El Bizkaia se estrella contra el muro ruso

Al Bizkaia le cost¨® exactamente un segundo calibrar el margen de error existente ante el hist¨®rico CSKA. En la primera jugada del choque, que abri¨® la serie de cinco partidos de cuartos de final de la Euroliga entre ambos conjuntos, una mala decisi¨®n defensiva del equipo de Fotos Katsikaris se tradujo en la primera canasta del polifac¨¦tico Krstic, uno de los jugadores mejor valorados de la competici¨®n continental.

Otro par de p¨¦rdidas en ataque y un triple de Khryapa pusieron el 15-9 en el marcador, pero el Bizkaia ech¨® mano de su arrojo y determinaci¨®n y mantuvo bien el tipo gracias a las incursiones de D¡¯or Fischer. Tambi¨¦n ayud¨® que Vasileiadis tuvo el d¨ªa y apuntal¨® el trabajo vizca¨ªno desde la l¨ªnea exterior. Con la asistencia de Hervelle, Jackson y Mumbr¨² se subieron al vertiginoso ritmo de juego ruso y acortaron distancias, hasta llegar a superar al CSKA en el marcador por la m¨ªnima (25-26).

Otro error defensivo se lo puso en bandeja a Shved y un mal pase de Blums dio alas de nuevo a CSKA. A Andrei Kirilenko no le hizo falta mucho m¨¢s para ahondar en la brecha existente entre los dos equipos. Blums se repuso y Ra¨²l L¨®pez logr¨® liberarse en parte de la presi¨®n a la que ten¨ªa sometido la escuadra rusa. Una penetraci¨®n con palmeo de Kirilenko abri¨® la espita de la precisi¨®n milim¨¦trica del equipo de Jonas Kazlauskas y dej¨® paso a la creciente ansiedad bilba¨ªna.

El superdotado Teodosic, dotado para puntuar, asistir y liderar, puso el 44-38 en el marcador y Vorontsevich remat¨® el segundo cuarto ante la impotencia del Bizkaia.

Tras el descanso la monta?a se les hizo m¨¢s empinada a los de Katsikaris a medida que el reloj avanzaba. El baile orquestado por Kazlauskas se revel¨® imposible de seguir por los bilba¨ªnos y las diferencias empezaron a rondar los 25 puntos.

La desesperaci¨®n empez¨® a cundir entre los bilba¨ªnos, que vieron el partido alejarse sin remedio ante la enorme calidad del equipo ruso, que tuvo en Gordon a su particular verdugo en el tercer y ¨²ltimo cuarto. Para un equipo que rara vez baja los brazos fue dif¨ªcil darse cuenta de la evidencia, pero ¨¦sta result¨® siendo aplastante.