La falta de personal cient¨ªfico fijo pone en riesgo el futuro del IVIA
El aumento de plazas est¨¢ congelado desde 1983. La plantilla estable de cient¨ªficos se ha reducido un 15%, la de doctores a la mitad y la de becarios ha desaparecido
Cuando el departamento de Agricultura de Estados Unidos, el Agricultural Research Service, quiere desarrollar un proyecto de investigaci¨®n sobre el tratamiento de fr¨ªo en los barcos o comprobar el resultado del tratamiento de la mosca del Mediterr¨¢neo en los c¨ªtricos, sus inspectores acuden al Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA). El instituto forma parte de la red europea Engage, y est¨¢ reconocido en Europa como un ¡°centro de ¨¦lite¡±, que desde los setenta ha contribuido a la reconversi¨®n del obsoleto sistema de producci¨®n agr¨ªcola, transform¨¢ndolo en un puntal de la econom¨ªa valenciana: las ventas de producci¨®n agr¨ªcola en el exterior representan el 24% de las exportaciones de la Comunidad Valenciana, por delante del autom¨®vil, el azulejo y la industria tradicional.
La transferencia tecn¨®logica de la investigaci¨®n b¨¢sica que se realiza en los laboratorios del IVIA aplicada al cultivo y a la mejora de c¨ªtricos y arroz y a la obtenci¨®n de selecci¨®n de nuevas variedades de fruta, sistemas de abonado, informatizaci¨®n del riego y la protecci¨®n vegetal, han propiciado desde finales de los ochenta la reestructuraci¨®n del sector citr¨ªcola.
Transferencia
Plantilla investigadora. En 1983 el Gobierno transfiri¨® 44 investigadores l¨ªderes en su campo. En la actualidad, quedan 38. 12 de ellos son mayores de 60 a?os y 8, de 65 a?os.
J¨®venes doctores. El IVIA ha llegado a tener 50 doctores contratados con fondos propios, adem¨¢s de los contratados a trav¨¦s de programas nacionales como Ram¨®n y Cajal o del INIA. Con un presupuesto de 20 millones, s¨®lo la contrataci¨®n ha ca¨ªdo a la mitad: 26.
Investigaci¨®n aplicada. Entre las transferencias de mayor inter¨¦s para el sector agrario figuran: nuevas variedades de arroz y fres¨®n, patrones de c¨ªtricos seleccionados y frutales de hueso libres de virus, programas inform¨¢ticos de abonado y fertirrigaci¨®n de c¨ªtricos, detecci¨®n de plagas y tecnolog¨ªas de conservaci¨®n de los frutos.
El centro vive sus horas m¨¢s bajas, en cuanto al rejuvenecimiento de su plantilla y las dif¨ªciles condiciones de contrataci¨®n de personal investigador joven; pese a que participa activamente en m¨¢s de 20 proyectos internacionales, especialmente en colaboraci¨®n con otros centros de investigaci¨®n de la Uni¨®n Europea y en numerosos convenios bilaterales con Am¨¦rica Latina y empresas nacionales y regionales del sector.
El diagn¨®stico presentado el mi¨¦rcoles ante el Alto Consejo Consultivo de I+D de la Generalitat por el profesor investigador del IVIA y premio Rey Jaime I en 2004, Luis Navarro Lucas, no puede ser m¨¢s ¡°preocupante¡± respecto al futuro de la investigaci¨®n agraria si no se resuelve el ¡°grave problema¡± de contrataci¨®n de investigadores y de consolidaci¨®n de nuevos cient¨ªficos.
Con una plantilla fija de investigadores de 38 personas, de los cuales 12 tienen m¨¢s de 60 a?os y ocho de ellos m¨¢s de 65, su futuro y su capacidad de contratar proyectos de investigaci¨®n de envergadura est¨¢ en juego, acuciado por la paulatina reducci¨®n de doctores contratados tanto de programas nacionales como los Ram¨®n y Cajal o del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA) como propios. Tambi¨¦n por la pr¨¢ctica desaparici¨®n de los becarios predoctorales: en este momento, s¨®lo hay recursos propios para mantener uno.
Desde que en 1983 el Gobierno transfiri¨® a 44 investigadores del INIA ¡ªformados todos en el extranjero y con premios y recocimientos a sus espaldas¡ª al reci¨¦n creado Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, la Generalitat ha convocado plazas a un ritmo inferior al de amortizaci¨®n de bajas.
La plantilla estable en 30 a?os se ha reducido en un 15% y la ¨¦poca dorada de contrataci¨®n temporal de doctores ¡ªlleg¨® a tener 50 en 2007¡ª se ha reducido en la actualidad a la mitad, 26. ¡°Los doctores contratados llevan tres a?os muy duros¡±, describe Navarro.
¡°La disminuci¨®n de becarios propios es una cuesti¨®n presupuestaria. No hay dinero¡±, explica en entrevista este doctor miembro de la Academia Francesa de la Agricultura. ¡°Todo el mundo quiere tener becarios porque favorece la investigaci¨®n: si un investigador se presenta a una convocatoria para captar fondos para un proyecto, si tiene tres becarios en vez de uno, se multiplican por tres sus posibilidades de obtener el proyecto y m¨¢s financiaci¨®n¡±.
El personal investigador del IVIA depende directamente de la Funci¨®n P¨²blica y, por tanto, las convocatorias dependen de la aprobaci¨®n previa de la Consejer¨ªa de Econom¨ªa. ¡°La ¨²ltima fue hace dos o tres a?os. Se presentaron m¨¢s de 40 investigadores para 10 plazas que sacaron. Y no eran plazas nuevas, eran para cubrir vacantes¡±, recuerda Navarro.
Navarro est¨¢ muy ¡°preocupado¡± por el futuro del IVIA. ¡°Con la actual crisis estamos en el peor momento, debido al acuerdo nacional de no cubrir vacantes en las Administraci¨®n P¨²blicas, con algunas excepciones en las que no se encuentra la investigaci¨®n cient¨ªfica¡±, reflexiona.
"Los becarios llevan tres
¡°El imprescindible cambio generacional y aumento de plantilla de investigadores del IVIA estaba planteado desde hace bastantes a?os, pero no se adoptaron las medidas necesarias para realizarlo de forma planificada y eficiente¡±.
El profesor advierte de que si no se reconduce la situaci¨®n ¡°el n¨²mero de investigadores se va a ver reducido dr¨¢sticamente¡±. ¡°En el IVIA, la falta de renovaci¨®n de plantilla compromete gravemente su futuro. Si el problema no se resuelve a corto plazo no s¨¦ qu¨¦ va a ser de la investigaci¨®n de ¨¦lite que se realiza en la actualidad, que adem¨¢s tiene importantes repercusiones socioecon¨®micas en el sector agrario¡±, augura.
Si la crisis dura cinco o seis a?os sin consolidar las plazas de los actuales j¨®venes investigadores m¨¢s valiosos, Navarro predice un futuro negro. ¡°Habr¨¢ un contenedor fant¨¢stico y bien equipado, con una actividad investigadora muy por debajo de sus posibilidades para resolver los problemas de la actividad agraria¡±.
M¨¢s diversificaci¨®n, menos personal
¡°La disminuci¨®n de investigadores estables es adem¨¢s especialmente grave porque desde que se realiz¨® la transferencia de la investigaci¨®n agraria a la Comunidad Valenciana, ha aumentado de forma importante el n¨²mero de cultivos y temas a investigar, lo que se traduce en una atomizaci¨®n de los escasos grupos existentes, algo que va en contra de las tendencias actuales de investigaci¨®n¡±, sostiene el premio Jaime I de investigaci¨®n, Luis Navarro Lucas, que defiende que ¡°se ha demostrado que es necesaria la concentraci¨®n de grupos de investigadores con objetivos comunes para resolver lo antes posible y de forma eficiente los problemas en estudio¡±.
El IVIA ha sido la envidia de todos los centros regionales de investigaci¨®n agraria desde la descentralizaci¨®n de competencias. El resultado de sus investigaciones ha producido un retorno con creces al sector agr¨ªcola nacional y valenciano. ¡°El 100% de los c¨ªtricos espa?oles se ha renovado en los laboratorios del IVIA. Esto hace que cada ¨¢rbol produzca un 15% m¨¢s de rendimiento¡±, anota. Los agricultores van a los viveros y compran plantas certificadas y libres de pat¨®genos. ¡°Muy pocos pa¨ªses han llegado a conseguir esto¡±.
Pero el proceso ¡°diversificaci¨®n¡± y la mejora de las infraestructuras con fondos europeos Feder no ha tenido correlaci¨®n en la consolidaci¨®n de j¨®venes doctores. Ni en la plantilla de personal auxiliar. ¡°Tenemos un serio problema, no estamos quedando sin personal auxiliar en el campo y los invernaderos, porque hemos perdido un mont¨®n de plantilla que no se ha amortizado¡±, remata el profesor.
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