PSC: dilema existencial
Enfatizando el antagonismo derecha-izquierda, el PSC trata de camuflar el choque de intereses Catalu?a-Espa?a
Hubo un tiempo no demasiado lejano ¡ªapenas nueve a?os atr¨¢s¡ª en que la mitad del planisferio pol¨ªtico catal¨¢n decidi¨® que este ya era un pa¨ªs normal, como Dinamarca o Luxemburgo; es decir, que aqu¨ª no hab¨ªa m¨¢s que izquierdas y derechas, que el eje nacional catalanismo-espa?olismo constitu¨ªa una zarandaja irrelevante y que, en consecuencia, federalistas al ba?o mar¨ªa e independentistas del morro fortpod¨ªan gobernar juntos, y ser felices, y comer perdices. Sin embargo, la realidad, la muy pu?etera, se obstin¨® en demostrar lo contrario, y las contradicciones de fondo entre el PSC y Esquerra Republicana (ERC) se multiplicaron a lo largo de dos legislaturas, hasta que la experiencia termin¨® en noviembre de 2010 con un dur¨ªsimo castigo electoral para ambas siglas.
No obstante, y despu¨¦s de un ef¨ªmero conato de rectificaci¨®n ¡ªaquel pacto que facilit¨® la investidura de Artur Mas gracias a la abstenci¨®n de los socialistas¡ª, el PSC volvi¨® r¨¢pidamente al c¨®modo esquema de los d¨ªas del tripartito: el ¨²nico parteaguas de la pol¨ªtica catalana es el que separa izquierdas y derechas; CiU y PP son las derechas y, por tanto, est¨¢n condenadas a entenderse, a cogobernar. Tal ha sido la profec¨ªa autorrealizada del PSC sobre nuestra vida parlamentaria a lo largo de los ¨²ltimos 16 meses; una profec¨ªa a cuyo cumplimiento han contribuido el af¨¢n de protagonismo de la se?ora S¨¢nchez-Camacho y tambi¨¦n ¡ªno hay por qu¨¦ negarlo¡ª la forma excesivamente timorata y sesgada en que el Gobierno de CiU ha desplegado su ¡°geometr¨ªa variable¡±.
En cualquier caso, la situaci¨®n evoluciona muy deprisa, y todo induce a pensar que los agravios presupuestarios y los desaires ret¨®ricos cada vez m¨¢s sangrantes del Gobierno de Rajoy contra la Generalitat est¨¢n llevando la tensi¨®n estructural Catalu?a-Espa?a hacia un punto de no retorno. As¨ª las cosas, y mientras Esquerra Republicana parece adaptarse al nuevo escenario en ciernes, el PSC da la impresi¨®n de permanecer anclado en sus esquemas ideol¨®gicos de la d¨¦cada pasada. Lo cual resulta comprensible si tenemos en cuenta que, mientras ERC ha procedido a una renovaci¨®n a fondo de su v¨¦rtice directivo, la pol¨ªtica parlamentaria de los socialistas catalanes sigue dirigida por las mismas cabezas que cinco o 10 a?os atr¨¢s, por algunos de los arquitectos del Pacto del Tinell.
Pero, aun en horas bajas, el PSC contin¨²a siendo el segundo partido de Catalu?a y el primero de la oposici¨®n. Por eso resulta preocupante verle dibujar tantos meandros a prop¨®sito del pacto fiscal; y anunciar una y otra vez que endurecer¨¢ su pol¨ªtica de oposici¨®n al Gobierno de Artur Mas; e insistir en una lectura puramente ideol¨®gica de la situaci¨®n ¡ªlas derechas, ya se sabe, son malas por naturaleza, y recortan el Estado de bienestar por puro sadismo contra los trabajadores¡ª; y repetir que el distanciamiento CiU-PP, incluida la enmienda a la totalidad de los presupuestos, es solo ¡°escenificaci¨®n¡± o ¡°comedia¡±.
El PSC de Pere Navarro sostiene que su norte es el ¡°patriotismo social¡±. Bien, pero ?puede separarse ese eje social del maltrato fiscal y presupuestario que Catalu?a sufre desde hace lustros a manos de los Gobiernos centrales tanto del PSOE como del PP? ?O acaso no existe tal maltrato, y Catalu?a tiene la financiaci¨®n que merece y necesita? Si el maltrato es real, ?no est¨¢ el PSC equivoc¨¢ndose y confundi¨¦ndonos de enemigo cuando carga contra la supuesta agenda neoliberal de Artur Mas, pero evita hablar del enorme drenaje de recursos que salen de Catalu?a hacia Madrid y no regresan? ?No ser¨ªan precisamente sus bases socioelectorales las m¨¢s beneficiadas en t¨¦rminos de servicios y prestaciones si ese expolio cesara o se redujese? Hay razones para sospechar que, enfatizando el antagonismo derecha-izquierda, el PSC trata de camuflar la colisi¨®n de intereses Catalu?a-Espa?a y pretende ahorrarse, de este modo, las graves tensiones y contradicciones internas que plantear la situaci¨®n en t¨¦rminos nacionales le ocasionar¨ªa.
El PSC se halla, como nunca antes, ante un dilema existencial. Y no ser¨¢ la posible victoria de Fran?ois Hollande dentro de 10 d¨ªas la que se lo resuelva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.