Arquillu¨¦ hereda por todo lo largo la nariz de Cyrano

Ese si que era un hombre a una nariz pegado. El personaje m¨¢s famoso por su ap¨¦ndice nasal junto a Cleopatra y Pinocho. Al excesivo, extravagante, pendenciero, poeta y, s¨ª, ?atrev¨¢monos!, narigudo (lo he dicho, lo he dicho) Cyrano de Bergerac lo han encarnado centenares, millares de actores, en la escena y en la pantalla, de Jos¨¦ Ferrer a Depardieu, de Jean Paul Belmondo a Steve Martin. En el teatro catal¨¢n destaca un nombre en el papel, claro: Josep Maria Flotats. Su Cyrano, dirigido por Maurizio Scaparro marc¨® un hito en la escena del pa¨ªs y sin ¨¦l no tendr¨ªamos hoy el Teatre Nacional de Catalunya (TNC). Anoche, 27 a?os despu¨¦s del estreno de aquel Cyrano el testigo ¡ªla nariz¡ª pas¨® de Flotats a otro actor. Y pas¨® por todo lo largo, uy, lo alto. Ya tenemos otro grand¨ªsimo Cyrano: Pere Arquillu¨¦. Los expertos dir¨¢n si el nuevo Cyrano alcanz¨® exactamente la estratosfera ¡ªy valga la referencia con ese amante de la luna¡ª del que hasta ahora era el de referencia. Algunos de los espectadores de anoche que hab¨ªamos estado en el estreno del de Flotats en el Poliorama tenenos esa impresi¨®n. En todo caso el p¨²blico sigui¨® ayer la funci¨®n con una emoci¨®n que se palpaba en el ambiente y premi¨® al final con largu¨ªsimos y c¨¢lidos aplausos a Arquillu¨¦, al resto de los actores y el montaje de Oriol Broggi, ofrecido con una entrega y una magia maravillosas por La Perla 29 en las estancias g¨®ticas de la Biblioteca de Catalu?a que son su sede.

El espect¨¢culo, al que asistieron anoche algunos de los actores del de 1985, como Andreu Benito o Pep Cruz, se abre con una alegr¨ªa contagiosa, una fiesta en la que los int¨¦rpretes rompen la cuarta pared, hacen bromas ¡ª?D'Artagnan en la platea!¡ª y aluden al Cyrano de Flotats. Tambi¨¦n lo recuerda y homenajea en unas tiradas marcando acento a prop¨®sito el propio Arquillu¨¦, tiradas que fueron muy celebradas. Su Cyrano es m¨¢s terrestre, menos refinado que el de Flotats, como lo es su nariz, bulbosa (y notablemente cre¨ªble) en lugar de la aquilina del predecesor. Por ello, el contraste entre los momentos m¨¢s extrovertidos, rudos y grandielocuentes de Cyrano y los m¨¢s tiernos y l¨ªricos ¡ª¡±quisiera morir llorado por una estrella¡±¡ª resalta mejor.

El montaje carece de los lujos del anterior, pero todo lo compensan el entusiasmo de los int¨¦rpretes (?bravo por la esgrima!, con ca¨ªda de l¨¢mpara a lo Scaramouche incluida), el toque maestro de Broggi para extraer oro de la tierra y aprovechar recursos sencillos (por no decir humildes), y el espacio, que es un regalo. El director nos muestra un teatro, una guerra (con un aire a lo Alatriste), un convento y hasta la luna. El Cyrano de Broggi ¡ªdirector que tambi¨¦n tiene en su horizonte el TNC (es el candidato mejor situado para suceder a Belbel en el teatro fundado por Flotats)¡ª pasa extraordinariamente bien, y mira que son una pila de versos (en la misma traducci¨®n de Xavier Bru de Sala). Y adem¨¢s emociona de lo lindo, y en algunos momentos estremece el alma. Como cuando a Cyrano moribundo le atisbas un brillo en los ojos (?ol¨¦ Pere!) mientras Rosaura descubre su amor. Brota la l¨¢grima, y ya no le ves la nariz...