La Xunta ocult¨® las deficiencias de un avi¨®n contraincendios que se estrell¨®
La empresa de coordinaci¨®n de medios a¨¦reos atribuy¨® el siniestro a un fallo de frenos, pero Medio Rural lo achac¨® a un error del piloto de la base de Beariz
El accidente ocurrido el pasado 21 de septiembre en la base contraincendios de Beariz, clausurada poco despu¨¦s ¡ªy a¨²n ahora¡ª por el Ministerio de Fomento a causa de las irregularidades que presentaban las instalaciones, se debi¨®, seg¨²n un informe interno, a un fallo en los frenos de la avioneta de coordinaci¨®n, y no a una ¡°toma larga de pista¡±, como hab¨ªan defendido en su momento tanto la Xunta como Mart¨ªnez Ridao, la empresa andaluza que pone los aparatos. Cuando por una denuncia de la CIG trascendi¨® la noticia del siniestro, que el Gobierno gallego insisti¨® en definir como ¡°incidente¡± (a pesar de que el aparato qued¨® destrozado y un ocupante result¨® herido), los directivos de Medio Rural recibieron un informe que explicaba con detalle lo ocurrido y sus causas. As¨ª lo confirman fuentes vinculadas con el caso, pero la conseller¨ªa, puntualmente informada, call¨® en un primer momento el suceso y, cuando ya no pudo ocultarlo, silenci¨® el documento t¨¦cnico.
Desde un mes antes del accidente, la aeronave dio
El avi¨®n, seg¨²n la Xunta, hab¨ªa tocado tierra consumida buena parte de la pista y, sin tiempo a frenar, hab¨ªa colisionado. Pero el dossier de 42 p¨¢ginas, con membrete de la Consultor¨ªa Natutecnia, SL, Medio Ambiente e Emerxencias, firma contratada por la Xunta que pone cada temporada de incendios los medios humanos de coordinaci¨®n, incluye un gr¨¢fico del aterrizaje que demuestra lo contrario, y explica con detalle la alarmante evoluci¨®n de los frenos de la avioneta Alfa 1 desde un mes antes del accidente. El informe al que ha tenido acceso EL PA?S aporta, adem¨¢s, abundantes fotos tomadas pocos d¨ªas antes del siniestro que muestran el penoso estado de conservaci¨®n de la avioneta, una Cessna 337-G fabricada en 1976 y con otros dos accidentes en su historial (en 1996 y 2005), acaecidos en otras comunidades, antes de dar con su corro¨ªdo fuselaje en Galicia.
Entre agosto y septiembre del a?o pasado, seg¨²n el documento de Natutecnia, sufrieron fallos t¨¦cnicos las tres avionetas de coordinaci¨®n de medios a¨¦reos puestas por Mart¨ªnez Ridao en las bases de Beariz, Antela y Doade. Tanto la primera (Alfa 1) como la tercera (Alfa 3) hab¨ªan cumplido entonces ya los 35 a?os, aunque ¡°la edad¡±, seg¨²n declar¨® en octubre a este peri¨®dico el portavoz de la empresa de Utrera, Miguel ?ngel Mart¨ªnez, ¡°no significa nada¡±.
El 21 de agosto y el 13 de septiembre, los frenos del Alfa 1, con matr¨ªcula EC-GDZ, avisaron del peligro. El primero de los d¨ªas, pisando repetidas veces, el piloto consigui¨® activarlos. El segundo, la maniobra se complic¨® pero al l¨ªmite hubo suerte. El 21 de septiembre, ocho d¨ªas despu¨¦s del ¨²ltimo aviso mec¨¢nico, al filo de las siete de la tarde el avi¨®n arranc¨® motores alertado de un incendio en A Peroxa, y cuando regres¨® a la base, pasadas las ocho, fue cuando se produjo el accidente. El aparato toc¨® el suelo en los primeros cien metros de pista; el piloto prob¨®, como otras veces, a ¡°bombear¡±, a insistir con el pedal, y al ver que los frenos no respond¨ªan pidi¨® al t¨¦cnico de coordinaci¨®n que le acompa?aba que pisase los pedales del puesto de copiloto. Pero nada. Tampoco as¨ª lograron reducir la velocidad. El aparato enfilaba la recta, directo a la casa de descanso del personal (una construcci¨®n que el reglamento de seguridad veta al final de la pista), as¨ª que el piloto realiz¨® una maniobra para evitarla. No logr¨® esquivarla del todo y la avioneta impact¨® con un ala contra la vivienda; acto seguido, por el fuerte golpe, gir¨® sobre s¨ª misma y dio con la otra contra el cierre met¨¢lico del recinto; y al final se precipit¨®, rebotada, en la balsa de repostaje de agua, tambi¨¦n situada al final de la pista.
Afortunadamente, el aparato cay¨® de pie, qued¨® solo semisumergido, y la tripulaci¨®n pudo salir por sus propios medios. Seg¨²n testigos de los hechos, el avi¨®n fue retirado de la base y sacado de Galicia ¡°tapado con una lona, aprovechando las horas nocturnas, sin dar tiempo a la obligatoria inspecci¨®n de un t¨¦cnico de Aviaci¨®n Civil¡±. Estas mismas fuentes aseguran que, tras el siniestro, se comprob¨® que ¡°las zapatas estaban gastadas y faltaba el l¨ªquido de frenos¡±, a pesar de que el mec¨¢nico hab¨ªa rellenado el circuito poco antes ¡°sin ver d¨®nde estaba el origen del escape¡±.
A pesar de que la legislaci¨®n clasifica este tipo de sucesos, con evidentes da?os materiales, como ¡°accidentes¡± y como tal est¨¢ siendo actualmente investigado el choque de Beariz por Fomento, la Xunta defini¨® lo ocurrido como un ¡°incidente¡±. Todo esto con la prueba en la mano de un informe y unas fotograf¨ªas que no dejan lugar a dudas. La cola del aparato aparece reconstruida de anteriores golpes con cinta americana repintada en el tono azul de esta parte de la chapa; el fuselaje muestra numerosas heridas, marcas de golpes y corrosi¨®n; la tapa que protege la maquinaria evita filtraciones de agua con cinta transparente de embalar.
La conseller¨ªa remite a una ficha provisional de Fomento
Medio Rural no contesta acerca de la existencia del informe que firmaba Natutecnia en las jornadas posteriores al accidente, con im¨¢genes del resultado del siniestro y otras a¨²n m¨¢s elocuentes tomadas 13 d¨ªas antes. Su portavoz oficial ¨²nicamente remite a un informe provisional que aparece en la web de Fomento, una escueta ficha que anuncia que su informaci¨®n no es definitiva porque el caso se est¨¢ investigando. La nota del ministerio ya reconoce (inevitablemente, a la vista de las fotos) que hubo da?os ¡°importantes¡± en el aparato, pero no tiene en cuenta el parte de baja que demuestra que hubo un herido. Adem¨¢s, reproduce con fidelidad la explicaci¨®n del accidente dada en su momento por la Xunta y por Mart¨ªnez Ridao.
¡°La toma de contacto fue excesivamente larga y el piloto no consigui¨® frenar la aeronave dentro de la pista¡±, recoge la ficha previa a las pesquisas que pueda realizar la Comisi¨®n de Investigaci¨®n de Accidentes e Incidentes de Aviaci¨®n Civil. La avioneta ¡°se sali¨® por el final de la misma y termin¨® parcialmente sumergida en una balsa situada en la prolongaci¨®n de la pista, con da?os en los extremos de las alas y en la pata del morro del tren de aterrizaje¡±.
La Xunta a?ade que el informe oficial, pero interino, reconoce ¡°disfunciones¡± en el aparato que ¡°en ning¨²n momento supon¨ªan un peligro para la seguridad¡±. Pero todo esto, lo que aparece temporalmente en la p¨¢gina del ministerio y lo que dice la conseller¨ªa, est¨¢ ¡°sujeto a las modificaciones o correcciones que puedan surgir en el transcurso de la investigaci¨®n¡±. Seg¨²n testigos de los hechos, las indagaciones se vieron truncadas al retirarse la avioneta de la base antes de la visita del inspector de Aviaci¨®n Civil.
A los 11 d¨ªas del accidente, otro aviador puesto por Mart¨ªnez Ridao y de la misma base, el avezado ??igo Zubiaga, maestro de pilotos, mor¨ªa tras precipitarse su avioneta en un incendio en Monterrei cuando realizaba la primera descarga. Impactados por esta noticia y atemorizados por el estado previo del aparato estrellado en Beariz, parte de los trabajadores de Natutecnia se negaron a volar en los vetustos Cessna andaluces. Era el primer a?o que la Xunta contrataba estos aviones para coordinaci¨®n. Hasta 2010, se hab¨ªa realizado la tarea en helic¨®pteros de una firma balear, m¨¢s nuevos y m¨¢s caros. El informe no oficial de Natutecnia tambi¨¦n llamaba la atenci¨®n sobre el draconiano calendario laboral de los pilotos: ¡°Desde comienzos del servicio (12 de agosto), no se ha producido relevo alguno de los tripulantes de vuelo en ninguna de las tres bases asignadas a las aeronaves de coordinaci¨®n¡±.
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