Dos Alardes de premio
Emakunde entrega su galard¨®n a la lucha por la igualdad de las compa?¨ªas mixtas de las fiestas de Ir¨²n y Hondarribia
Fueron mujeres que decidieron que no quer¨ªan vivir los Alardes de sus localidades desde la acera o solo como cantineras. Corr¨ªa 1996. Un total de 56 vecinas de Ir¨²n y otras 26 de Hondarribia salieron a la calle en la primera localidad para integrarse de forma espont¨¢nea al desfile del Alarde el d¨ªa grande de las fiestas de San Marcial, el 30 de junio. El 8 de septiembre repitieron en las fiestas de Hondarribia. Romp¨ªan as¨ª la tradici¨®n centenaria de que solo pudieran desfilar como soldados los hombres.
Ahora, 16 a?os despu¨¦s, la lucha por la igualdad de los Alardes mixtos de las dos poblaciones ha sido galardonada con el Premio Emakunde, dotado con 14.400 euros y entregado ayer en el Kursaal donostiarra. ¡°Es un reconocimiento institucional para todas las personas implicadas en esta reivindicaci¨®n y para nosotros un gran d¨ªa¡±, comenta Txaro Arribas, miembro hist¨®rico del Alarde mixto de Ir¨²n.
¡°Fueron a?os duros y se quebraron socialmente los dos pueblos¡±, recuerda Isabel Alkain, capitana de la Compa?¨ªa Jaizkibel de Hondarribia durante una d¨¦cada. ¡°Fue una rotura total. Se rompieron familias, cuadrillas, se boicotearon los negocios de quienes nos apoyaban y los hombres que participaban fueron excluidos¡±, agrega.
Atr¨¢s quedan a?os de abucheos, agresiones y ensayos clandestinos. El rechazo no era solo cosa de un d¨ªa. ¡°El resto del a?o no pod¨ªamos salir ni a hacer la compra. Se gener¨® mucho malestar, situaci¨®n que fue cambiando cuando entr¨® gente joven¡±, apunta Alkain. Fue una batalla metro a metro. ¡°El d¨ªa que conseguimos ensayar en la Parte Vieja de Hondarribia y dejamos atr¨¢s los barrios perif¨¦ricos, fue toda una conquista¡±, recalca.
A principios de los noventa la sociedad de mujeres Emeki hab¨ªa comenzado a tantear en reuniones con los vecinos de Hondarribia la posibilidad de que las mujeres desfilasen como soldados. ¡°Las respuestas no nos hicieron pensar que se iba a armar un buen l¨ªo¡±, indica Alkain, quien fue agredida en varias ocasiones.
¡°Fueron a?os duros¡±, recuerda la capitana de la Compa?¨ªa Jaizkibel
Las cosas han cambiado y se han normalizado. Ahora son apenas una minor¨ªa los ciudadanos que no aceptan los dos Alardes mixtos.
La Compa?¨ªa Jaizkibel cuenta con 330 miembros y la de Ir¨²n supera los mil integrantes. Sin embargo, el Alarde mixto de Ir¨²n, que es p¨²blico, no est¨¢ incorporado al que se conoce como tradicional. ¡°Nos gustar¨ªa formar uno¡±, dice Arribas. Y Jaizkibel es ¡°una compa?¨ªa hu¨¦rfana¡±, apostilla Alkain.
En 1998, los Alardes tradicionales, todav¨ªa mayortitarios, se empezaron a gestionar de forma privada. ¡°El Ayuntamiento se desentendi¨® para evitar trabajar en favor de llegar a una soluci¨®n¡±, critica Alkain. ¡°El compromiso por la igualdad ha sido nulo porque en muchos a?os nadie ha hecho nada¡±, concluye Arribas.
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