Monjas que velan por el Patrimonio
El convento de las G¨®ngoras, conservado por las Mercedarias desde hace 350 a?os, acaba de ser declarado Bien de Inter¨¦s Cultural
El convento se construy¨® con treinta celdas pero hace tiempo que solo hay ocho monjas de clausura. ¡°Salvo las camas, las celdas son iguales que hace 350 a?os¡±, dice la mercedaria Imelda, una joven monja guatemanteca que lleva del brazo a la madre Purificaci¨®n, superiora del convento. Ella entr¨® con 28 a?os y va a cumplir 78. ¡°Entonces el edificio estaba m¨¢s deteriorado¡±, cuenta, ¡°lo hemos ido arreglando aqu¨ª y all¨¢, intentando siempre que las obras no desentonasen¡±. Hoy, el convento de las Mercedarias Descalzas de la Pur¨ªsima Concepci¨®n, m¨¢s conocido como Las G¨®ngoras, tiene ascensor y ventanas Climalit, pero se conserva casi id¨¦ntico a como era cuando fue construido en 1663. Un ejemplo excepcional del barroco madrile?o, que tras una fachada ¡°casi pobre en su sencillez¡± (seg¨²n la Gu¨ªa del Colegio de Arquitectos de Madrid), esconde una iglesia de suntuosa decoraci¨®n y un convento sobrio entorno a un luminoso y arm¨®nico patio, donde las monjas salen a comer en los d¨ªas soleados. Por todo ello acaba de ser declarado Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC). ¡°Es un orgullo y lo dar¨¢ a conocer¡±, dice la madre superiora, ¡°pero esperamos que no altere nuestro ritmo de vida ni nos quite del rezo¡±.
De momento, las monjas reciben a la prensa acompa?adas por Ana de Miguel y Luis Lafuente, dos subdirectores de Patrimonio Hist¨®rico de la Comunidad de Madrid, adem¨¢s de por un arquitecto y una historiadora de la consejer¨ªa. El edificio ha recibido inspectores y expertos durante los 15 meses que dura el proceso burocr¨¢tico de declaraci¨®n de BIC, proceso que arranc¨® all¨¢ por 1977 y volvi¨® a ser incoado en 1992. ¡°?Los arquitectos y los alba?iles son los ¨²nicos que entran hasta donde quieren en los conventos de clausura!¡±, bromea la madre superiora, matizando, ¡°siempre que sea necesario, claro¡±.
¡°Es fundamental compatibilizar la vida de la comunidad con la difusi¨®n y protecci¨®n del inmueble protegido¡±, explica De Miguel. ¡°La declaraci¨®n de BIC es, en parte, un reconocimiento a la propiedad, a lo bien que han conservado el edificio todos estos siglos¡±.
Las G¨®ngoras
Autor. Fray Manuel de San Juan Bautista y de Villarreal, Manuel del Olmo y otros.Obra. 1663 - 1675.
Ubicaci¨®n. Calle Luis de G¨®ngora, 5 (Chueca).
Estilo. Barroco.
Funci¨®n original y actual. Iglesia y convento de clausura de las Mercedarias Descalzas de la Pur¨ªsima Concepci¨®n.
Las G¨®ngoras era uno de los m¨¢s grandes entre los muchos conventos que hab¨ªa en el Madrid del XVII, y es uno de los pocos que ha llegado tal cual a nuestros d¨ªas, sobreviviendo a exclaustraciones y desamortizaciones. La raz¨®n: las propias monjas. ¡°La continuidad del uso es lo que ha conseguido que se conserven elementos originales como las contraventanas, las puertas o los herrajes¡±, explica Lafuente, ¡°los edificio privados se acaban vendiendo por partes, y no todos pueden convertirse en Paradores¡¡±.
?Para qu¨¦ le sirve a un edificio bien conservado ser BIC? ¡°La declaraci¨®n lleva aparejado un apoyo financiero y fiscal¡±, explica De Miguel. Los BIC est¨¢n exentos del Impuesto sobre Bienes Inmuebles, se les reduce el IRPF de las obras y pueden acceder a fondos de Fomento o de la Comunidad de Madrid. Tienen ¡°prioridad en las pol¨ªticas p¨²blicas¡±; es decir, suenan. Y se dan a conocer, algo que no le vendr¨ªa mal a este convento, que oculta tras su humilde muro una iglesia espect¨¢culo, puro barroco, levantada por Manuel del Olmo, que tambi¨¦n realiz¨® junto a su hermano Jos¨¦ las Comendadoras.
En el centro de la iglesia hay una c¨²pula desproporcionada, que aumenta la espacialidad escenogr¨¢fica: como la c¨²pula es m¨¢s ancha que la nave, en vez de apoyarse sobre pechinas triangulares y esquinas, lo hace sobre trapecios y chaflanes. El espacio teatral resultante se llena de exuberantes elementos decorativos: esculturas, tallas, policrom¨ªas, festones, cartelas y retablos de vivos colores y dorados que juegan con la luz para crear dram¨¢ticos efectos. El convento tambi¨¦n esconde un curioso desliz: el sobrenombre Las G¨®ngoras hace referencia a Juan de G¨®ngora, su patrono fundador, gobernador de la Hacienda Real, Contadur¨ªa Mayor y Tribunales en tiempos de Felipe IV. Sin embargo, en 1961 el Ayuntamiento le dedic¨® err¨®neamente la calle en la que se encuentra el edificio a Luis de G¨®ngora, el poeta. Nada que ver.
De todas formas, las monjas se asoman poco a la calle con nombre de poeta. ¡°Solo para lo necesario¡±. Del mundo de fuera les llegan los ecos, sobretodo ¡°de algunas fiestas del barrio cuya m¨²sica hace retumbar todo el edificio¡±, dice la madre superiora con un gui?o (se refiriere al Orgullo de Chueca).
Antes de quedarse solas de nuevo en la Iglesia, las monjas se?alan que, a punto de dar las seis, un rayo de sol va a posarse sobre la Inmaculada. Lo lleva haciendo 350 a?os, s¨®lo para sus ojos.
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