Siglos de m¨²sica ocultos entre los libros
La Biblioteca Nacional celebra sus tres siglos de existencia con un concierto Sus ricos fondos musicales alcanzan el mill¨®n de documentos
Sus cubiertas son discretas, no tiene tapas ricas ni un pergamino exquisito repleto de miniaturas coloridas, pero la Biblioteca Nacional lo custodia como uno de sus tesoros. El original del Concierto de Aranjuezde Joaqu¨ªn Rodrigo, que se toc¨® en el estreno en 1940, reluce tras una vitrina como una de las obras universales de la m¨²sica espa?ola. La tricentenaria biblioteca guarda una de las colecciones musicales m¨¢s importantes del mundo, y la m¨¢s importante de Espa?a. Unos fondos que pocos conocen pero que contienen obras ¨²nicas en el mundo. Un concierto en el Auditorio esta noche saca a la luz la riqueza de los archivos de la Biblioteca Nacional de la mano de la Orquesta Nacional de Espa?a.
"La Biblioteca es la mejor en edici¨®n musical espa?ola. Pero en el aspecto hist¨®rico tenemos valiosas obras como uno de los c¨®dices de las Cantigas de Santa Mar¨ªa de Alfonso X el Sabio, que incluye algunas cantigas que solo est¨¢n en este manuscrito", explica Jos¨¦ Carlos Gos¨¢lvez, director del Departamento de M¨²sica y Audiovisuales de la Biblioteca Nacional. Entre sus estanter¨ªas, que huelen a antiguo y a historia, reposa tambi¨¦n el libro de Conductus y motetes. No es uno m¨¢s: en ¨¦l se reflejan formas de la polifon¨ªa medieval que aparecen plasmadas en papel por primera vez en toda Europa. Mientras Gos¨¢lvez avanza por los tres dep¨®sitos que ocupan los fondos musicales, va desgranando las joyas de la colecci¨®n, que conoce de memoria con fechas y nombres: el Cantoral de los Reyes Cat¨®licos, los libros de ¨®rgano de Antonio de Cabez¨®n¡ Una colecci¨®n de la que en las pr¨®ximas semanas podr¨¢n verse 32.000 documentos a trav¨¦s de Internet en la Biblioteca Digital Hisp¨¢nica, despu¨¦s de un largo proceso de digitalizaci¨®n.
Los fondos de la Biblioteca proceden de la Biblioteca Real, colecci¨®n que se salv¨® del devastador incendio de la Nochebuena de 1734 en el Alc¨¢zar que ocupaba la parcela en la que hoy se levanta el Palacio Real. "Estos fondos estaban entonces en un pasadizo que un¨ªa el Alc¨¢zar con el Monasterio de la Encarnaci¨®n, a lo largo de un pasillo cuyos muros eran estanter¨ªas", explica Gos¨¢lvez. Tras el incendio, los c¨®dices y las partituras viajaron de palacio en palacio hasta que se puso la primera piedra del edificio actual en 1886 sobre el solar del antiguo Convento de Recoletos, momento en el que cobra relevancia un hombre llamado Francisco Asenjo Barbieri. ?l puso m¨²sica a aquel acto de comienzo de obras con su Marcha Triunfal y, tras su muerte, dej¨® su legado completo a la instituci¨®n. "Barbieri era de familia de bailarines, por lo que la mayor¨ªa de los libros suyos que tenemos son de danza. Era una persona muy met¨®dica y todo est¨¢ perfectamente apuntado", comenta Gos¨¢lvez mientras ense?a libros peque?os en los que se ven grabados de bailarines y esquemas de pasos de baile. Son los llamados libros de contradanza, de la segunda mitad del siglo XVIII, que la gente compraba cada a?o para aprender los bailes de moda y que son de peque?o formato para que los pudieran llevar en el bolsillo.
Curiosidades los fondos musicales
- La Biblioteca Nacional cuenta entre sus fondos musicales con portadas de partituras pintadas por Dal¨ª.
- En la secci¨®n de v¨ªdeos hay una peque?a serie de grabaciones caseras de bodas.
- La instituci¨®n posee un recopilatorio de bailes regionales con muestras de tela de los trajes t¨ªpicos recopilados por la Secci¨®n Femenina.
- La biblioteca ha descodificado sus 5.000 rollos de pianola para que puedan escucharse sus melod¨ªas por Internet.
- En el archivo est¨¢ guardado el original del himno Cara al sol.
Algunas de las piezas que guarda la Biblioteca Nacional son joyas del gregoriano a la m¨²sica contempor¨¢nea. Un ejemplo es la excelente partitura del Magnificat del compositor renacentista sevillano Crist¨®bal de Morales. Estos libros sol¨ªan abrirse sobre grandes atriles y los cantantes le¨ªan desde la distancia. Otra pieza ¨²nica es la recopilaci¨®n de piezas para ¨®rgano de Antonio Mart¨ªn y Coll, durante la primera mitad del siglo XVIII organista de la Bas¨ªlica de San Francisco el Grande de Madrid. "Sus colecciones son de las m¨¢s importantes de m¨²sica instrumental que se conservan. Todas las grabaciones que se han hecho de Mart¨ªn y Coll est¨¢n basadas en nuestros libros, porque es una fuente ¨²nica", comenta Gos¨¢lvez. Tambi¨¦n est¨¢n en los fondos los libros lit¨²rgicos que encarg¨® el Cardenal Cisneros a Arnao Guill¨¦n de Brocar, maestro que ya hab¨ªa publicado la Gram¨¢tica de Antonio de Nebrija y una Biblia pol¨ªglota.
El polvo y la humedad son enemigos del pergamino, y m¨¢s si los libros han pasado los cinco siglos. Los dep¨®sitos se mantienen a una temperatura invariable y hay un margen muy peque?o de variaci¨®n de la humedad. "Una de las grandes inversiones de la Biblioteca es en conservaci¨®n. Cuanto m¨¢s modernos son los fondos, m¨¢s se deterioran, porque el papel cada vez es de peor calidad", explica Gos¨¢lvez. Para envolver los libros usan unas cubiertas de "un cart¨®n no ¨¢cido", que dicen que aguantan 200 a?os. Y da resultado: las miniaturas de las letras capitulares de los cancioneros barrocos parece que fueron pintadas ayer.
No pod¨ªa faltar en la Biblioteca Nacional un apartado generoso dedicado al repertorio zarzuel¨ªstico. La Revoltosa de Ruperto Chap¨ª est¨¢ en todos los formatos posibles: partitura original, cilindro de cera para fon¨®grafo, disco de pizarra, rollo de pianola, discos de cart¨®n, anillos de metal¡ porque no solo hay libros y pentagramas en estos fondos. "Aqu¨ª hay cientos de miles de discos y m¨¢s de 100.000 casetes, y en la web se pueden escuchar ya 6.500 grabaciones anteriores a 1956", comenta el director del archivo, que califica la colecci¨®n audiovisual como "el videoclub m¨¢s grande de Espa?a", ya que tiene toda la producci¨®n cinematogr¨¢fica que se ha hecho en nuestro pa¨ªs.
La digitalizaci¨®n ayudar¨¢ a dar a conocer todo este patrimonio. "Queremos que a partir de ahora la gente se interese m¨¢s y venga a ver nuestros fondos. Lo que esperamos es que las nuevas tecnolog¨ªas nos permitan proyectar nuestra colecci¨®n a un ¨¢mbito internacional abierto", explica. Para este proyecto, cuentan con el apoyo de music¨®logos que convierten las melod¨ªas polif¨®nicas en c¨®digos alfanum¨¦ricos para poder compararlas en el ordenador y luego crear archivos sonoros que den vida a las partituras. En la sala de investigadores los estudiosos consultan libros de un metro y medio de largo y un metro de ancho que reposan sobre almohadones para no da?arse: llevan desde julio traduciendo estos cantorales de notas a n¨²meros, y admiten que a¨²n no han llegado a la mitad pero que llevan unas 3.500 melod¨ªas.
En la sala adyacente, la Barbieri, estudiantes y curiosos escuchan con auriculares la m¨²sica que custodia la biblioteca. Algunos son habituales, como Beatriz Rodr¨ªguez Albert, hija del compositor del siglo XX cuya obra, poco programada, se interpretar¨¢ en el concierto de esta noche. "La Biblioteca Nacional tiene imagen de historicista y de que es muy dif¨ªcil acceder a ella, pero no es cierto. Cualquiera puede venir a ver una pel¨ªcula, leer un libro o escuchar m¨²sica", explica Rodr¨ªguez Albert. El director del departamento afirma que en la Biblioteca se puede escuchar "desde canto gregoriano hasta un disco de Chenoa", pasando por el jazz, los sones de la movida madrile?a o las m¨²sicas del mundo.
En la Edad Media los c¨®dices eran herramientas de trabajo: se raspaban, se les arrancaban p¨¢ginas y se rescrib¨ªa sobre el pergamino. Con el paso de los siglos esos legajos se han convertido en tesoros. Con ellos, seg¨²n Gos¨¢lvez, "se escribe hoy la historia de la m¨²sica".
Zarzuela y estreno para un cumplea?os
El concierto de esta noche en el Auditorio Nacional resalta el repertorio patrio con una selecci¨®n de las mejores zarzuelas entre las que se encuentra el potente preludio de La Revoltosa de Chap¨ª, el intermedio de La leyenda del beso de Soutullo y Vert ¡ªalgunos la conocer¨¢n por la versi¨®n cantada de Mocedades Amor de hombre¡ª, el preludio a caballo entre fanfarria y romanza de La verbena de la Paloma de Bret¨®n o el inicio de Agua, azucarillos y aguardiente de Chueca.
El programa lo completan dos obras de autores espa?oles que dedicaron buena parte de su repertorio a la guitarra. Por un lado, el universal Concierto de Aranjuez, del que la Biblioteca Nacional posee la partitura del estreno hace 72 a?os. El guitarrista Jos¨¦ Mar¨ªa Gallardo del Rey ser¨¢ el solista para esta pieza virtuos¨ªstica que el instrumentista conoce como la palma de la mano por haber formado parte desde hace a?os de su repertorio m¨¢s habitual. Gallardo del Rey es embajador de la guitarra espa?ola en Nueva York, donde hace un mes ha inaugurado una c¨¢tedra hecha a su medida de m¨²sica espa?ola en el Instituto Cervantes de la Gran Manzana.
La segunda obra, menos conocida, es Cinco piezas para peque?a y orquesta y piano, de Rafael Rodr¨ªguez Albert. Este compositor ha sido condenado al olvido durante a?os, a pesar de haber obtenido el Premio Nacional de M¨²sica en dos ocasiones (1952 y 1961). El legado de este creador fue entregado a la Biblioteca Nacional de Espa?a para su custodia, y la obra que se interpreta esta noche la escribi¨® con tan solo 26 a?os, antes de que su m¨²sica cambiara tras el encuentro con Manuel de Falla hacia el repertorio orquestal contempor¨¢neo.
De su interpretaci¨®n se encargar¨¢ la joven pianista donostiarra Judith J¨¢uregui. Adem¨¢s de estas piezas, el men¨² de la noche incluye un estreno con dedicatoria a este tercer centenario. El compositor Salvador Brotons, que ejercer¨¢ tambi¨¦n de director de la Orquesta Nacional de Espa?a durante este recital, ha preparado una pieza titulada Ceremonial y dedicada a la instituci¨®n por encargo de la propia orquesta. En este concierto, han sido los propios m¨²sicos los que han elegido las partituras que se interpretar¨ªan del legado inabarcable de la Biblioteca Nacional.
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