El cambio ineludible
El presidente Alberto Fabra ha exhortado a los diputados valencianos de su partido en el Congreso para que prediquen la ¡°verdadera imagen¡± de la Comunidad
El presidente Alberto Fabra ha exhortado a los diputados valencianos de su partido en el Congreso para que prediquen la ¡°verdadera imagen¡± de la Comunidad que no corresponde, a su entender, con ¡°lo que se est¨¢ contado¡± y que, como es sabido, se resume en un lugar com¨²n tan cierto como aflictivo: somos el para¨ªso del despilfarro y de la corrupci¨®n. Por lo pronto, para contribuir a este lavado de cara ha procedido a relevar del honor¨ªfico cargo de ambaixador de la Generalitat al ex dirigente balear Jaume Matas, condenado y procesado por un fardo de delitos. Al mismo tiempo, ha expresado su voluntad de perseguir ¡ªsin mucha determinaci¨®n¡ª algunos de los esc¨¢ndalos con que se ha tropezado. Con ello, sin duda, se distancia de su predecesor, el pintoresco Francisco Camps, que ahora, medio orate, anda postul¨¢ndose para asumir altos destinos pol¨ªticos e incluso impartir la docencia, que ¡ªsuponemos¡ª habr¨ªa de desarrollar en el ¨¢mbito privado y confesional, tan poco riguroso y exigente.
Pero a lo que ¨ªbamos, a la ardua misi¨®n que se le encomienda a los parlamentarios sin aleccionarles acerca de cu¨¢l pueda ser esa ¡°verdadera imagen¡± capaz de ocultar o desle¨ªr la que ha venido macer¨¢ndose desde que el PP nos gobierna y que todav¨ªa se nutre de novedosos esc¨¢ndalos que d¨ªa a d¨ªa nos machacan colectivamente y avivan el bochorno de las gentes de bien de este pa¨ªs, que no son, obviamente, las carcas, gregarias y acr¨ªticas que votan a la derecha. Porque a la densa n¨®mina de trapacer¨ªas y saqueos, simbolizados por ese icono de la chuler¨ªa, el esperpento y la explotaci¨®n pro domo sua del cargo, decimos del castellonense Carlos Fabra, hay que a?adir esas ulceraciones m¨¢s recientes de los recursos p¨²blicos que han sido las andanzas expoliadoras de I?aki Urdangarin por estas tierras, el desm¨¢n de Emarsa, acontecido al regazo de ediles cegatos del Ayuntamiento de Valencia, o la voladura de las cajas de ahorros sin que sus cascotes hayan lisiado a ninguno de sus responsables.
Esta relaci¨®n de maldades no es exhaustiva, ni mucho menos, y en todo caso habr¨ªa de completarse con el fracaso de nuestras constantes vitales, cuales son la agobiante anemia de las finanzas p¨²blicas, el hundimiento del PIB, el desmantelamiento industrial, el fracaso escolar y la degradaci¨®n politica que incluye un mortificante abuso de la opacidad administrativa y del clientelismo. En tan solo 17 a?os de gobierno auton¨®mico resulta asombrosa la ma?a y laboriosidad que se han dado los populares para escribir la p¨¢gina m¨¢s negra de nuestra historia democr¨¢tica.
?C¨®mo, pues, negar las evidencias y disfrazar la realidad con un relato ¡ªque dicen ahora¡ª exculpador? Pensamos que alg¨²n revoco de la fachada hubiera podido apreciarse si con el relevo de la presidencia de la Generalitat se hubiera producido una amortizaci¨®n de la vieja guardia pepera, c¨®mplice pasiva y cobarde de la degeneraci¨®n en curso, cuando no beneficiaria del bot¨ªn. ?C¨®mo licenciarla si ten¨ªa y tiene la sart¨¦n por el mango y al jefe cautivo? Por otra parte, el cambio que se necesita no se limita a la imagen, sino que conlleva el del ciclo pol¨ªtico hegemonizado por esta derecha y sus adheridos felones que han convertido este pa¨ªs en una ladronera.
Pensar que no hay alternativa es olvidar qu¨¦ era el PP cuando lleg¨® y no ver en qu¨¦ ha venido a parar. Quiz¨¢ la izquierda no venga por sus m¨¦ritos, pero avanza empujada por las circunstancias y la necesidad, que es lo decisivo.
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