Carpetazo a la era Camps
La huella de Camps, que no acudi¨® al congreso, era como si no hubiera existido
Un tibio aplauso puso fin ayer a la etapa de reinado de Francisco Camps al frente del PP regional. Una estructura que consigui¨® controlar pese a las resistencias de Eduardo Zaplana en el congreso de Castell¨®n de 2004, no sin esfuerzo, y sobre la que ejerci¨® un aut¨¦ntico cesarismo a partir del c¨®nclave de Valencia de 2008 y hasta su ca¨ªda en julio del a?o pasado por el esc¨¢ndalo del caso G¨¹rtel.
Ayer la huella de Camps, que ha optado por no acudir al congreso, era casi como si no hubiera existido. Su ausencia en el c¨®nclave que se celebra en el Auditorio de la Diputaci¨®n de Alicante se cubri¨® con una menci¨®n del secretario general saliente del PP, Antonio Clemente, y unos tibios aplausos del auditorio, muy alejados de las ovaciones que despertaba su nombre hace cuatro a?os.
"Camps supo en cada momento lo que necesitaba el partido y no dud¨® en hacer sacrificios, pues renunci¨® a sus responsabilidades de gobierno y de partido para defender su honorabilidad, buscar la verdad y no perjudicar a su partido ni a su Comunidad", dijo Clemente, casi a modo de responso. "Has dejado una huella imborrable en nuestro partido y en esta Comunidad, a ti Paco, muchas gracias", a?adi¨®.
Lo que s¨ª queda claro es que
Para el PP es dif¨ªcil de calibrar la herencia recibida de Camps porque ni los proyectos fara¨®nicos de los que hizo su estandarte ¡ªahora imposibles de sostener con esta crisis econ¨®mica y la mayor¨ªa en venta¡ª, ni los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n ¡ªque condicionar¨¢n al partido en los pr¨®ximos a?os¡ª permiten vaticinar qu¨¦ quedar¨¢ de su impronta en una formaci¨®n que presume de tener 142.000 afiliados, que sostuvo a Mariano Rajoy en su particular traves¨ªa del desierto en la oposici¨®n y que ahora gobierna con mayor¨ªa absoluta en todos los niveles de la Administraci¨®n.
Lo que s¨ª queda claro es que los populares no tienen ning¨²n inter¨¦s en hablar del pasado y que las imposiciones de Camps sobre la estructura del PP se han borrado o se han emborronado. Nada queda en las ponencias de frases como las que hace cuatro a?os remarcaban las ra¨ªces cristianas del partido.
Frases como "nuestros monumentos civiles y religiosos, recibidos como consecuencia de la fe cristiana de nuestros antepasados han ido configurando las verdaderas se?as de identidad que nos hacen sentirnos orgullosos como valencianos" son impensables en las ponencias aprobadas ayer. Ahora, los documentos se limitan a cumplir con la ortodoxia, sin los excesos verbales de Camps, y se limitan a recalcar que el PP es un partido de centro reformista que tiene presente en su ideario "el humanismo cristiano de tradici¨®n occidental".
La necesidad de limpiar la imagen del partido de los manchurrones de la corrupci¨®n de los a?os de gobierno de Francisco Camps es otra de las obsesiones del c¨®nclave. Ninguno de los miembros de la direcci¨®n del PP que design¨® el anterior presidente regional y que, a partir del mi¨¦rcoles, empezar¨¢n a desfilar por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana para declarar por la supuesta financiaci¨®n ilegal del partido, est¨¢ ya en el organigrama.
Frases como "la fe cristiana de nuestros antepasados ha configurado las? se?as de identidad" son impensables? en el PP actual
Pero tanto las ponencias como los compromisarios intentan tambi¨¦n desmarcarse de un pasado reciente que hipoteca su futuro. La ponencia de Estatutos recalca: "En el PPCV no hay lugar para comportamientos que no sean honrados". "No tendr¨¢n cabida en este partido los afiliados o cargos p¨²blicos que no antepongan el inter¨¦s general al personal". Sin embargo, la digesti¨®n para cumplir con la declaraci¨®n de principios no ser¨¢ f¨¢cil. A?os de excesos, de comportamientos reprobables ¨¦tica, y quiz¨¢s penalmente, complican una declaraci¨®n de principios que no prev¨¦ cuarentena para los cargos imputados.
Tampoco el gusto por la escenograf¨ªa que impuls¨® Camps en la imagen y en las reuniones del partido es ya la misma. Ayer, la organizaci¨®n tuvo que desmontar el sencillo escenario, que se volver¨¢ a montar hoy en la clausura del congreso, para permitir la actuaci¨®n de la Orquesta de la Radio de Mosc¨² que ten¨ªa funci¨®n nocturna. Nada que ver con los eventos que montaba ?lvaro P¨¦rez El Bigotes para Camps, que ya solo acude de vez en cuando a su esca?o en las Cortes Valencianas para conversar con quienes antes le jaleaban.
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