De la desconfianza a una ¡°relaci¨®n normalizada¡±

Hace dos a?os, la consejera de Cultura, Blanca Urgell, confirmaba en el Parlamento los que era f¨¢cil de intuir desde el inicio de la actual legislatura: Juan Ignacio Vidarte no contaba con su confianza. La consejera lleg¨® a plantear la posibilidad de emprender acciones legales para que el director general del Guggenheim respondiera de las p¨¦rdidas econ¨®micas causadas por contratar operaciones de cambio de divisas y transferirlas dentro de las sociedades que conforman el museo.

Las diferencias entre el Gobierno y la Diputaci¨®n ante el proyecto del Guggenheim de Urdaibai enconaron a¨²n m¨¢s la relaci¨®n, pero, por lo que ayer dijo la consejera, esos son tiempos pasados. La beligerancia inicial de Cultura no consigui¨® mover de su puesto a Vidarte, plenamente respaldado por la Diputaci¨®n de Bizkaia, que cuenta en los ¨®rganos de direcci¨®n del Guggenheim con el mismo peso que el Gobierno vasco. Ante la falta de espacio para actuar contra Vidarte, se ha impuesto la calma.

El director general cree que su trabajo en Nueva York es ¡°bueno para Bilbao¡±

Urgell ni siquiera quiso opinar ayer sobre la doble funci¨®n que Vidarte tiene en el entramado Guggenheim: director general del museo de Bilbao y responsable de Estrategia Global de la Fundaci¨®n Solomon R. Guggenheim. La ponencia ha dedicado atenci¨®n en sus deliberaciones a esa condici¨®n, en la que apreciaba el Ejecutivo un claro conflicto de intereses. ¡°No quiero volver a viejos temas¡±, explic¨® la consejera tras su comparecencia. ¡°La relaci¨®n [con Vidarte] est¨¢ normalizada¡±, apostill¨®.

Vidarte fue preguntado por sus responsabilidades en Bilbao y Nueva York, que mantiene simult¨¢neamente desde 2008. En el momento de la renovaci¨®n del convenio se dar¨¢ la paradoja de que la misma persona defienda a las dos partes de la negociaci¨®n. El director general del Guggenheim, sin embargo, no ve conflicto alguno en ello. ¡°Son papeles complementarios. Lo que puedo desarrollar en Nueva York es bueno para el Guggenheim Bilbao¡±, defendi¨®. Pero tambi¨¦n destac¨® que no es solo una opini¨®n personal: ¡°As¨ª lo entienden los ¨®rganos ante los que respondo¡±.