Divina comedia a peque?os sorbos
La escritora Eugenia Rico presenta en Valencia 'El fin de la raza blanca', un libro de relatos
?ltimamente, Eugenia Rico (Oviedo, 1972) recurre a menudo a Juan Goytisolo: "Cuando me dan un premio pienso que se equivocan. Si me atacan, creo que algo estar¨¦ haciendo bien". Lo cita en respuesta a la polvareda que se ha levantado en torno a ella en algunos medios y blogs. Result¨® que la banda que cubr¨ªa El fin de la raza blanca (P¨¢ginas de espuma, 2012), el libro que ha presentado en Valencia, ven¨ªa con una cita de The New York Timesen la que la calificaban como "la Virginia Woolf de la era Facebook". Semejante elogio suscit¨® rencillas en "personas cercanas, que te saludan pero que luego quieren crucificarte" y deriv¨® en una cadena de malentendidos y rectificaciones. Acusaron a la editorial- "peque?a e irreprochable", seg¨²n la escritora- de falsear la frase y, al final, se quit¨® la banda y "fin de la historia".
Equ¨ªvocos aparte, lo que m¨¢s le importa a ella es la literatura. Sobre todo para una autora- ganadora del premio Azor¨ªn de Novela o finalista del Primavera, entre otros- que escribe, fundamentalmente, para que la quieran. Por eso, Eugenia Rico explica sin apenas respirar su nueva obra, un libro de relatos ordenados al modo dantesco de cielo, purgatorio e infierno. "Son 12 cuentos, m¨¢s dos fuera de esta clasificaci¨®n y un poema", aclara. "Doce como los ap¨®stoles, como los meses de a?o y tres partes, otro n¨²mero perfecto, como los estadios de una relaci¨®n amorosa". La escritora, adem¨¢s, desgrana la armadura del libro seg¨²n la transformaci¨®n individual de sus personajes: "En los primeros se buscan, en los cuatro del purgatorio se encuentran y en el infierno se quitan las m¨¢scaras".
"Quer¨ªa defender la bondad, por eso los personajes son malos"
"Creo que escribir un libro de cuentos es insistir en la pureza de la literatura", a?ade. "Yo dir¨ªa que los cuentos iluminan mis novelas", reflexiona. Sin embargo, la autora de Cuando ¨¦ramos malditas jam¨¢s elabora una narraci¨®n extensa a partir de un relato corto: "Siempre s¨¦ cu¨¢ndo una idea es para un cuento o para una novela", indica, "igual que cuando conoces a alguien sabes cu¨¢nto va a durar", agrega. "Me gusta decir que un relato es una idea y una novela es una sucesi¨®n de ideas", afirma Rico.
En esta ocasi¨®n, estos sorbos a modo de divina comedia se entrelazan por la existencia de la violencia o los protagonistas atormentados: "Sin embargo, yo dir¨ªa que escrib¨ª El fin de la raza blanca para defender la bondad". "A m¨ª me educaron para hacer el bien, y quiero mostrar la bondad como una forma de inteligencia y la maldad como una forma de locura". "Por eso", contin¨²a, "tengo a estos personajes tan malos: perversos, envidiosos, incestuosos, pederastas... que, en realidad, est¨¢n solos, perdidos y son muy desgraciados. Yo los contemplo con profunda compasi¨®n", se?ala.
Eugenia Rico acaba de volver de la Universidad de Iowa, donde ha sido la primera espa?ola invitada como "escritora en residencia" en el International Writing Program. Un curso literario por donde han pasado personalidades como Raymond Carver o Kurt Vonnegut: "All¨ª [por EE UU], para valorar a un autor tiene que estar consagrado en la escritura de cuentos". "Creo que el cuento es cantar a capella y la novela es tocar en una orquesta filarm¨®nica y, si quieres, traerte palos de lluvia australianos", anota.
Al final, ella misma da su propia receta. "Soy muy hegeliana: mi tesis parte del follet¨ªn del siglo XIX, que choca con la vanguardia del XX, la ant¨ªtesis. Aqu¨ª, los creadores innovan pero se olvidan de sus lectores y les aburren", resume entusiasmada, como si de una clase de l¨®gica se tratara, "y da lugar a la s¨ªntesis: una nueva forma de escribir en la que no renuncies a la narraci¨®n formal". Estos ingredientes, que esgrime como la p¨®cima de su propio conjuro, contin¨²a con lo que cree esencial no solo en el relato sino en el oficio de escribir: "Tienes que jugar con las palabras como si mezclases sabores. Y dejar huecos para que entre el lector. Que se introduzca en un mundo que le atrape y que es, ni m¨¢s ni menos, un artefacto de placer".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.