Con unidad sindical, huelga total
Los sindicatos superan el 70% de seguimiento en los sectores privado y p¨²blico. El Gobierno y las patronales reconocen el apoyo mayoritario a la protesta
Los trabajadores vascos dejaron ayer muy claro que no se resignan a aceptar sin respuesta la reforma laboral de Mariano Rajoy. En una movilizaci¨®n de una proporci¨®n desconocida en m¨¢s de una d¨¦cada, alzaron su voz de manera pr¨¢cticamente un¨¢nime en contra del recorte de derechos, y pese a la divisi¨®n sindical, la mayor¨ªa de los trabajadores unieron sus fuerzas en la calle para mejorar la efectividad de los piquetes y forzar el cierre de las pocas empresas que amanecieron abiertas.
En una demostraci¨®n de fuerza, el respaldo al 29-M en el sector privado se situ¨® entre el 60% y el 70%, seg¨²n el Gobierno vasco. Cuando las centrales nacionalistas y CC OO llamaron por separado al paro el 29 de junio de 2010 contra la reforma laboral del anterior presidente, el socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ¡ªla huelga m¨¢s contundente de la ¨²ltima d¨¦cada¡ª el Ejecutivo limit¨® a un 22% su seguimiento en el sector privado, y al 8% en el ¨¢mbito de la Administraci¨®n. Ayer cifr¨® en el 71,9% el del sector p¨²blico.
Miles de personas secundaron las manifestaciones en las tres capitales
Aun con las cr¨ªticas a la actuaci¨®n de los piquetes, las patronales, que en ocasiones anteriores hab¨ªan hablado de "rotundo fracaso", reconocieron seguimientos por encima del 60% en t¨¦rminos generales. Confebask consider¨® el respaldo "inferior al esperado" y situ¨® su principal incidencia en la industria, con un 60% en ?lava y en Gipuzkoa y un 60,4% en Bizkaia, mientras que fue "muy escasa" en el sector Servicios. Similares cifras aportaron, entre cr¨ªticas a los convocantes, las tres patronales provinciales
Era la primera huelga general en 13 a?os en la que los cuatro principales sindicatos coincid¨ªan en el mismo d¨ªa, y esa comuni¨®n, excepcional y que apenas si dur¨® 24 horas, la convirti¨® en la m¨¢s efectiva desde las grandes movilizaciones de los a?os ochenta y noventa cuando el tejido industrial vasco se descompon¨ªa con un paro superior al 24%. Un hecho que para el secretario general en Euskadi de CC OO, Unai Sordo, debiera de provocar una reflexi¨®n en la mayor¨ªa sindical: ¡°Es una huelga hist¨®rica sin precedentes desde 1988, alguno tendr¨¢ que tomar nota¡±, dijo en referencia a ELA.
Los trabajadores salieron de forma masiva a la calle m¨¢s all¨¢ de sus ideolog¨ªas o pertenencia a una organizaci¨®n, para deplorar unos recortes laborales que les ¡°han hecho m¨¢s pobres¡± y que les convierten en ¡°paganos¡± de una situaci¨®n que no han provocado, recordaron los dirigentes sindicales. Miles de personas secundaron las manifestaciones que CC OO y UGT, por un lado y las centrales abertzales, por otro, convocaron en las tres capitales.
El secretario general de ELA, Adolfo Mu?oz, pidi¨® a los pol¨ªticos que, en una ¡°acci¨®n de soberan¨ªa social, se rebelen ante el saqueo, y no apliquen los recortes¡±. En Euskadi la tasa de paro es del 12,1%, la mitad que hace 25 a?os, pero el n¨²mero de desempleados supera los 156.000 ¡ªy sigue en aumento, seg¨²n las ¨²ltimas previsiones del Gobierno vasco¡ª; ya hay m¨¢s de 56.000 perceptores de ayudas sociales y las perspectivas no mejoran. Pero adem¨¢s Euskadi est¨¢ a las puertas de la segunda recesi¨®n en cuatro a?os ¡ªdesde 2008, aunque menos profunda que aquella¡ª y la ¨²nica buena noticia econ¨®mica es que las exportaciones han logrado marcas hist¨®ricas. Para los trabajadores apenas si hay brotes verdes.
El enfado y las dimensiones de la apuesta sindical provocaron tambi¨¦n el mayor n¨²mero de incidentes de los ¨²ltimos a?os, diez trabajadores fueron detenidos, diez acabaron imputados, y hubo cinco heridos.
El secretario general de UGT-Euskadi, D¨¢maso Casado, declar¨®, frente a las puertas del Parlamento, que la frustraci¨®n que evidencia este paro demostrar¨¢ al Gobierno de Mariano Rajoy que ¡°debe dar marcha atr¨¢s¡±.
La lucha del Gobierno central por controlar el d¨¦ficit p¨²blico ha desencadenado una reforma que abarata el despido, reduce la capacidad de los sindicatos para negociar las condiciones de las peque?as empresas a trav¨¦s de convenios sectoriales o provinciales ¡ªprevalece la negociaci¨®n en las empresas¡ª y facilita a los empresarios la toma de decisiones cr¨ªticas como EREs y despidos, sin necesitar autorizaci¨®n gubernamental previa ni acuerdo social. Un acuerdo que para los sindicatos dinamita la negociaci¨®n colectiva como una v¨ªa social de redistribuci¨®n de las rentas.
La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, critic¨® lo que denomin¨® ¡°Botinocracia¡±. ¡°Todos los gobiernos han hecho lo mismo, legislar al servicio de los empresarios para que nos sigan robando de forma legal¡± areng¨® a sus afiliados y simpatizantes.
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