Salvador Robles reflexiona sobre la enfermedad y la muerte
¡°Me gusta enfrentar a mis personajes a situaciones l¨ªmite¡±, dice el autor
En las cinco novelas que ha publicado Salvador Robles (?guilas, Murcia, 1957) la redenci¨®n figura como una constante, al igual que en las obras de Tolstoi y Dostoievski, sus dos autores de referencia. Robles reconoce que le gusta recrearse en el sufrimiento de sus personajes: ¡°Suelo partir de seres humanos que se enfrentan a situaciones extremas, l¨ªmite, donde la muerte o la enfermedad siempre est¨¢n presentes, porque creo que las personas dan lo mejor de s¨ª mismas en los peores momentos, cuando tocan fondo¡±. Su novela m¨¢s reciente, El ¨²ltimo d¨ªa, el primero, explora este asunto hasta sus ¨²ltimas consecuencias, narrando los avatares de Adri¨¢n Valle Huerta en la v¨ªspera de ser operado de un tumor cerebral.
La historia de Adri¨¢n es la historia de un hombre fracasado, pero Robles la convierte en un canto a la vida. El protagonista de El ¨²ltimo d¨ªa, el primero es un escritor frustrado en la cincuentena a quien su esposa abandon¨® para volver a casarse. Y adem¨¢s, explica el autor, ¡°se ha convertido en heredero de su hija¡±, que falleci¨® en un accidente de tr¨¢fico. El mazazo final le llega con la enfermedad, ¡°el Maligno¡±, en la novela. Robles se ha basado en sus propias experiencias con su hermano y su padre para desgranar la tesitura de encontrarse a las puertas de una posible muerte.
¡®El ¨²ltimo d¨ªa, el primero¡¯ novela la v¨ªspera de una operaci¨®n
¡°La ventaja de la novela es que en ella impera el tiempo de los valores m¨¢s que el cronol¨®gico, y puedes dilatar un minuto en 100 p¨¢ginas¡±, afirma el autor. En la v¨ªspera de la cirug¨ªa, su protagonista emprende una ¡°traves¨ªa peripat¨¦tica¡± por la ciudad que le vio nacer. ¡°El instinto le pide que salga a la calle, que huya de s¨ª mismo, y al salir se encuentra a s¨ª mismo. Si uno rumia sus penas a solas se retroalimenta del flujo de tristeza¡±, apunta el escritor.
¡°Necesitamos a los dem¨¢s. Si est¨¢s al borde de la muerte y haces un balance introspectivo de tu vida, seguro que las vivencias personales imperan sobre el ¨¦xito profesional. Y Adri¨¢n descubre que es cierto el proverbio oriental que dice: ¡®Lo que das recibes; lo que te quedas, lo pierdes¡¯. Descubre que es una buena persona y no un fracasado¡±, agrega. La novela profundiza en el consabido t¨®pico de no esperar a estar al l¨ªmite para vivir cada d¨ªa como si el ¨²ltimo fuese el primero.
En El ¨²ltimo d¨ªa, el primero, la ciudad sin nombre que recorre Adri¨¢n es Bilbao, donde Salvador Robles reside desde los 10 a?os. As¨ª, el parque de los p¨¢jaros cantores de la novela est¨¢ inspirado en el parque de Do?a Casilda, y lugares como los Jardines de Albia, el barrio de Txurdinaga, la R¨ªa, la plaza del Arriaga o el Arenal, se suceden de forma velada a lo largo de sus p¨¢ginas. Los personajes principales que van cambiando la perspectiva del protagonista en su paseo por la ciudad tambi¨¦n tienen su correspondiente en carne y hueso. El autor reconoce que escribe bas¨¢ndose en sus propias vivencias, pero sin limitar al lector.
Robles se gana la vida como ¡°documentalista en la sombra¡±, como ¨¦l dice, en El Correo, y reconoce que vivir de la literatura resulta casi un sue?o inalcanzable: ¡°Creo que para ser buen escritor, aparte del talento, es necesario esfuerzo, constancia y mucha paciencia. Hay que sacudirse la prisa por publicar¡±. A su enteder, un autor tiene que ser ¡°aventurero y creativo¡± mientras escribe, ¡°dejar que fluya y luego dejar que repose, adquirir distancia¡±. ¡°Despu¨¦s tienes que ser tu propio juez, ser un cr¨ªtico implacable. Y por ¨²ltimo tienes que ser soldado, luchar por que se publique si de verdad crees en ello¡±, remata. Ah¨ª se quedan muchos, entre ellos Adri¨¢n, el protagonista de su obra. ¡°Yo, por mi parte, mientras pueda sostener un bol¨ªgrafo y teclear, seguir¨¦ escribiendo¡±, concluye.
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