Un paseo por la ciudad de 1900
F¨¦lix G. Modro?o evoca la transformaci¨®n de la capital vizca¨ªna hace un siglo en un recorrido por los escenarios de su novela ¡®La ciudad de los ojos grises¡¯
En el Bilbao del tr¨¢nsito al siglo XX, el Arenal ten¨ªa tres paseos ¡ªel de los curas, el de los se?oritos y el de la alpargata¡ª por el que circulaban sin mezclarse las distintas clases sociales. M¨¢s de cien a?os despu¨¦s, ese paseo es ¨²nico y estos d¨ªas est¨¢ ocupado por los puestos de la Feria del Libro de Bilbao. Desde all¨ª, y como una de las actividades de la feria, parti¨® ayer un recorrido guiado por el escritor F¨¦lix G. Modro?o (Barakaldo, 1965) a trav¨¦s de los escenarios de hace ya una centuria en los que transcurre su novela La ciudad de los ojos grises (Algaida). ¡°Quiero invitar a mirar el Bilbao de hoy con los ojos de hace cien a?os¡±, defiende el autor.
El paseo por los lugares en los que se desarrolla la obra arranc¨® en la iglesia de San Nicol¨¢s, donde el protagonista, todav¨ªa adolescente, se cruza por vez primera con la mujer que se convertir¨¢ en el amor de su vida escuchando un r¨¦quiem interpretado por el tenor navarro Juli¨¢n Gayarre. Corre 1882 y a pocos metros de la iglesia se levanta airoso un tilo, a cuya sombra los dos j¨®venes inician su noviazgo.
¡°La villa naci¨® de verdad a finales del XIX¡±, apunta el escritor
La panor¨¢mica que se ve¨ªa entonces desde el Arenal resultaba bien distinta a la actual. ¡°Entonces navegaban veleros por la R¨ªa y se hallaba en construcci¨®n el edificio del Ayuntamiento sobre el solar que ocup¨® el convento de San Agust¨ªn¡±, recuerda Modro?o. Los bilba¨ªnos llamaban el Puente del Perro Chico al que atravesaba la R¨ªa a la altura del Ayuntamiento, en recuerdo a la perra chica (una moneda de cinco c¨¦ntimos de peseta) que deb¨ªan pagar a?os atr¨¢s por cruzarlo. De ah¨ª part¨ªa la calle de la Sierra, donde se concentraba el gremio de los carpinteros. ¡°Su nombre cambi¨® en 1902 y pas¨® a llamarse Buenos Aires, a ra¨ªz de la visita de una fragata argentina, un buque que atrac¨® en los muelles cercanos¡±, record¨® Modro?o.
Antes de comenzar a escribir La ciudad de los ojos grises, Modro?o hizo un detallado trabajo de documentaci¨®n para imaginar el Bilbao de hace un siglo. Memorias de un bilba¨ªno, de Jos¨¦ Orueta ¡ªen una edici¨®n de 1929, le gusta presumir al escritor¡ª; Pasado y futuro de Bilbao, de Indalecio Prieto; Un paseo por la historia de Bilbao, de Mar¨ªa Jes¨²s Cava Mesa; Los maestros de obras en la construcci¨®n de la ciudad, de Nieves Basurto; Bilbao y su guardia municipal, de Andoni Vergara y F¨¦lix Cudrado; El barrio de Las Cortes, de Arturo Izarzelezia y Txema Uriarte, o las im¨¢genes del libro 3.000 viejas fotos para la historia de Vizcaya fueron algunas de las fuentes que le ayudaron a reconstruir esa ciudad cambiante y en transfomaci¨®n.
El paseo guiado formaba parte de las actividades de la Feria del Libro
La capital vizca¨ªna, circunscrita al Casco Viejo, contaba en 1873 con unos 18.000 habitantes. Cuatro d¨¦cadas m¨¢s tarde lleg¨® a los 100.000. ¡°La llegada de inmigrantes multiplic¨® por cinco la poblaci¨®n¡± en ese tiempo, se?al¨® el escritor. ¡°Son los a?os que formaron el germen de lo que es hoy Bilbao. La villa fue fundada en 1300, pero fue a finales del XIX cuando naci¨® de verdad, con la explotaci¨®n de las minas de hierro y el inicio de la expansi¨®n hacia Abando¡±. Surg¨ªo una nueva cara urbana, pero la renovaci¨®n result¨® a¨²n m¨¢s profunda. ¡°El cambio marc¨® la estructura social y pol¨ªtica y nacieron el nacionalismo y el socialismo¡±, a?adi¨®.
Modro?o vivi¨® de ni?o en Bilbao y en Portugalete. Luego estudi¨® en Salamanca y ahora reside en Sevilla, la ubicaci¨®n ideal, defiende, para escribir una historia en la que los lugares de su infancia tienen tanto protagonismo. ¡°Para escribir una novela sobre una ciudad hay que quererla mucho y situarse en la distancia, para conseguir un aire evocador¡±, observa. ¡°No solo han desaparecido los sitios, sino que tampoco existen los valores de la ¨¦poca ni aquella forma de vida¡±.
Sin R¨ªa, Modro?o no tendr¨ªa novela porque la trama de La ciudad de los ojos grises arranca con el hallazgo del cad¨¢ver de una mujer flotando cerca del Arenal. ¡°La R¨ªa es la sangre de Bilbao, y los bilba¨ªnos han sido conscientes de ello porque el puerto y el comercio le dio vida¡±, defendi¨®. ¡°Hace 100 a?os, era un cauce sucio, con much¨ªsima actividad en sus orillas, un lugar donde trabajaban mujeres en oficios dur¨ªsimos¡±.
El paseo de Modro?o sigui¨® por los Jardines de Albia, la plaza Circular y la Sociedad Bilba¨ªna para acabar otra vez en el Casco Viejo, atravesando el puente del Arenal, nexo entre el viejo Bilbao y su Ensanche. El recorrido dej¨® al alcance de la vista la transformaci¨®n reciente de la ciudad. ¡°Lo que ha ocurrido en Bilbao en los ¨²ltimos 25 a?os tiene otra novela. Quiz¨¢ estamos volviendo a lo que sacrificamos por el progreso en el siglo XX¡±, concluye el autor.
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