El Banco Gallego deja en manos de NCG su saneamiento

El Banco Gallego envi¨® ayer por la ma?ana un comunicado a la Comisi¨®n del Mercado de Valores cifrando en 80 millones de euros sus necesidades extraordinarias de capital a la luz de la ¨²ltima reforma financiera. A las cinco y media de la tarde la entidad rectific¨® con otro comunicado que eleva la cifra inicial en 29 millones, hasta los 109.

M¨¢s all¨¢ de si se trata de un error o un fallo de c¨¢lculo, para conseguirlos el Gallego se pone en manos de su accionista principal, Novagalicia Banco, y de la ¡°estrategia de cumplimiento¡±, de la entidad que tiene el 49% de sus t¨ªtulos. ¡°Todo ello sin perjuicio de que, dentro del plazo, puedan valorarse otras alternativas de acuerdo con las autoridades supervisoras¡±. Fuentes financieras consideran que el Gallego es otra patata caliente en la cuenta de resultados de Novagalicia, ya que los accionistas individuales (los empresarios Epifanio Campo, Juan Manuel Urgoiti y la sociedad de patentes Ungr¨ªa), no est¨¢n dispuestos a inyectar un c¨¦ntimo m¨¢s para sostener las cuentas de la entidad. El a?o pasado el Gallego cerr¨® con unas p¨¦rdidas cercanas a los 30 millones y a¨²n no ha presentado oficialmente su balance.

Pesimismo en el PP

Tambi¨¦n ayer se sucedieron las reacciones sobre el impacto de la reforma financiera en NCG Banco. El portavoz del grupo parlamentario del PP, Pedro Puy, asegur¨® que no descarta nada pero que hace ¡°votos para que se cumpla el proyecto¡±, del presidente de la entidad, Jos¨¦ Mar¨ªa Castellano, para evitar una subasta total.

Hasta ahora, NCG defend¨ªa su continuidad a trav¨¦s de una subasta de parte del capital, aunque el decreto abre la puerta a una nueva inyecci¨®n de dinero p¨²blico para respaldar las provisiones, de 1.109 millones, que necesitan sus cr¨¦ditos al sector constructor y promotor. Tambi¨¦n los sindicatos dudan de la autonom¨ªa de NCG.

Los sindicatos no lo ven claro. Desde Comisiones, Luis Mari?o, considera que las nuevas medidas suponen ¡°demasiadas exigencias¡±, para una entidad controlada en m¨¢s de un 90% por el fondo p¨²blico. Tambi¨¦n los trabajadores de la obra social ven peligrar su futuro. Ayer exigieron que los exdirectivos devuelvan sus millonarias indemnizaciones y pidieron ayuda a la Xunta para proteger el patrimonio de la antigua caja, que sigue manteniendo costosos ¨®rganos de gobierno.