La alargada mano de Bilbao

No siempre que Jos¨¦ Luis Bilbao, diputado general de Bizkaia, te da la mano significa que se interesa por tu salud o que lo hace como se?a inequ¨ªvoca de un distendido saludo. Al menos, si es con pol¨ªticos que le resultan refractarios. Como bot¨®n de muestra, el propio lehendakari, Patxi L¨®pez, trata a¨²n de reponerse de la angustiosa profec¨ªa que le lanz¨® Bilbao en los postres del almuerzo organizado por Cebek cuando, sin mediar discusi¨®n alguna, le tendi¨® su mano derecha y en medio de una forzada sonrisa le augur¨® que el pr¨®ximo a?o ya no estar¨ªa en el lugar que ocupaba. ¡°Amigo lehendakari, el pr¨®ximo a?o por estas fechas...¡±, le dijo el diputado general en una alusi¨®n indirecta a su derrota electoral. Eso s¨ª, a rengl¨®n seguido puntualiz¨®: ¡°No te lo tomes a mal, es broma¡±. L¨®pez, estupefacto, apenas tuvo tiempo para replicarle: ¡°Quieres decir que t¨² no vienes el a?o que viene?¡±.

Posiblemente concernido por el evidente golpe bajo que Bilbao adorn¨® eso s¨ª de un formalismo cordial, el anfitri¨®n, Txema V¨¢zquez Eguskiza, tom¨® r¨¢pido el micr¨®fono, a modo de despedida, para aclarar ante el selecto empresariado vizca¨ªno que ¡°a pesar de las apariencias y de lo que se pueda decir hoy o ma?ana en las leyendas urbanas¡±, el ¡°fair play¡± hab¨ªa sido ¡°absoluto entre los componentes de esta mesa durante todo momento¡±. Nadie objet¨® en p¨²blico: bastaban los comentarios socarrones en voz baja mientras se levantaban algunas mesas camino de la puerta de salida.