Pascua saudita
Si las subvenciones a los clubes de f¨²tbol son francamente molestas, el constante apoyo estatal a la religi¨®n cat¨®lica es propio de una monarqu¨ªa donde rige la 'sharia'
Un a?o m¨¢s, con el Lunes de Pascua llega la calma tras la inundaci¨®n de imaginer¨ªa religiosa, procesiones y dem¨¢s manifestaciones de cultura popular impregnada de premodernidad de estos d¨ªas. En todo caso, y por mucho que a algunos pueda saturarnos la omnipresencia del fervor cat¨®lico de estos d¨ªas, es cierto que los vicios privados no dejan de ser un problema de cada cual mientras no sean invasivos en exceso. A m¨ª me gusta el f¨²tbol e incluso voy regularmente a Mestalla como a otros les entretiene la prensa rosa, algunos se solazan con la ¨®pera o literatura cl¨¢sica y, a la vista est¨¢, muchos participan de ese gusto por la procesi¨®n penitencial. Nada que decir mientras todo esto se quede en la ¨®rbita privada.
El problema aparece cuando ciertas bromas las pagamos entre todos. Por mucho que a m¨ª los ¨¦xitos deportivos del Valencia me puedan alegrar la vida, como a otros las ¨®peras de Wagner, es dudoso que el resto de ciudadanos deban costearnos este tipo de pasiones, ya sea poniendo dinero o aceptando restricciones de sus derechos para mayor gloria del evento de turno.
Los ejemplos referidos son especialmente pertinentes, adem¨¢s, por cuanto vivimos en un pa¨ªs que considera normal que los poderes p¨²blicos metan dinero de todos en clubes de ¨¦lite a fin de colaborar a su mayor gloria o que entre todos nos dejemos un pastizal para que las minor¨ªas que disfrutan de ciertos espect¨¢culos muy caros puedan tenerlos a un precio muy competitivo. Pero si estas subvenciones son francamente molestas, el constante apoyo estatal a la religi¨®n cat¨®lica es, por sus cuant¨ªas y significado, m¨¢s propio de una monarqu¨ªa donde rige la sharia que de un Estado de derecho occidental.
La subvenci¨®n p¨²blica, directa
No es s¨®lo, adem¨¢s, cuesti¨®n de dinero. Aunque la subvenci¨®n p¨²blica, directa e indirecta, al clero en Espa?a es enorme y no tiene parang¨®n en pa¨ªses de nuestro entorno. En Espa?a la religi¨®n ¨²nica y verdadera nuestra de cada d¨ªa ni paga IBI, ni declara donaciones ni nada de nada y en cambio chupa de la renta, de subvenciones finalistas para programas sociales, de dinero destinado a la restauraci¨®n de bienes de su propiedad mientras, adem¨¢s, les metemos en la escuela p¨²blica a gastos pagados para evangelizar a sueldo de todos los ciudadanos o les concertamos colegios e incluso Universidades edificadas en suelo regalado por todos.
Adem¨¢s, nuestro ordenamiento jur¨ªdico mantiene preceptos que castigan a quienes ¡°ofendan¡± los sentimientos religiosos (huelga decir que cat¨®licos, por supuesto) de otros y recientemente se ha entendido que las procesiones religiosas son motivo de peso para restringir derechos fundamentales del resto de ciudadanos, a quienes se nos proh¨ªbe manifestarnos esos d¨ªas. Todo ello se completa con los numerosos actos oficiales pre?ados de religi¨®n de Estado: desde ofrendas a la Virgen (acabamos de vivir las Fallas y la Magdalena, con sendos espect¨¢culos de nacionalcatolicismo a todo color) a procesiones escoltadas por Ej¨¦rcito, polic¨ªa y una cohorte de responsables institucionales para oficializar que este pa¨ªs nuestro, diga lo que diga la letra de la Constituci¨®n de 1978, contin¨²a viviendo, en materia de libertad religiosa y modernidad en una imaginaria pen¨ªnsula ar¨¢biga en vez de en Europa. Con los pol¨ªticos valencianos oficiando gustosos de clavariesses. Es lo que hay. Un populismo chabacano y cobarde.
Andr¨¦s Boix Palop, blog en http://blogs.elpais.com/no-se-trata-de-hacer-leer/
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