaci¨®n. La diputada popular Alicia de Miguel ha descrito a los implicados en el esc¨¢ndalo de Emarsa, la depuradora de Pinedo, como ¡°banda de facinerosos y bandoleros¡±. Una calificaci¨®n singular por su rareza y contundencia. Nunca, que recordemos, se ha se?alado de este modo a los corruptos desde el partido que nos gobierna. Y eso que los ha habido a espuertas y con delitos de tanta o mayor relevancia que los que casi a diario emergen e implican a la banda que ha saqueado la mentada empresa. Pero ya se sabe que el PP, hasta ahora, al menos, ha practicado una suerte de autismo en todo lo referente a la corrupci¨®n. Han procedido como si no les ata?ese, aunque el partido fuese una pregonada ladronera. Muy otro ser¨ªa hoy el panorama si se hubiera aplicado el in¨¦dito c¨®digo ¨¦tico y la correspondiente sanci¨®n pol¨ªtica y social ante los enriquecimientos inexplicados y a menudo extravagantes. Estos d¨ªas, sin ir m¨¢s lejos, al tiempo que se apostrofa del citado modo a los posibles culpables del referido saqueo, se traba la comisi¨®n parlamentaria que pretende investigarlo. Y es que debe resultar muy dif¨ªcil sacudirse las inercias oscurantistas y antidemocr¨¢ticas que privan en el seno del PP valenciano.
Y tercera. El dirigente socialista Jorge Alarte declara no apreciar diferencias entre los proyectos que compiten por el liderazgo del PSPV. ¡°Es una lucha del poder por el poder¡±, ha remachado. No obstante, las hay. Por lo pronto, como se ha comprobado, ¨¦l y su discurso dif¨ªcilmente movilizan a su perdido electorado y eso resulta decisivo cuando la derecha valenciana revela indicios de encogimiento. Ceder el testigo ser¨ªa un signo de lucidez y marcar¨ªa una diferencia tan ejemplar. No caer¨¢ esa breva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.