La designaci¨®n de Urkullu abre la puerta a una nueva renovaci¨®n org¨¢nica

El PNV confirm¨® ayer, con la elecci¨®n de I?igo Urkullu como su candidato oficial a lehendakari, la trascendental relevancia que da a las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas, con las que aspira a recuperar el Gobierno que abandon¨® en 2009 tras tres d¨¦cadas en Ajuria Enea. No es una designaci¨®n balad¨ª la del presidente. Adem¨¢s de tener el perfil m¨¢s contrastado, su condici¨®n de l¨ªder org¨¢nico de la formaci¨®n abre la puerta, si gana finalmente los comicios, a una posible renovaci¨®n interna que, de producirse, no se antoja sencilla. Es el peaje que est¨¢ dispuesto a pagar el partido nacionalista con tal de instalarse de nuevo en el poder auton¨®mico, el objetivo que ha marcado el d¨ªa a d¨ªa de su actuaci¨®n a lo largo de los tres ¨²ltimos a?os.

Ortuzar gana peso como posible relevo si los peneuvistas ganan los comicios

Aunque renovados recientemente, los estatutos del PNV siguen fijando como requisito el mantenimiento de la bicefalia que separa el liderazgo interno del institucional. Si Urkullu alcanza el segundo al ganar las elecciones, tendr¨¢ que renunciar al primero. No cabe otra posibilidad. Solo su designaci¨®n como lehendakari, sin embargo, abocar¨ªa a reiniciar una renovaci¨®n org¨¢nica que culmin¨® el pasado mes de enero con su confirmaci¨®n como presidente, tras cuatro a?os al mando. Hasta los comicios, incluso durante la campa?a electoral, podr¨¢ mantenerse al frente de la formaci¨®n, cargo que ha utilizado como altavoz medi¨¢tico para consolidar su liderazgo pol¨ªtico.

Aunque no se prev¨¦ a corto plazo, la designaci¨®n de Urkullu y sus opciones de ser lehendakari han reabierto el debate interno en el PNV sobre la elecci¨®n del futurible sucesor del actual presidente. De llevarse finalmente a cabo, ser¨ªan las organizaciones municipales, a trav¨¦s de un proceso a doble vuelta entre las bases, las encargadas de poner sobre la mesa los nombres de los posibles sustitutos. Nada de esto ocurrir¨¢, sin embargo, antes de 2013, ya que a las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas, cuya fecha a¨²n se desconoce pese a la posibilidad de un adelanto tras quedar el PSE en minor¨ªa, le suceder¨¢n la conformaci¨®n del nuevo Gobierno vasco y, en caso de liderarlo Urkullu, el propio proceso peneuvista de renovaci¨®n interna.

Varios nombres emergen con el cartel de posibles, aunque es el del actual presidente del partido en Bizkaia, Andoni Ortuzar, el que lo hace con m¨¢s fuerza. Tras la de Urkullu, su figura es la m¨¢s consolidada en el basti¨®n por excelencia del PNV y ning¨²n candidato de otro territorio parece a d¨ªa de hoy capaz de competir con ¨¦l entre las bases. Aunque trasladar¨ªa la renovaci¨®n org¨¢nica a nivel territorial, su ascenso al m¨¢ximo puesto org¨¢nico significar¨ªa la culminaci¨®n del control del partido por parte de la l¨ªnea oficial, en detrimento del ala soberanista que encabeza el l¨ªder de la formaci¨®n en Gipuzkoa, Joseba Egibar.

Al m¨¢ximo representante del sector cr¨ªtico ¡°solo le queda ya salvar los muebles¡± a nivel interno, en palabras de un destacado militante peneuvista. Y por esto entiende conservar su condici¨®n de portavoz en el Parlamento y la de presidente del partido en su territorio.

Otros dirigentes, sin embargo, dan por hecho que Egibar no ceder¨¢ m¨¢s terreno sin oponer resistencia y apuntan a la posibilidad de que el reinicio de la renovaci¨®n org¨¢nica reabra la puerta a la confrontaci¨®n interna que se ha evidenciado en los ¨²ltimos meses, sobre todo con la pugna entre Xabier Agirre e I?aki Gerenabarrena por el liderazgo en ?lava.