Otros discursos

En puridad se trata de afirmaciones cargadas de sentido com¨²n que tambi¨¦n se oyen en nuestras calles. Son las verdades del fil¨®sofo y de su porquero, ali?adas por aquel talante conservador del que Antonio Machado dec¨ªa que ha de persistir, porque lo ¨²nico que no se ha de conservar es la sarna. Tal es lo que rezuman unas recientes declaraciones p¨²blicas del presidente valenciano, Alberto Fabra. Entre otros muchos aspectos apela, en estos tiempos econ¨®micamente demasiado tortuosos, al ejercicio democr¨¢tico que debe quedar plasmado diariamente en el trabajo, la honradez y el ejemplo. Y no anda desacertado cuando habla como lo que es: un pol¨ªtico, presidente de la Generalitat. Y menos todav¨ªa cuando las informaciones, que generaba la clase dirigente valenciana durante los ¨²ltimos a?os, apenas ten¨ªan algo que ver con el ejemplo, con la honradez o con el trabajo. El castellonense Fabra recuerda, con una cierta a?oranza, los tiempos anteriores a los espejismos econ¨®micos o los se?uelos de desarrollo que nos trajeron la crisis; aquellos tiempos pret¨¦ritos en que ¡°la gente, en general, gastaba lo que ten¨ªa¡±. Pero luego, a?ade, muchos ¡°vivieron por encima de sus posibilidades; las entidades financieras vend¨ªan con facilidad el dinero; se gener¨® la burbuja¡±, y estamos donde estamos, y habr¨¢ que olvidar las propuestas fantasiosas, que tienen poco de real. No cita el presidente auton¨®mico valenciano nombres o actuaciones. Es institucionalmente discreto y, adem¨¢s, tampoco hacen falta en este caso ejemplos, porque est¨¢n en la mente del ciudadano medianamente informado: entre las tierras m¨ªticas y los circenses mundos de ilusi¨®n, puede cualquiera completar la larga lista. Un camino abrupto, en t¨¦rminos sensatos, tiene por delante Alberto Fabra.

Y otro tanto, aunque en menor medida, lo tiene el ahora presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n y fabrista, de Alberto, convicto y confeso. El joven Javier Moliner recibi¨® de su antecesor Carlos, tambi¨¦n Fabra, el cargo y la tarea de asumir la presidencia de la decimon¨®nica instituci¨®n provincial con miras a dirigir tambi¨¦n el PP de por aqu¨ª. Moliner se encontr¨® tambi¨¦n con un sinuoso camino por delante, y no precisamente a causa de la d¨¦bil oposici¨®n. Tuvo que asumir tambi¨¦n la lista de desaguisados de su antecesor, aeropuerto incluido. Aunque otro es el talante y crisis. Dif¨ªcilmente declarar¨ªa el mentor del aeropuerto algo tan evidente y de sentido com¨²n como lo dicho en Canal 9 por Moliner sobre la crisis: ¡°Hay que exigir responsabilidades tanto al sistema financiero como al pol¨ªtico e institucional y, si se descubre mala gesti¨®n, habr¨¢ que llegar hasta las ¨²ltimas consecuencias¡±.

Pues que as¨ª sea, que se adecuen la palabra y el pensamiento a la acci¨®n; que se haga coincidir lo que se dice con lo que se hace; que la claridad, la sinceridad y la efectividad tornen a la vida p¨²blica; y que ya no tengamos que citar a Dem¨®crito, el griego que criticaba a quienes ¡°actuando de la manera m¨¢s despreciable hacen gala de los m¨¢s bellos discursos¡±.