Valderas, con mando en plaza
Comprobar¨¢ que gobernar es cosa bien distinta a estar en la oposici¨®n. Que la radicalidad opositora deber¨¢ dejar paso al pragmatismo del gobernante
Alba?il, camarero, repartidor de butano, administrativo, jornalero, bodeguero, peluquero, cocinero, gerente de cooperativa¡ En manos de un hombre con esos antecedentes laborales est¨¢ la llave del futuro Gobierno andaluz.
Ese hombre es Diego Valderas Sosa. Tiene 59 a?os, tres hijos y una dilatada carrera pol¨ªtica dentro de las filas del Partido Comunista de Espa?a (PCE). Unas siglas con las que la derecha m¨¢s extrema pretende meter miedo a la sociedad andaluza.
Pero aunque Valderas dice que se ha "criado en la calle" y se ha formado en "la universidad de la vida", ha actuado en las ¨²ltimas semanas como si hubiera hecho un m¨¢ster en Harward.
La negociaci¨®n entre el PSOE e IU se ha llevado de manera ejemplar. No ha habido filtraciones, ni zancadillas. Ambos han cedido, sin traspasar las l¨ªneas rojas del otro. IU, adem¨¢s, ha cumplido con el mandato de consultar a sus bases. Juntos han alumbrado un acuerdo program¨¢tico "por Andaluc¨ªa" que contiene 250 medidas y 28 compromisos legislativos en 75 apretados folios. Ahora, toca gobernar.
?C¨®mo lo har¨¢ Valderas, el hombre de los mil oficios? Experiencia en pol¨ªtica, la tiene.
Arrojado al mercado laboral en 1974, cuando solo contaba 16 a?os, tras el fallecimiento de sus padres, Valderas se afili¨® pronto a Comisiones Obreras y al PCE (1978). Al a?o siguiente, gan¨® por mayor¨ªa absoluta la alcald¨ªa de su pueblo, Bollullos Par del Condado (Huelva), haza?a que repetir¨¢ tres veces m¨¢s.
Tras 15 a?os de alcalde, en 1986 da el salto a la pol¨ªtica regional, como diputado por Huelva. Ha formado parte del Parlamento andaluz desde entonces hasta hoy (seis legislaturas, con la presente), con la excepci¨®n de las dos que van del 2000 al 2008.
En esas dos ocasiones, Valderas no logr¨® esca?o. Pag¨® as¨ª el desgaste de la alianza de IU con el PP de Javier Arenas en la llamada legislatura de la pinza (1994-96). Fue precisamente ese abrazo con la derecha el que le catapult¨® a la presidencia del Parlamento andaluz. La ca¨ªda fue brutal: la coalici¨®n por ¨¦l liderada pas¨® de 20 a 6 diputados.
Valderas tiene pues experiencia en las consecuencias negativas que para su formaci¨®n tiene un pacto con la derecha. Como ha dicho estos d¨ªas, sabe que el agua y el aceite mezclan mal. No cometer¨¢ el error de sus correligionarios de Extremadura.
Coordinador General de IU en Andaluc¨ªa desde el 2000, ha sido candidato a la presidencia de la Junta en las tres ¨²ltimas convocatorias. Precisamente en la ¨²ltima, Valderas sali¨® del pozo en el que estaba varada IU y duplic¨® sus diputados. Gracias al voto cabreado del PSOE, que perdi¨® m¨¢s de 600.000 votantes respecto de las auton¨®micas de 2008. Unos votos prestados, que convierten a la coalici¨®n izquierdista en la clave del nuevo gobierno andaluz.
Valderas debe tener en cuenta que esa fuerza le viene del hast¨ªo del votante socialista, tanto o m¨¢s que de los m¨¦ritos propios de IU. Comprobar¨¢ que gobernar es cosa bien distinta a estar en la oposici¨®n. Que la radicalidad opositora deber¨¢ dejar paso al pragmatismo del gobernante. Sin por ello renunciar a los principios ideol¨®gicos b¨¢sicos de su formaci¨®n.
El acuerdo con los socialistas contiene los ingredientes necesarios para que ni uno ni otro traicionen esos principios: lucha contra la corrupci¨®n, transparencia, empleo, fiscalidad progresiva -"para echarse a temblar", ha dicho el expresidente de la patronal sevillana Antonio Galadi- o la defensa a ultranza de la sanidad y la educaci¨®n, coraz¨®n irrenunciable del Estado del bienestar.
Valderas, y su socio, Jos¨¦ Gri?¨¢n, har¨¢n historia si demuestran que esta izquierda es posible y eficaz. Y aquel hombre de los mil oficios, podr¨¢ a?adir en unos d¨ªas uno m¨¢s a su expediente laboral: vicepresidente de la Junta de Andaluc¨ªa. Con mando en plaza.
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