El tir¨®n
En la crisis hay quien practica la t¨¦cnica del tir¨®n: la fuga inesperada hacia adelante, ante la que nadie puede oponerse
Ruptura con el Partido Popular. Remodelaci¨®n del Gobierno con entrada de consejeros de Esquerra Republicana. Discurso solemne del presidente para certificar que Catalu?a entra en una nueva etapa hist¨®rica. Confirmaci¨®n parlamentaria de una nueva mayor¨ªa soberanista, dispuesta a exigir el pacto fiscal en la l¨ªnea del concierto. Consulta popular para obtener el apoyo plebiscitario a la reivindicaci¨®n econ¨®mica catalana. Y, finalmente, elecciones anticipadas, quiz¨¢s a principios de 2013, en las que el objetivo de la independencia se somete a las urnas para incorporarse en el plan de acci¨®n del Gobierno en caso de victoria. ?Es esta la hoja de ruta? ?Consiste en esto el pla de l¡¯estrebada, el plan del tir¨®n hacia adelante del que habl¨® el portavoz del Gobierno, Francesc Homs, la pasada semana?
Hay quienes trabajan para salir de la crisis. Pero m¨¢s f¨¢cil todav¨ªa es trabajar para sacar provecho de la crisis. Recordemos el dicho popular: no hay que dejar pasar la oportunidad de una gran crisis. La divulg¨® el alcalde de Chicago, Rahm Emmanuel, hace cuatro a?os, cuando empez¨® todo esto y era jefe de gabinete de Barack Obama. Sarkozy quer¨ªa reformar el capitalismo. La salida de la crisis iba a ser verde. Zapatero todav¨ªa so?aba que no pagaran los platos rotos los de siempre.
Las crisis quitan poder a unos y se lo dan a otros. Estructuras y sectores productivos enteros quedan despose¨ªdos y obsoletos. Emergen nuevos negocios y poderes que saben convertir estas circunstancias tan dif¨ªciles en su oportunidad. Quienes no tienen poder alguno suelen ser los m¨¢s perjudicados, pero quienes lo tienen todo tambi¨¦n pueden verse impugnados y superados por el tir¨®n de los emergentes. Pierden los que han sido muy conservadores y sufren los que nada tienen, porque las crisis son tambi¨¦n momentos crueles e insolidarios.
En la crisis hay quien practican la t¨¦cnica del tir¨®n: la fuga inesperada hacia adelante, ante la que nadie es capaz de oponerse. Una crisis permite resolver por decreto arduos problemas empantanados durante a?os. La tentaci¨®n es enorme. Las mayores reformas se acometen sin incluirlas en los programas electorales, sobre todo si se cuenta con una mayor¨ªa absoluta tan mec¨¢nica como una sierra motorizada. El servicio universal de la salud, el modelo de televisi¨®n p¨²blica y el marco de relaciones laborales ya han pasado por el aserradero. A Esperanza Aguirre le gustar¨ªa meter la motosierra sobre el Estado auton¨®mico. Crist¨®bal Montoro amenaza con intervenir a las comunidades aut¨®nomas, algo ins¨®lito en la historia constitucional espa?ola, a cuenta del cumplimiento de las obligaciones de d¨¦ficit impuestas por su Gobierno.
Hay que ir con mucho cuidado con la t¨¦cnica del tir¨®n. Para aprovechar la crisis no basta con tener ocurrencias geniales. Es f¨¢cil confundir la exhibici¨®n de la propia osad¨ªa con el buen c¨¢lculo pol¨ªtico. Si se cumplen los pron¨®sticos y Nicolas Sarkozy sale derrotado de la elecci¨®n presidencial francesa, a pesar de la ventaja enorme con que siempre cuenta el titular de la presidencia y del perfil difuminado de su adversario, Fran?ois Hollande, habr¨¢ quedado demostrado que, al menos en Europa, la crisis pasa factura a todos, con independencia del color pol¨ªtico. Deber¨¢n tomar nota quienes se sienten tentados por la maniobra t¨¢ctica de las elecciones anticipadas.
Los peores errores son los estrat¨¦gicos. El tir¨®n que propone el portavoz del Gobierno catal¨¢n no parece circunstancial. Responde a la certeza de la oportunidad, pero pretende resolver un problema hist¨®rico. Justo en el momento en que arrea m¨¢s fuerte la mayor crisis desde 1929, cuando se pierden puestos de trabajo a chorro, millares de familias quedan fuera del paraguas protector del Estado y la pobreza y la precariedad penetran incluso en las clases medias. Puede que el plan del tir¨®n sea solo un mero gesto estridente en una negociaci¨®n a cara de perro con el socio y aliado que asegura la mayor¨ªa parlamentaria y a la vez el dinero l¨ªquido para el funcionamiento de la Administraci¨®n auton¨®mica. Cuando Francesc Homs amenaza con el pla de l¡¯estrebada, aclara que se har¨¢ ¡°sin violentar la legalidad, que tiene mala prensa¡±. Menos mal.
En una crisis hay algo peor que ser irrelevante, y es equivocarse por no saberlo.
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