Los polic¨ªas corruptos invirtieron en negocios inmobiliarios con un narco
El fiscal acorrala a los guardias civiles por su colaboraci¨®n con una banda de delincuentes
?D¨®nde termina el confidente policial y d¨®nde empieza el camarada, el amigo, el socio? El juicio a la banda del puerto, que en 2005 rob¨® 400 kilos de coca¨ªna de un contenedor en Barcelona, ha puesto de relieve lo fr¨¢gil de esa frontera y cu¨¢n f¨¢cil resulta, a veces, saltarla. Un sargento, un cabo y dos agentes de la Guardia Civil admitieron ayer que compartieron negocios con una organizaci¨®n de traficantes y que actuaban, supuestamente, como informadores de la polic¨ªa.
Uno de esos guardias, el sargento Roberto de Pr¨¢dena ¡ªpara el que la fiscal¨ªa pide 13 a?os de c¨¢rcel por asociaci¨®n il¨ªcita y dos delitos contra la salud p¨²blica¡ª, admiti¨® que invirti¨® en un proyecto inmobiliario propuesto por Javier Segura, el l¨ªder de la banda. El negocio consist¨ªa en invertir el 10% del coste de construcci¨®n de una vivienda en Lugo para ganar dinero con su venta.
El trato aparece en una de las conversaciones telef¨®nicas que exhibi¨® en la sesi¨®n de ayer el fiscal anticorrupci¨®n Fernando Bermejo. El sargento pregunta si El Tete ¡ªalias de Antonio S¨¢enz, presunto l¨ªder de los guardias procesados¡ª ¡°tambi¨¦n se va a meter en el 10%¡±. De Pr¨¢dena juzg¨® leg¨ªtima la inversi¨®n y dijo que hab¨ªa ¡°mucha gente¡± que hab¨ªa puesto dinero en esa promoci¨®n de pisos.
?En la misma promoci¨®n impulsada por Segura y un constructor gallego participaron los otros guardias que declararon ayer, que no apreciaron nada ¡°ilegal¡± en esa transacci¨®n. De hecho, De Pr¨¢dena y sus hombres justificaron las reuniones mantenidas con los narcos en un bar de la Verneda, donde tomaban juntos cervezas, por su condici¨®n de confidentes. ¡°Nos tom¨¢bamos algo y alguna vez sal¨ªamos por la noche. Alguien no se vuelve colaborador porque s¨ª¡±, justific¨® el sargento.
Las risas y el compadreo afloran en los di¨¢logos entre Segura y De Pr¨¢dena. En una de esas charlas, en noviembre de 2005 ¡ª11 meses despu¨¦s del robo en el puerto¡ª, el delincuente le habla de ¡°un bombazo que quieren hacer por ah¨ª¡±. El sargento le pregunta: ¡°Pero ?t¨² pillas?¡±, y le advierte de que ¡°est¨¢ todo vendimiado¡±. Todo ello es, seg¨²n el fiscal, una alusi¨®n a un trapicheo con drogas y una advertencia de que la polic¨ªa le estaba vigilando. El sargento neg¨® la acusaci¨®n.
Dos guardias fueron
Insistiendo en ese estrecho v¨ªnculo, Bermejo cit¨® una llamada hecha por Segura desde la c¨¢rcel tras la operaci¨®n que destap¨® el entramado corrupto. ¡°No sab¨ªa que en la c¨¢rcel no se pod¨ªa tener m¨®vil¡±, justific¨® De Pr¨¢dena, pese a haber sido desde 1995 y durante siete a?os jefe del equipo de polic¨ªa judicial de Mollet del Vall¨¨s.
Los cuatro guardias civiles que declararon ayer admitieron haber constituido una sociedad, Monty Python, para gestionar una discoteca (Salmer¨®n) de unos 100 metros cuadrados y dos plantas en un pol¨ªgono industrial de Mollet. La fiscal¨ªa mantiene que el negocio sirvi¨® como tapadera para blanquear el dinero procedente de la actividad il¨ªcita. Los agentes, sin embargo, defendieron que se trat¨® de una ¡°peque?a inversi¨®n¡± y restaron importancia al proyecto. ¡°Era un bar musical¡±, dijo De Pr¨¢dena, que admiti¨® que all¨ª entr¨® a trabajar la mujer de El Tete, el cual lider¨®, supuestamente, el grupo de polic¨ªas corruptos que particip¨® en el gran golpe, el asalto al puerto.
La fiscal¨ªa acusa a los guardias de haber participado en dos operaciones de narcotr¨¢fico. Una, en 2002, en una supuesta detenci¨®n en Palau de Plegamans que sirvi¨® para estafar 100 kilos de hach¨ªs a un traficante. El segundo caso consisti¨® en la entrega de dos fardos, con 60 kilos de polen de hach¨ªs, que permanec¨ªan en las celdas del cuartel de Mollet. Un delincuente arrepentido, Juan Pedro Lozano, implic¨® el primer d¨ªa de juicio a los agentes y dijo que De Pr¨¢dena introdujo la droga en un Seat Toledo y se la entreg¨® para que la remitiera a Segura.
Los agentes constituyeron
A cambio de la droga, los guardias recibieron coches, supuestamente. El sargento y el resto de los guardias procesados que estuvieron a sus ¨®rdenes ¡ªMiguel de la Higuera, Jes¨²s Mart¨ªn y Crist¨®bal Roman¡ª negaron el tr¨¢fico de drogas y aseguraron que compraron los veh¨ªculos de forma legal. El fiscal juzg¨® ayer sospechoso que, en una llamada a Segura en 2005, De la Higuera le insistiera sobre ello: ¡°Tu coche te lo compr¨¦ a ti y te lo pagu¨¦, t¨² sabes que te lo pagu¨¦¡±.
Ese mismo guardia fue incapaz de explicar, sin embargo, por qu¨¦ figuran ingresos por 144.000 euros en una cuenta a su nombre. ¡°Nunca he manejado tanto dinero¡±, dijo. En esa misma l¨ªnea ¡ªjustificar la inocencia por un modesto patrimonio¡ª se expres¨® el sargento: ¡°Tengo una hipoteca y el mismo Seat Toledo¡±.
El macrojuicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona ha puesto de relieve una nueva circunstancia sobre dos de los guardias civiles procesados, que siguen en activo. Seg¨²n fuentes judiciales, Jes¨²s Mart¨ªn y Crist¨®bal Roman fueron detenidos el pasado diciembre junto con otros compa?eros por connivencia con la denominada banda de los peruanos, dedicada a asaltar y robar a conductores en las autopistas. Est¨¢n imputados por facilitar informaci¨®n a los ladrones.
De Pr¨¢dena se mostr¨® orgulloso de su amistad con El Tete (¡°una gran persona¡±, dijo) y lo cierto es que el buen rollo impera entre la mayor¨ªa de 23 procesados. Ayer mismo, al final de la sesi¨®n, el supuesto jefe de los uniformados (El Tete) y el l¨ªder de los delincuentes comunes (Segura) se marcharon por los pasillos cogidos del hombro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.