La sanidad de los valencianos, de derecho a negocio
Fabra rompe los principios de equidad y solidaridad
La atenci¨®n sanitaria es una preocupaci¨®n prioritaria de los ciudadanos. Es un tema fundamental, de ampl¨ªsima repercusi¨®n social, de una importancia dif¨ªcil de exagerar. En el momento actual, tan confuso en muchos aspectos, la claridad es m¨¢s necesaria que nunca. Los ciudadanos tienen derecho a saber qu¨¦ pasa y por qu¨¦. Empieza a resultar ya excesiva la opacidad, las contradicciones constantes, las cortinas de humo y las maniobras de confusi¨®n del partido que gobierna y sus representantes, como Fabra, Vela y Rosado, entre otros. Para delimitar responsabilidades, lo que pase en la financiaci¨®n, planificaci¨®n y gesti¨®n de la sanidad valenciana, es responsabilidad absoluta del actual Consell y de su Presidente, Alberto Fabra, digno sucesor de gentes como Eduardo Zaplana, Jos¨¦ Luis Olivas y Francisco Camps. En 1995, el gobierno valenciano en manos del PP tom¨® la decisi¨®n de transformar un derecho en un negocio. El derecho de todos los valencianos a una sanidad p¨²blica gratuita, universal y de calidad en el negocio de unos pocos. Para conseguirlo fue adoptando una serie de medidas de forma progresiva, que en esencia han sido reducir los recursos p¨²blicos. Por ejemplo, La Fe ten¨ªa 1.950 camas en funcionamiento y ahora 900, se ha hecho desaparecer el hospital materno infantil, se reducen plantillas, recursos y servicios. En cambio, se promueve la gesti¨®n y planificaci¨®n de la atenci¨®n sanitaria por medio de empresas privadas. Ya somos un 25% los valencianos atendidos por empresas privadas (Alzira, Manises, D¨¦nia, Torrevieja y Elx-Crevillent). Pero como el resultado econ¨®mico no ha sido el previsto para las empresas concesionarias, el Consell bajo el paraguas de la crisis econ¨®mica anuncia que va a privatizar la gesti¨®n de todos los departamentos sanitarios, a trav¨¦s del Plan de Reequilibrio del Sistema Sanitario. La novedad, en comparaci¨®n con los departamentos sanitarios previamente privatizados, es que las empresas no tendr¨¢n que construir los hospitales, ni contratar el personal. Ser¨¢ la Consejer¨ªa la que ponga las instalaciones y los recursos humanos y las empresas privadas gestionar¨¢n el sistema sanitario pagando adem¨¢s un canon por utilizar las instalaciones de la red publica. Esto lo vende el Consell y el PP como un modelo de ¡°eficiencia¡± al afirmar que van a ahorrar 263 millones de euros en la mejora de la gesti¨®n de limpieza, seguridad, telefon¨ªa, material sanitario y servicios asistenciales concertados (oxigenoterapia, oncolog¨ªa, hemodi¨¢lisis, radioterapia, transporte sanitario y alta tecnolog¨ªa). Esta cifra tiene cuando menos dudosa credibilidad, si se quieren mantener las mismas prestaciones con el mismo nivel de calidad. En el a?o 2010, seg¨²n la Sindicatura de Comptes, se gastaron en estas prestaciones 1.414 millones de euros. La conclusi¨®n es obvia, los actuales gestores de la sanidad son unos gestores nefastos o los futuros, privados, van a recortar prestaciones que afectar¨¢n al ¨¢rea de hosteler¨ªa de los hospitales y ¨¢reas de diagn¨®stico y terap¨¦utica de las prestaciones externas concertadas. Dice el Consell que va a recibir 180 millones de euros de las empresas concesionarias por canon de utilizaci¨®n de las instalaciones sanitarias. Lo primero que se debe aclarar es en concepto de qu¨¦ van a cobrar las empresas concesionarias, para poder pagar un canon de 180 millones de euros por la utilizaci¨®n de las instalaciones sanitarias, y aqu¨ª solo cabe una explicaci¨®n: cobrar¨¢ por dos conceptos. Uno ¡ªcantidad desconocida por ahora¡ª corresponder¨¢ a un porcentaje por cada ciudadano con derecho a prestaci¨®n sanitaria de cada uno de los departamentos sanitarios. Dos, puesto que la empresa paga un canon por utilizaci¨®n de las instalaciones, podr¨¢ atender en ellas a quien quiera, ciudadanos con seguros privados. Es decir, con este acuerdo el PP pone en manos privadas los recursos estructurales y t¨¦cnicos de la red p¨²blica, sin que ¨¦stas hayan tenido que pagar nada por ellas. Lo mismo que Alzira, Manises, etc., pero sin que las empresas tengan que invertir previamente en la construcci¨®n de hospitales ni centros de salud, y adem¨¢s podr¨ªa ocurrir que en una misma instalaci¨®n sanitaria de propiedad p¨²blica se atendieran dos grupos de poblaci¨®n, unos con derecho a las prestaciones del Sistema P¨²blico de Salud y otros que adem¨¢s dispondr¨¢n de un seguro privado complementario. El Consell negar¨¢ esto y negar¨¢ que se puedan producir diferencias de trato, pero tambi¨¦n dijo que La Fe ser¨ªa de gesti¨®n p¨²blica y ahora la gesti¨®n va a ser privada. Ha perdido toda credibilidad. Por ¨²ltimo, existe el problema de los recursos humanos. En la Consejer¨ªa de Sanidad trabajan 45.835 personas, de las cuales el 45.8% son estatutarios interinos y el 0,04% laborales interinos. Dice el Plan de Reequilibrio que los recursos humanos depender¨¢n del gerente del departamento nombrado por la Consejer¨ªa de Sanidad, pero que la organizaci¨®n del trabajo ser¨¢ competencia del gerente nombrado por la empresa concesionaria; por lo tanto ser¨¢ ¨¦sta la que diga cu¨¢ntos m¨¦dicos, enfermeras y resto de personal precisa para dar asistencia y con un colch¨®n de 23.985 interinos podr¨¢ elegir a los que quiera y tirar los que les parezca. A los trabajadores con plaza en propiedad, ganada en oposiciones y concursos, con p¨²blica y libre concurrencia, en funci¨®n de m¨¦rito y capacidad, seg¨²n se vayan jubilando por diversas razones, no se cubrir¨¢n las plazas. Este es el Plan de Reequilibrio. Lo quieren vender bajo el envoltorio de ahorro econ¨®mico, cuando lo que encierra es la ruptura del aseguramiento ¨²nico y p¨²blico ocultando que se profundizar¨¢n las desigualdades entre ciudadanos seg¨²n su nivel de renta y de salud. Implantar el doble aseguramiento introduce diferencias asistenciales en funci¨®n de los recursos econ¨®micos de cada ciudadano y entrega a las empresas privadas para que hagan negocio los recursos humanos, t¨¦cnicos y estructurales del Sistema Valenciano de Salud, financiado hasta la fecha con nuestros impuestos y el esfuerzo compartido de diferentes generaciones. En definitiva, rompiendo los principios de equidad y solidaridad que son la ¨²ltima raz¨®n de ser del Sistema Sanitario P¨²blico.
El ahorro previsto por el
Se?or Fabra, podr¨¢ realizar las maniobras de confusi¨®n que quiera, pero usted ha entregado una cosa de los valencianos, y muy querida, la sanidad p¨²blica, a empresas privadas. No para mejorar las prestaciones asistenciales sino para que la empresa privada haga negocio. Pero no se haga ilusiones, m¨¢s pronto que tarde usted y su partido perder¨¢n las elecciones. Habr¨¢ hipotecado el futuro de los servicios p¨²blicos esenciales y el pr¨®ximo gobierno deber¨¢ restituir en esas condiciones lo que usted les ha arrebatado a los valencianos. Costar¨¢, pero los valencianos y valencianas volver¨¢n a tener un Sistema P¨²blico de Salud universal, coherente, eficaz y de calidad, sin segmentaciones ni intromisiones, al servicio de una sola l¨®gica: la mejor atenci¨®n de salud para todos y todas, sin distinciones de ninguna clase.
Jos¨¦ Mayans y Mar¨ªa Jos¨¦ Mendoza son m¨¦dicos. Tambi¨¦n firman este art¨ªculo C. Juli¨¢n y J. Domene.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.