El PP tambi¨¦n quiere el voto del interior

El PP de Javier Arenas ha ido rompiendo mitos electorales en Andaluc¨ªa desde los comicios municipales de 2011, que gan¨® por siete puntos en el conjunto de la comunidad. Luego encaden¨® otra victoria en las generales del pasado 20 de noviembre. En las dos ocasiones, el PP fue el partido m¨¢s votado en las capitales de provincia, en los de m¨¢s de 50.000 habitantes y tambi¨¦n en las llamadas agriciudades, localidades medias del interior de Andaluc¨ªa de entre 20.000 y 50.000 habitantes. Ahora le falta convencer y vencer en lo que Arenas llama ¡°la Andaluc¨ªa profunda¡±, los municipios de hasta 10.000 habitantes, que siguen siendo fieles a las siglas del PSOE y que representan alrededor del 9% de la poblaci¨®n andaluza.

En estas zonas conf¨ªa el presidente y candidato socialista, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, para evitar lo que, seg¨²n los sondeos, parece inevitable: la victoria por mayor¨ªa absoluta del PP en las elecciones auton¨®micas del pr¨®ximo 25 de marzo.

El sevillano Arenas presume que es de pueblo, pero no lo es. Lo hace, entre otros motivos, para borrar esa imagen distorsionada de se?orito andaluz que sus adversarios propagan desde el mismo d¨ªa en que concurri¨® a sus primeras elecciones andaluzas en 1994, una opini¨®n que tambi¨¦n recog¨ªan los sondeos cualitativos del propio Partido Popular en esa ¨¦poca.

Arenas recal¨® ayer en ¡°su pueblo¡± de Olvera donde el d¨ªa anterior hab¨ªa estado Gri?¨¢n. En esta localidad de 8.500 habitantes el PP tiene dos concejales, el PSOE cinco y el alcalde de IU seis. Adem¨¢s, Olvera tiene tres colegios, dos institutos, una guarder¨ªa para ni?os de 0 a 3 a?os, un centro de adultos, un centro de salud con una ambulancia de 24 horas y una estaci¨®n de autobuses cubierta. No tiene helipuerto, pero est¨¢n en ello.

El PSOE gana en estos pueblos precisamente porque tienen todo aquello de lo que carecen las grandes barriadas de las ciudades andaluzas. Y fue aqu¨ª donde Arenas anunci¨® ayer un estatuto del mundo rural, del que no dio muchos detalles ni concreciones presupuestarias, pero cuyo objetivo son las infraestructuras sanitarias y educativas. ¡°Para que no se nos venga a bajo la Andaluc¨ªa del interior¡±, dijo.

Los tres d¨ªas que queda de campa?a va haber un traj¨ªn de ministros considerable apoyando a Arenas, quien ayer particip¨® en un mitin en Huelva muy peculiar con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, y la responsable de Trabajo, F¨¢tima B¨¢?ez. Desde hace ya unos d¨ªas, los teloneros del PP se refieren a ¨¦l como presidente Arenas. Aunque este reconoci¨® que es parco en promesas sobre infraestructuras, reiter¨® que construir¨¢ una carretera que una C¨¢diz y Huelva, "respetando Do?ana, por supuesto".

Los socialistas tambi¨¦n van a desperdigar a todos sus referentes hist¨®ricos en la recta final. Carme Chac¨®n, la candidata que apoy¨® Gri?¨¢n a la secretar¨ªa general del PSOE aunque sin decirlo p¨²blicamente, volvi¨® a Almer¨ªa para pedir que "frenen" al PP, el grito de guerra de los socialistas en la recta final hasta el 25 de marzo. En el ¨²ltimo d¨ªa de cierre, Gri?an s¨ª coincidir¨¢ en Sevilla con Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y con Felipe Gonz¨¢lez, en la ¨²nica participaci¨®n en Andaluc¨ªa del expresidente del Gobierno.

Gri?an no pide ya el voto a favor para ¨¦l sino en contra del PP. Al argumento central de su discurso de que los populares recortan derechos sociales b¨¢sicos en educaci¨®n, sanidad y servicios sociales ha incorporado otra calamidad futura m¨¢s: el de los posibles los despidos de funcionarios. El Gobierno andaluz ha tenido una relaci¨®n muy tensa con los empleados de la Administraci¨®n andaluza desde que acometi¨®, sin consenso previo, la reforma del sector p¨²blico. Ha sido uno de sus mayores quebraderos de cabeza en sus tres a?os de mandato y uno de los grandes errores de su Ejecutivo. Reconoci¨® ayer estas malas relaciones, pero record¨®: "No se ha despedido a ni un solo funcionario p¨²blico, a ni un solo empleado p¨²blico". Los socialistas perciben que a los funcionarios ya no los tienen en contra. Pero es solo una sensaci¨®n.