La agon¨ªa del sue?o ilustrado
Son dos de las instituciones m¨¢s antiguas de Madrid. Su noble objetivo: difundir el conocimiento Pero la crisis no perdona: el Ateneo de Madrid y la Real Sociedad Econ¨®mica se asfixian
Que uno se encuentra ante un testigo de otra ¨¦poca queda claro nada m¨¢s pisar ambas instituciones. Para acceder a la Real Sociedad Econ¨®mica Matritense de Amigos del Pa¨ªs (plaza de la Villa, 2) hay que atravesar una puerta digna de un castillo. Dentro, varios retratos de Carlos III, su impulsor, saludan al visitante. Una se?orial escalinata de m¨¢rmol conduce a las tripas del Ateneo de Madrid (Prado, 21), cuyas paredes pueblan cuadros de decenas de ilustres personajes de la historia de Espa?a: Ortega y Gasset, Valle-Incl¨¢n, Aza?a, Emilia Pardo Baz¨¢n, C¨¢novas del Castillo...
La primera, con 237 a?os a sus espaldas, naci¨® bajo los principios de la ilustraci¨®n con la intenci¨®n de sacar a Espa?a de la miseria econ¨®mica, cultural e intelectual y con un bonito lema: Socorrer educando. La segunda ¡ªque en realidad es hija de la primera¡ª naci¨® hace 191 a?os (durante el trienio liberal, aunque sufri¨® un par¨®n) con el fin de impulsar el debate entre contrarios y ¡°extender y consolidar la ilustraci¨®n general¡±. El tiempo no ha pasado en balde por ellas, pero lo que no han logrado los a?os, aniquilarlas, puede acabar provoc¨¢ndolo la crisis: ambas est¨¢n pasando graves penurias econ¨®micas.
El Ateneo resiste mejor el envite, aunque ha visto desplomarse su presupuesto. En 2007, justo antes de la crisis, recib¨ªa 870.000 euros (la suma de las subvenciones del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, as¨ª como del Ministerio de Cultura). Este a?o todo indica que va a quedarse con algo m¨¢s de un tercio de esa cantidad: 330.000 euros. La reducci¨®n se debe, sobre todo, al recorte de la subvenci¨®n procedente de la Comunidad de Madrid, que hace cuatro a?os aportaba 670.000 euros, cantidad que ahora ha mermado a 270.000 euros.
Carta de Luis Gonz¨¢lez de Candamo, socio del Ateneo
Al tiempo que cumplo 90 a?os ¡ª25 de abril de 1922¡ª y me convierto, salvo error u omisi¨®n, en el socio m¨¢s antiguo del Ateneo de Madrid, soy testigo una vez m¨¢s de la angustiosa situaci¨®n a la que se enfrenta la docta casa. Mi padre, Bernardo G. de Candamo, eminente cr¨ªtico literario, amigo y testigo de la generaci¨®n del 98 y ¨²nico miembro de la junta directiva que permaneci¨® en Madrid durante la Guerra Civil, renunciando al puesto de agregado cultural en Par¨ªs que le ofreci¨® Fernando de los R¨ªos, tuvo que luchar denodadamente por mantener bajo las bombas abierto el Ateneo, con su fabulosa biblioteca que hab¨ªa dirigido. En aquellas terribles circunstancias, como ahora tambi¨¦n se vislumbra, faltaba el dinero para mantener los m¨ªnimos servicios y sueldos de empleados. En momentos tan dram¨¢ticos, Candamo enviaba un telegrama al presidente de la Rep¨²blica, ¨ªntimo amigo y consocio, con estas perentorias palabras: ¡°Aza?a; no hay dinero ni para los sueldos. Necesito subvenci¨®n inmediatamente¡±. Miguel Salvador, jefe de la secretar¨ªa presidencial, remit¨ªa un cheque para cobrar en Hacienda. A veces, el conserje, Antonio Torres, volv¨ªa desolado: ¡°Don Bernardo, dicen en Hacienda que aunque el tal¨®n viene firmado por el Presidente no se puede pagar porque no hay un duro¡±. Nos enfrentamos ahora a otro imprevisto. El Ateneo no puede subsistir sin subvenciones.
Sin embargo, aclara Carlos Garc¨ªa, secretario primero del Ateneo, lo que les tiene realmente alarmados es que la tradicional subvenci¨®n que reciben por parte del Ministerio de Cultura no figura en los Presupuestos del Estado de este a?o. Ni rastro de los 80.000 euros que les otorg¨® en 2011. Adem¨¢s, hace dos a?os, el Ateneo inici¨® un importante proceso de renovaci¨®n: el deterioro de su actual sede, que se inaugur¨® en 1884, hac¨ªa necesaria una reforma, estructura incluida. En 2010 el Ministerio les otorg¨® un mill¨®n de euros para ese fin, cifra que en 2011 se redujo a medio mill¨®n. En 2012 no hay dinero presupuestado para continuar con las obras de consolidaci¨®n. Desde el Ateneo las consideran necesarias puesto que este lavado de cara les est¨¢ ayudando a poner en marcha su reinvenci¨®n. As¨ª, desde que hace cuatro a?os vieran caer en picado las ayudas, la instituci¨®n est¨¢ alquilando parte de sus salas reci¨¦n renovadas para actos privados de todo tipo (ruedas de prensa, presentaciones de libros...). Prev¨¦n que esta nueva v¨ªa de ingresos les reporte 140.000 euros este a?o.
Una cantidad interesante pero que no compensa la merma de las subvenciones, que hasta ahora representaban dos tercios de sus ingresos. El tercio restante lo aportan los socios, 2.500 personas que pagan 110 euros de ingreso y 19 euros mensuales. M¨¢s de la mitad de ellos son mayores de 50 a?os. El 13% tiene entre 30 y 50 a?os, y el 35% son menores de 30 a?os, la mayor¨ªa de ellos opositores y universitarios que usan su biblioteca. Como Paloma Jim¨¦nez, de 20 a?os, estudiante de Farmacia: ¡°El ambiente es muy bueno, te centras much¨ªsimo y hay un mont¨®n de libros de consulta¡±. Quien quiera comprobarlo, esta semana excepcionalmente podr¨¢ hacerlo sin necesidad de hacerse socio. Para celebrar la semana del libro, el Ateneo, entre otras actividades, abre las puertas de ¡°la biblioteca donde le¨ªa Valle-Incl¨¢n¡±, anuncian.
¡°En cuanto a la subvenci¨®n, yo espero que se trate de un error, me resulta inconcebible que se le retire el ox¨ªgeno a una instituci¨®n hist¨®rica¡±, dice Garc¨ªa, que recuerda que el Ateneo organiza 110 actos p¨²blicos mensuales, muchos de ellos gratuitos. En una cristalera a la entrada se anuncian algunos de ellos: la conferencia Gibraltar, una permanente pretensi¨®n. Otra sobre ¡°las ra¨ªces cat¨®licas del liberalismo¡±. El ciclo de mujeres sabias. Una excursi¨®n al Ca?¨®n del R¨ªo Dulce. Clases de esgrima, yoga y meditaci¨®n. Las tertulias de pol¨ªtica o poes¨ªa...
¡°Los ateneos tienen que existir para ser un reducto de innovaci¨®n y de cr¨ªtica¡±, dice Carlos Par¨ªs, su presidente. ¡°Deben ser entidades soberanas, independientes, donde haya un debate no mediatizado, sin servidumbre econ¨®mica, un lugar de libertad para expresar toda clase de opiniones y mantener una actitud cr¨ªtica ante la sociedad actual. Y no pueden subsistir sin subvenciones¡±.
'La matritense', en las ¨²ltimas
Y si el Ateneo est¨¢ sorteando el recorte presupuestario con problemas, en la Real Sociedad Econ¨®mica, la instituci¨®n de educaci¨®n gratuita fundadora del Ateneo y de la Caja de Ahorros (la actual Bankia), temen que los lleve a la desaparici¨®n. A Pilar Becerril, su presidenta desde hace un a?o y socia desde hace 40, se la llevan los demonios. Que la Comunidad de Madrid les retirara la ayuda de 55.000 euros, le duele; que el Ministerio de Educaci¨®n no le haya confirmado si les renueva la ayuda de 42.000 euros, tambi¨¦n; pero que Caja Madrid les retirara la ayuda de 55.000 euros, la subleva: ¡°Es como si una hija mete a su madre en una residencia de ancianos ilegal. ?Hombre, que soy tu madre, muchacha!¡±, se duele.
La matritense tiene unos 220 socios (pagan 50 euros al mes) cuya media de edad es de 60 a?os. En su hist¨®rica sede, en la Torre de los Lujanes, trabajan cuatro empleados, cuyos sueldos suponen la mayor parte del gasto. El a?o pasado, la sociedad ya agot¨® sus ¨²ltimos ahorros, 31.000 euros. ¡°Este a?o he llamado a todas las puertas, pero nada. Tengo ya sensaci¨®n de mendiga¡±, dice Becerril, que no descarta empezar a alquilar el sal¨®n de actos (que preside el famoso retrato de Carlos III de Mengs) para bodas. ¡°Si no encontramos una subvenci¨®n, el 31 de diciembre tendremos que cerrar¡±, se entristece. ¡°Este lugar hist¨®rico no interesa. Ya est¨¢. Se lo cepillan¡±.
Emblema cultural de Madrid
El Ateneo Art¨ªstico, Cient¨ªfico y Literario de Madrid es la instituci¨®n socio-cultural m¨¢s veterana de la ciudad. Su prestigio se remonta al primer tercio del siglo XIX, en que fuera fundado por esp¨ªritus inquietos -progresistas, liberales y dem¨®cratas, muchos de ellos antiguos afrancesados- que dotaron a la instituci¨®n de un saludable talante librepensador y antidogm¨¢tico. Su estela destella intermitentemente hasta nuestros d¨ªas: tan s¨®lo registr¨® una breve interrupci¨®n durante el franquismo, algunos de cuyos corifeos trataron, sin ¨¦xito, de sojuzgarla en los a?os 40 de la centuria anterior.
Entre los atene¨ªstas pioneros figur¨® tambi¨¦n el c¨¦lebre general Francisco Javier Casta?os, h¨¦roe de la batalla de Bail¨¦n, la primea derrota importante de Napole¨®n en Europa. Sin embargo, el Ateneo fue siempre permeable a las corrientes culturales que aflu¨ªan desde Par¨ªs, as¨ª como de Roma, Berl¨ªn, Londres y Viena. Todos aquellos influjos, as¨ª como el del krausismo y el pensamiento mas¨®nico, convenientemente interpretados y recreados por sus socios y socias -entre quienes se hallaban gentes de la Literatura, el Arte, la Ciencia y la Pol¨ªtica- supieron acomodarlos a la idiosincrasia hispana, Y ello con una impronta profundamente cr¨ªtica y tambi¨¦n autocr¨ªtica, sazonada por la pasi¨®n manifiesta en los numeros¨ªsimos debates habidos en torno a conferencias, seminarios y aulas que reun¨ªan y re¨²nen a diario, a¨²n hoy, a sus fieles integrantes.
El bastidor material de la actividad cultural creativa del Ateneo ha sido la excelente biblioteca que atesora, as¨ª como sus copiosos fondos documentales entre los que se cuenta una colecci¨®n de fotograf¨ªas en cristal, cargada de historicidad, ¨²nica en el mundo. Su sala de lectura ha visto pasar por sus atriles a los m¨¢s brillantes alumnos de las universidades hispanas y a un p¨²blico madrile?o ¨¢vido de cultura y de arte. Cuenta tambi¨¦n con un espl¨¦ndido teatro o sal¨®n de actos de estilo neogriego, obra de Arturo M¨¦lida; varias salas de exposiciones y una excepcional galer¨ªa de retratos que constituye el mejor relato de su importancia: desde Alberto Lista hasta Ortega y Gasset; de Jos¨¦ de Espronceda a Miguel de Unamuno; de ?ngel Saavedra, duque de Rivas, a Ram¨®n del Valle-Incl¨¢n; de Salustiano Ol¨®zaga a Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera o Manuel Aza?a, cuya impronta republicana ha troquelado fuertemente la trayectoria ideol¨®gica del Ateneo, verdadero trampol¨ªn de plurales carreras pol¨ªticas y parlamentarias hasta los a?os treintas del siglo XX. Como colof¨®n, el Ateneo ha gozado siempre de un personal de elevada lealtad a la instituci¨®n y probada profesionalidad. La rehabilitaci¨®n de su edificio de la calle del Prado, a¨²n por culminar, fortifica la entidad atene¨ªsta. Todos los elementos, pues, para garantizar su f¨¦rtil perpetuaci¨®n en la vida cultural madrile?a.
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