En Gernika se habla de paz
Gernika simboliza la autonom¨ªa vasca. Es, de hecho, un sentimiento. Quiz¨¢ por ello, Franco ide¨® su destrucci¨®n con un bombardeo, aquel 26 de abril de hace 75 a?os, que arras¨® un pueblo pero dej¨® intacta su conciencia entre sus supervivientes y, sobre todo, en el legado de sus generaciones. Ahora que se recuerda tama?a tropel¨ªa, donde los testimonios actualizan aquel dolor por la aniquilaci¨®n de todo un pueblo que pretendi¨® un dictador, en Euskadi, por fin, se vive en paz.
Al conmemorar este bombardeo, en Gernika, donde Bildu gobierna su Ayuntamiento, han tenido una especial sutileza en la mirada retrospectiva. Se comparte un mismo relato sobre el que durante demasiados a?os hubo un especial inter¨¦s en rodearlo de una sutil neblina hist¨®rica que imped¨ªa consensuar la ¨²nica realidad. Ya nadie duda de qu¨¦ pretend¨ªa aquel ataque a¨¦reo de la Legi¨®n C¨®ndor por encima de algunas paradojas sin resolverse como la salvaci¨®n del ?rbol de Gernika, el icono institucional de Euskadi donde cada lehendakari jura su cargo. Pero, como suele ocurrir entre quienes causan tragedias, tambi¨¦n aqu¨ª los culpables siguen sin pedir perd¨®n.
Bien es verdad que Alemania ya testimoni¨®, en 1997, su culpa por la participaci¨®n de la aviaci¨®n nazi. En Gernika, esperan todav¨ªa el mismo gesto por parte de Espa?a, aunque es dif¨ªcil de imaginar porque nadie se siente directamente concernido en la respuesta. Se trata de una pretensi¨®n del ¨¢mbito nacionalista, desde donde han aprovechado este 75? aniversario para renovar su conocida exigencia de que el hist¨®rico cuadro de Pablo Picasso, que recrea el magnicidio, venga de una vez al Pa¨ªs Vasco.
Pero en la fotograf¨ªa de situaci¨®n de esta efem¨¦rides, en la sucesi¨®n de los actos que se agolpan en los ¨²ltimos d¨ªas, sobresale la unidad pol¨ªtica. Y quiz¨¢ el mejor bot¨®n de muestra se esconde en la g¨¦nesis de la escultura del creador vasco N¨¦stor Basterretxea, inaugurada en presencia de todos los grupos del Parlamento vasco en una c¨¦ntrica zona de Gernika. Este veterano escultor nacionalista, que a sus 12 a?os tambi¨¦n sufri¨® los efectos del bombardeo, ha convertido aquella idea trazada en un boceto intencionado en una obra sufragada por el actual Gobierno vasco.
Es muy posible que el nuevo escenario sin violencia en Euskadi haya contribuido a propiciar este clima de convivencia que se palpa en Gernika. Incluso, que el bombardeo sirva de lecci¨®n para saber discernir la sinraz¨®n de una acci¨®n armada, compartir un relato y ansiar una vida en paz, que, sin duda, es posible.
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