Vamos a contar mentiras
Quien ten¨ªa datos opacos, facturas ocultas y agujeros negros eran los Gobiernos populares de Madrid y Valencia.
Uno de los pasajes m¨¢s escalofriantes de la ¨²ltima novela de Almudena Grandes, El lector de Julio Verne, es cuando Nino, hijo de un guardia civil, se pone a cantar en mitad de la noche, una y otra vez, la vieja canci¨®n infantil Vamos a contar mentiras.
Nino intenta acallar as¨ª el ruido aterrador que le llega del otro lado del tabique del cuartelillo, donde un grupo de guardias civiles torturan a luchadores antifranquistas de la Sierra Sur de Ja¨¦n.
He recordado esas brillantes p¨¢ginas de la gran escritora madrile?a ¡ªcon hondas ra¨ªces andaluzas¡ª al observar el uso continuado de la mentira por parte de muchos pol¨ªticos. De manera muy especial, en estos momentos, los del PP.
Porque parece que, imitando a Nino, los dirigentes populares piensan que orquestando una algarab¨ªa ensordecedora, plagada de patra?as y mentiras, podr¨¢n ocultar el grito desesperado de millones de espa?oles que est¨¢n sufriendo, ?y de qu¨¦ manera!, los hachazos del Gobierno Rajoy al Estado de bienestar.
El ¨²ltimo ejemplo: la aparici¨®n de monta?as de facturas impagadas, y mantenidas ocultas hasta el ¨²ltimo minuto, por los Gobiernos populares de Madrid, Valencia y Castilla y Le¨®n. Unas facturas que han duplicado el d¨¦ficit anunciado de Madrid y que alcanza los 2.000 millones de euros; otros 869 en Valencia y 137 en Castilla y Le¨®n. M¨¢s de 3.000 millones entre las tres. El equivalente al tajo dado a Educaci¨®n por el ministro Wert. Por ello, el d¨¦ficit del Estado ha subido cuatro d¨¦cimas: del 8,5% al 8,9%.
Con ser grave ese desv¨ªo, lo peor es el intento del Gobierno para ocultarlo y minimizarlo. Porque el dato era conocido desde hac¨ªa un mes. Pero ni los presidentes de las comunidades afectadas, ni los responsables del Ministerio de Hacienda, ni la vicepresidente Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, que lo conoc¨ªan, dijeron esta boca es m¨ªa.
Por el contrario, el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, y el secretario de Estado de Administraciones P¨²blicas, Antonio Beteta, dirigieron siempre sus ataques contra Andaluc¨ªa, amenaz¨¢ndola con intervenir sus cuentas. Arenas afirm¨® incluso que ¡°Andaluc¨ªa est¨¢ en suspensi¨®n de pagos¡±.
Pero se descubri¨® el pastel. Andaluc¨ªa ha tenido un desajuste de 32 millones de euros, 62 veces menos que Madrid. Un desv¨ªo considerado irrelevante por los t¨¦cnicos de Hacienda.
Quien ten¨ªa datos opacos, facturas ocultas y agujeros negros eran los Gobiernos populares otrora presentados como ejemplo de buena gesti¨®n: Madrid y Valencia. Comunidades gobernadas por los populares desde hace 17 a?os. No era posible echarle el muerto a Zapatero. Es m¨¢s, el inquisidor Beteta ha sido consejero de Hacienda en Madrid en el tiempo en el que las facturas se arrojaban al fondo del caj¨®n (2008-2011).
Por ello, Gri?¨¢n dijo el martes que ten¨ªa ¡°serias dudas sobre la solvencia de Beteta¡±.
Daba risa escuchar desde Chicago al presidente Rajoy decir que su Gobierno ha ¡°operado desde la verdad¡±. Y, super¨¢ndose a s¨ª mismo, el ahora arrinconado Esteban Gonz¨¢lez Pons quiso reivindicar su antiguo protagonismo con esta frase que pasar¨¢ a la historia del cinismo: ¡°No importa qui¨¦n ment¨ªa m¨¢s o quien ment¨ªa menos; lo que importa es que se ment¨ªa en la ¨¦poca de ZP¡±.
Ante esta actitud de los responsables del Gobierno central, mucho nos tememos que la propuesta de Gri?¨¢n de plantear un sistema m¨¢s justo de repartir la carga del d¨¦ficit, ser¨¢ rechazada sin estudiarla siquiera. Aunque beneficie a muchas comunidades gobernadas por el PP.
Pero va a ser que no. El portavoz del PP en el Parlamento andaluz, Carlos Rojas, dijo ayer en Canal Sur Televisi¨®n que esa oferta era una ¡°falacia¡±. Es decir, una mentira.
?No se cumplir¨¢ m¨¢s bien el refranero: cree el ladr¨®n (mentiroso) que todos son de su condici¨®n? Hala, ?vamos a contar mentiras!
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