'La Pepa' y la escuela p¨²blica
"Las pol¨ªticas educativas desarrolladas desde los poderes p¨²blicos espa?oles en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas son las responsables de la debilidad de la educaci¨®n p¨²blica"
Es sabido que el Estado Moderno, desde su aparici¨®n, intent¨® hacerse con los resortes de la educaci¨®n, antes en manos de la familia y de la iniciativa privada, en un proceso por el cual progresivamente fue asumiendo funciones educativas y culturales. Espa?a no iba a ser una excepci¨®n. Basta con mirar el Discurso Preliminar de la Constituci¨®n de 1812, ahora que todos coincidimos en celebrar los 200 a?os de la Pepa: ¡°El Estado, no menos que de soldados que lo defiendan, necesita de ciudadanos que ilustren a la naci¨®n y promuevan su felicidad con todo g¨¦nero de luces y de conocimientos. As¨ª que uno de los primeros cuidados que debe ocupar a los representantes de un pueblo grande y generoso es la educaci¨®n p¨²blica. Esta ha de ser general y uniforme (¡), aparte de universal y gratuita¡±.
No obstante, si bien es cierto que el nacimiento y desarrollo del sistema educativo espa?ol est¨¢ ligado a la construcci¨®n del Estado liberal, la configuraci¨®n y articulaci¨®n de nuestro sistema educativo guarda un estrecho paralelismo con la configuraci¨®n y articulaci¨®n del propio Estado espa?ol. As¨ª, las insuficiencias y limitaciones hist¨®ricas del sistema educativo espa?ol, singularmente de la educaci¨®n p¨²blica, son, en gran medida, un reflejo de las insuficiencias y limitaciones del Estado construido por los liberales espa?oles. El centralismo, la debilidad de la acci¨®n nacionalizadora del Estado unida a su conocida taca?er¨ªa en la inversi¨®n en educaci¨®n, las insuficiencias del proceso de secularizaci¨®n de la sociedad espa?ola¡., constituir¨ªan algunas de las razones hist¨®ricas, y por ende remotas, de la debilidad de la escuela p¨²blica en Espa?a.
'La Pepa': "Uno de los primeros cuidados que debe ocupar a los representantes de un pueblo grande y generoso es la educaci¨®n p¨²blica"
Sin embargo, no debemos obviar las razones m¨¢s pr¨®ximas de la debilidad de nuestro sistema escolar p¨²blico. Sostengo que, m¨¢s all¨¢ de lo prescrito en nuestro vigente marco constitucional ¨Cart¨ªculo 27 de la Constituci¨®n Espa?ola-, son las pol¨ªticas educativas desarrolladas desde los poderes p¨²blicos espa?oles en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas las responsables de la debilidad de la educaci¨®n p¨²blica, una debilidad que se manifiesta en forma de una recurrente y tramposa dualidad ense?anza p¨²blica-ense?anza privada.
El esp¨ªritu de consenso de nuestra transici¨®n impregn¨® la redacci¨®n definitiva del citado art¨ªculo 27 de nuestra Carta Magna. La educaci¨®n considerada como un derecho ciudadano fundamental, la apuesta por una red integrada de centros sostenidos con fondos p¨²blicos, que asegurase el ejercicio y el acceso a dicho derecho y el compromiso con la participaci¨®n de todos los miembros de la comunidad escolar en la programaci¨®n general de la Educaci¨®n, constituyen los elementos b¨¢sicos del marco constitucional de la educaci¨®n espa?ola. Un marco descrito as¨ª por Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, Ministro de Educaci¨®n entonces: ¡°Un sistema educativo integrado que asegure el derecho a la educaci¨®n y la igualdad de oportunidades; una ense?anza en libertad que fomente la elecci¨®n de los padres, el pluralismo del sistema, los derechos y libertades exigibles en el seno de los centros, una educaci¨®n en la que la norma sea la participaci¨®n de todos los miembros de la comunidad escolar¡±.
"Hubiese sido esperable que los poderes p¨²blicos del Estado hubiesen asumido que son los titulares de una parte de los centros escolares"
A partir de ese marco constitucional, hubiese sido esperable que los poderes p¨²blicos del Estado espa?ol no se hubiesen limitado a ¡°estar au-dessus de la mel¨¨e¡± (la tramposa equidistancia de las Administraciones en la dualidad p¨²blica-privada), para ¡°estar a la altura de las circunstancias¡±, es decir, que los poderes p¨²blicos hubiesen asumido, de manera expl¨ªcita y visible, que son los titulares de una parte de los centros escolares de aquella red integrada, a la que se refer¨ªa el exministro Maravall, implementado un conjunto de pol¨ªticas (las promesas impl¨ªcitas en nuestro marco constitucional) que hubiesen fortalecido, esta vez s¨ª, la escuela p¨²blica: a) Compromiso con el mantenimiento sostenido durante los pr¨®ximos 15 a?os del actual esfuerzo inversor en educaci¨®n, combinado con la revisi¨®n de las partidas del gasto p¨²blico en esta materia a fin de dirigirlo de acuerdo con los principios de equidad y m¨¦rito; b) Promover una cultura del logro que impregne la escuela p¨²blica en su conjunto, orient¨¢ndolo abiertamente a la excelencia y la equidad en los resultados; c) Capacidad de decisi¨®n de escuelas y profesores de acuerdo con un modelo que combine retos ambiciosos y grandes apoyos para todos ellos; d) Proporcionar la informaci¨®n necesaria a escuelas y profesores (la docencia una profesi¨®n rica en conocimiento) para que sean capaces de facilitar la mejor instrucci¨®n a cada estudiante y la intervenci¨®n pedag¨®gica adecuada, de modo que ning¨²n alumno se quede atr¨¢s y ning¨²n talento se malogre; e) Evaluaci¨®n sistem¨¢tica de centros y pilotaje de los mismos, con vistas a la intervenci¨®n p¨²blica inmediata a fin de asegurar un nivel satisfactorio de resultados para todas las escuelas p¨²blicas, y f) Habilitar un sistema de acceso a los centros sostenidos con fondos p¨²blicos comprometido con la escolarizaci¨®n equilibrada de los alumnos con m¨¢s necesidades y con la libertad de las familias para elegir la escuela que consideran m¨¢s apropiada para sus hijos.
Un conjunto de pol¨ªticas, promesas educativas largamente incumplidas, cuya ausencia explica la fragilidad de nuestra educaci¨®n p¨²blica, una fragilidad que no deriva de la existencia de una red de centros privados acogidos al r¨¦gimen de conciertos educativos ¨Cpor cierto, una especificidad espa?ola que compartimos con Malta, B¨¦lgica o Dinamarca-, sino de la incapacidad de los poderes p¨²blicos espa?oles por actuar como titulares visibles y responsables de las escuelas p¨²blicas. Esa es la aut¨¦ntica raz¨®n de la fragilidad de nuestra educaci¨®n p¨²blica, una fragilidad que no resulta sostenible por m¨¢s tiempo. Al respecto, ser¨ªa deseable que esa anomal¨ªa fuese corregida con la mayor rapidez, ya que, de lo contrario, nada ser¨ªa m¨¢s leg¨ªtimo que alguien reclamara la revisi¨®n integral del tramposo (por incumplido) art¨ªculo 27 de nuestra Carta Magna, ahora que celebramos el 200 aniversario de la Pepa.
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