Uno de cada cinco mayores que viven en residencias pasa el d¨ªa inmovilizado
Los inspectores alertan sobre una pr¨¢ctica evitable y que vulnera derechos
Una de cada cinco personas mayores que viven en residencias permanece la mayor parte del tiempo inmovilizada o atada, cifra que se dobla entre aquellos que sufren alg¨²n tipo de demencia. Esta pr¨¢ctica, con la que se pretende evitar ca¨ªdas y otros riesgos derivados de la agitaci¨®n y los problemas cognitivos de los residentes, deteriora a¨²n m¨¢s su estado y, adem¨¢s, ser¨ªa evitable en muchos casos con la adopci¨®n de medidas sencillas, como la estimulaci¨®n f¨ªsica ¡ªpaseos, ejercicios...¡ª, el uso de butacas ergon¨®micas, cambios de postura m¨¢s frecuentes y un cuidado m¨¢s preciso de la salud del residente para descubrir qu¨¦ causa su agitaci¨®n o agresividad.
Estas son las conclusiones de un estudio hecho por los inspectores del Departamento de Bienestar Social de la Generalitat, que ha analizado las pr¨¢cticas de 164 residencias p¨²blicas, concertadas y privadas de toda Catalu?a. El trabajo ¡ªtitulado Uso racional de las contenciones f¨ªsicas, que puede ser consultado en la web de Bienestar Social y que ayer avanz¨® Efe¡ª revela que en una primera inspecci¨®n 1.887 de los 8.772 mayores estudiados (el 21,5%) eran sometidas a pr¨¢cticas de ¡°contenci¨®n f¨ªsica¡±. Entre quienes sufren demencia (4.454 residentes), este porcentaje se elev¨® al 41,2%.
Las 164 residencias analizadas son un 16,3% de las existentes en Catalu?a, aunque los autores del estudio destacan que el objetivo de su trabajo no era obtener datos concluyentes sobre el uso de la contenci¨®n f¨ªsica, sino comprobar que un adecuado asesoramiento por parte de los propios inspectores puede ayudar a reducirla.
Los derechos de los mayores ¡°dif¨ªcilmente son reconocidos¡±
El estudio destaca que mantener a una persona inmovilizada o atada, aunque sea para prevenir hipot¨¦ticos riesgos, atenta contra sus derechos b¨¢sicos: ¡°Estos derechos, f¨¢cilmente identificables (intimidad, dignidad, autonom¨ªa...), dif¨ªcilmente son reconocidos en la vida cotidiana de los residentes¡±, sostiene el estudio. Los inspectores atribuyen la aplicaci¨®n de estas pr¨¢cticas a ¡°una sobreprotecci¨®n que no hace a los residentes m¨¢s felices ni les da un mayor bienestar¡±.
En sus visitas a las residencias, los inspectores constataron que los profesionales ¡°admit¨ªan desconocer los efectos negativos¡± que la contenci¨®n f¨ªsica tiene para los mayores. Los trabajadores de los centros, asimismo, atribu¨ªan su aplicaci¨®n a ¡°la falta de recursos, espacio, personal y medios econ¨®micos¡± de los geri¨¢tricos.
Los autores del estudio, sin embargo, sostienen que el mantenimiento de estas pr¨¢cticas se debe m¨¢s a malas pr¨¢cticas adquiridas ¡ªcomo inmovilizar a una persona como castigo o para corregir problemas de conducta¡ª y a la falta de formaci¨®n de los profesionales que a la escasez de recursos en las residencias, lo que acaba por ¡°perpetuar una pr¨¢ctica innecesaria¡±.
Los trabajadores
El objetivo de los inspectores era comprobar si el cuidado a los mayores mejoraba tras instruir a las residencias y formar a los profesionales. Por ello, tres meses despu¨¦s de la primera visita, volvieron a los centros para verificar si las pr¨¢cticas de contenci¨®n f¨ªsica se hab¨ªan reducido. El resultado, aunque preliminar, fue positivo: el porcentaje de residentes sometidos a estas pr¨¢cticas hab¨ªa bajado del 21% al 17,8%, y entre quienes padecen de demencia, del 41,2% al 34,5%.
Los inspectores sostienen que no es necesario ampliar los recursos econ¨®micos y humanos para mejorar la situaci¨®n de las personas mayores si se adoptan medidas alternativas a las inmovilizaciones. La que dio mejor resultado es la ¡°estimulaci¨®n f¨ªsica¡± de los residentes, que incluye un abanico de actividades como ¡°la programaci¨®n de paseos diarios¡±, los ¡°ejercicios de psicomotricidad y refuerzo del tono muscular¡±, la ¡°estimulaci¨®n basal¡± y la aplicaci¨®n de masajes.
La segunda medida alternativa es el uso de butacas ergon¨®micas, que sostienen mejor a la persona mayor sin necesidad de atarla. ¡°Esta medida s¨ª supuso un gasto en las residencias que carec¨ªan de ellas, aunque en muchos casos los centros ya dispon¨ªan de este mobiliario pese a que no se utilizaba para los residentes, que permanec¨ªan sentados en sillas de ruedas y atados¡±.
Otras medidas que mejoraron las condiciones de los residentes fue cambiarles de postura con m¨¢s frecuencia y ¡°revisar su estado de salud para buscar las causas reales¡± de su agresividad o agitaci¨®n. Esto permiti¨® en algunos casos reconducir la situaci¨®n sin recurrir a las sujeciones.
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